Profesor

CP. 36 - ¿ESCAPEMOS?.

MARATÓN 2/6

 

2 Meses después…

 

Recorro la distancia entre la puerta del centro comercial y la pileta donde siempre me siento a esperar a mis amigos, solo que está vez espero a Alex.

Miro atentamente cada detalle de la fuente, que por la temporada invernal que casi termina no lanza agua a los costados, recorro con la vista a las personas que van del brazo mirando la infinidad de tiendas y artículos de consumo que estás ofrecen. Recuerdo por unos minutos a Cleo y Robin, de las que no he sabido nada durante mucho tiempo, apesar de que Cleo me pidió llamarla, nunca lo hice porque no quería molestarla con mis problemas.

 

Gabriel parece haber aceptado su destino con Denisse, ya que no ha vuelto a buscarme más, que solo para lo estrictamente necesario y la verdad internamente siento que cada vez pierdo un trozo más grande de corazón, pero el hecho de pensar que Denisse no podría quitarle lo que el tanto ama, me conforma y ayuda a continuar con mi decisión.

 

Jess y Felipe parecen cada vez más enamorados y comprometidos a hacer las cosas funcionar a cualquier precio y Alex ha sido un soporte muy importante, ya que, no quiero hacer mal tercio todo el tiempo apesar de que ellos digan que aman estar conmigo, necesitan tiempo en soledad para poder vivir su amor sin que yo este perpetuamente ahí.

 

Alva definitivamente anda con un chico que al parecer es muy especial. Llegar tarde la mayor parte del tiempo y puedo ver en su rostro que debe sentir algo muy intenso por él, ya que Alva no está muy dispuesta a salir si no es realmente necesario y se vea obligada. Ahora parece que lo hace encantada de la vida y sigue sin decirme como se llama.

 

Mi padre parce que cada vez se lleva mejor con sus socios y la empresa a crecido a tal punto que ha cambiado el auto y en algún momento pretende que nos cambiemos de casa, cuando todos estén de acuerdo, por el momento mi voto sigue siendo en contra.

 

Siento una mano posicionarse en mi hombro mientras susurra en mi oído.

 

— Hola Danielle. — Me giro asustada por la voz femenina encontrando a Cleo.

— ¡CLEO! — Digo emocionada lanzándome a sus brazos.

— Nunca llamaste. — Me reprocha ella.

— Lo siento, es que…

— Ok, da igual, estuve en el extranjero de todas formas, no habría podido verte.

— ¿En serio?

— Claro, estuve haciendo una campaña por varios meses, Robin también fue, pero ella sigue allá.

— Ah, osea que no estabas tan sola.

— Pero ahora si. — Cleo sube y baja sus cejas de forma coqueta provocando que mis mejillas se sonrojen.

— Supe lo de Gabriel. — Menciona Cleo expectante.

— Si, pero creo que todo esta bien para él. — Cleo arruga su entrecejo llamando mi atención.

— ¿Que paso?— Cleo pone su mano sobre mi mejilla, sorprendiéndome, intento hacerme hacia atrás pero esta me detiene a milímetros de sus labios.

— Por favor quedate quieta. — Susurra Cleo en mis labios.

— ¿Que pasa?

— Mi hermano, quedate así.

 

Me quedo congelada por unos segundos hasta que intentando sorprender a Cleo, pongo mi mano sorpresivamente sobre su cuello al instante que asoma una sonrisa brillante en su rostro.

 

— Eres muy atrevida. — Cleo estira sus labios rozando los mios mientras cierro mis ojos con fuerza.

 

Cleo se aparta de mi con una gran sonrisa que me hace sentir nerviosa y cohibida.

 

— Pensé que ibas a besarme. — Digo aliviada.

— Aun puedo hacerlo. — Cleo me arrincona nuevamente hacia el pilar donde no tengo escapatoria.

— ¿Danielle? — Llama Alex interrumpiendo a Cleo.

— Alex. — Pronuncio nerviosa mientras Cleo se separa de mi, lanzando una mirada hacia atrás.

— Perdona la demora.

— No, no pasa nada, ella es Cleo, Cleo él es Alex un amigo.

— Alex. — Nombra Cleo y puedo notar con un rayo ficticio va desde sus ojos hacia los de Alex que responde de igual manera.

— Nos vemos preciosa.— Ella se gira plantando un beso en la comisura de mis labios al tiempo que pasa a mi oído a susurrar.

— Te salvo la campana, mi amor.

— Nos vemos. — Me despido tímida.

— Seguro que si. — Ella se va contorneando su cuerpo mientras Alex arruga su entrecejo.

— ¿Y esa quien es?

— Una amiga.

— Que amiga más rara.

— Es que… ella es así. — Digo intentando restarle importancia y agradeciendo que Alex no haya visto las intenciones de Cleo.

— ¿Estas preparada?

— Si, vamos.

 

Paso el día junto a Alex donde el primer destino fue el cine luego llegamos a un restaurant para comer algo ligero antes de dar un paseo por la nueva sala de exposiciones donde habían flamencos gigantes instalados para que los niños jugaran mientras los demás paseaban por la ambientación y se tomaban fotografías.

 

— ¿Como estas?

— Bien.

— Yo digo por lo del profesor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.