Profesor

CP. 31 - HARÁS LO QUE YO QUIERA.

N/A: ¿PAÑUELOS LISTOS?

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Al finalizar el descanso, vuelvo junto a Alex al salón donde me encuentro con Felipe y Jess.

 

— ¿Y como van? — Pregunta Felipe tocando el hombro de Alex.

— Bien ¿y ustedes con su día libre de mi? — interrumpo al tiempo que Felipe sube y baja sus cejas haciendo que todos nos riamos.

— Ya viene el profesor. — Indica Jess.

 

Instantáneamente se dispersa el grupo para tomar asiento mientras Gabriel ingresa en el salón.

 

— Buenas chicos, ¿como estuvieron sus vacaciones?

 

Mientras se oyen murmullos generalizados por toda el aula con el tema de Gabriel mis ojos lo siguen discretamente hasta que toma su lugar, conversa brevemente sobre algunos datos curiosos hasta dar por finalizada la charla con los contenidos que pasaremos este último semestre.

 

Una ves que el contenido esta entregado y como primer día de clases, podemos retirarnos antes de tiempo a nuestras casas, ya que, habría una reunión de emergencia por parte de los profesores, así que todos animados abandonamos el lugar.

 

— Señorita Ellis, ¿puede acercarse? — Indica Gabriel mientras Felipe y Jess ríen coquetos abandonando la sala junto a los demás alumnos.

— Dígame Profesor.

— Mmm… dejame pensar que era lo que tenía que decir. — Sin miedo alguno, él mira hacia todos lados antes de jalarme hasta estar tan cerca de su rostro que puedo sentir su fresco aliento rosar mi rostro.

— Quiero todo contigo Danielle. — Susurra este en mi oído, seguido de una pequeña mordida en mi lóbulo.

 

Instantáneamente brinco a un lado como un resorte y con el rostro rojo cual tomate. Me quedo sin palabras hasta que Gabriel comienza a reírse.

 

— Estas loco.

— Pero por ti, Danielle. — Gabriel vuelve a jalar mi brazo hacia él para sujetar mi rostro con una de sus manos y besar mis labios en un rápido toque.

— Te amo. — Continua hablando entre mis dientes que asoman al momento que sonrió con sus palabras.

— Yo igual.

 

Separándonos al escuchar risas que se acercan, de pronto la puerta se abre dejando ver al profesor de Matemáticas.

 

— Gabriel ¿vas?

— Sí aquí voy, señorita Ellis.

— Si profesor, nos vemos. — Abandono la sala y me dirijo a la salida donde me espera Alex.

— ¿Que haces aquí?

— Te esperaba para que nos fuéramos juntos, Felipe y Jess ya se fueron.

— Ah, ok vamos.

 

Camino junto a Alex hasta el semáforo donde veo una gran limusina se detenerse justo en el cruce, mis ojos inevitablemente van hacia el conductor que al verme detiene el auto y se que se baja para acercarse hacia nosotros.

 

— Disculpe señorita, ¿usted es Danielle Ellis?

— ¿Que le importa?. — Alex contesta primero mientras toco ligeramente su brazo.

— Si, lo soy.

— La señorita Denisse Larsen quiere hablar con usted.

— Dígale que yo no tengo nada que hablar con ella.

— Espere un momento señorita por favor.

 

Mientras el hombre corre hacia el final del auto abriendo la puerta de donde baja Denisse, Alex comienza a susurrar.

 

— ¿Quien es esa Danielle?

— No es nadie.

— Entonces vámonos. — Alex toma mi brazo y comienza a cruzar la calle.

— Danielle, es importante. — Mis pasos se detienen al escucharla.

— ¿Que es lo que quieres?

— Hablar, de verdad es importante. — Por un segundo mis ojos van hacia a Alex.

— No vayas Danielle. — Implora este.

— Perdoname. — Digo soltándome de su agarre y caminando hacia Denisse que me indica el interior del vehículo.

 

Mientras este se pone en marcha veo como Alex no despega sus ojos hasta que ya no puedo verlo.

 

— ¿Que es lo que quieres? — Insisto.

— Primero vamos por un café.

— No quiero ir a tomar café contigo.

— Creeme yo tampoco, pero tengo frio y te hará falta.

 

Me quedo en silencio por el resto del camino hasta llegar a una cafetería que se nota exclusiva por su diseño y decoración.

 

— Quiero un café hindú con crema vegetal, semillas de linaza y amapola, descafeinado, ¿y tu Danielle?.

— Nada.

— Dos iguales. — Pide ella al camarero que se va con la orden para llegar unos minutos después poniendo un café a mi lado y otro al suyo.

— Lo que tengas que decir, dilo ya.

— ¿Porque estas tan apurada?. — Denisse lleva el café a sus labios tomando el primer sorbo.




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