Profesor

CP. 37 - CENA.

MARATÓN 3/6

 

— Señora Alice.

— Por favor solo Alice.

— Ok, Alice. — Mientras siento que estoy por sufrir un colapso nervioso, la puerta se abre dejando entrar a Alva que abre sus ojos como platos.

— ¿Hola?

— Mira a quien invite a cenar hoy hija, él profesor trajo a tu hermana del supermercado y justo los encontré. — La sonrisa de oreja a oreja de mi padre me tiene realmente con los pelos de punta.

 

Aprovechando parte de la histeria por la llegada de Gabriel me escabullo hasta la escalera comenzando a subir lentamente con tal de no hacer ruido y que la atención no deseada se dirija hacia mi.

 

— Danielle. — Escucho a Gabriel llamarme e intento desentenderme y continuar con mi escape pero interviene mi padre.

— ¿A donde vas Danielle?

— Yo… eh, voy a buscar algo…

— Baja pronto, no podemos dejar a la visita sola. — En los ojos de Gabriel puedo notar lo divertido que esta con la situación.

 

Mi padre encamina al invitado hasta el sofá, a la distancia puedo ver como mira hacia la escalera no pudiendo verme apesar de que yo si pueda por el reflejo de las puertas francesas. Llego a mi cuarto con el corazón enloquecido y sintiendo los nervios a flor de piel.

 

— Lo hace para molestarme, estoy segura, pero no lo va a conseguir, no me voy a dejar.

 

Las palabras de Gabriel llegan a mis recuerdos erizándome la piel hasta que la puerta se abre de golpe dejando entrar a una sorprendida Alva.

 

— ¿Que hace aquí?

— No sé

— ¿Y como es eso de que te trajo?

— Es que me lo encontré en el supermercado y él casi me obligo. — Alva achina sus ojos no creyendo mis palabras.

— Pues no hablas como si hubieras sido muy obligada que digamos.

— Alva no es el momento, no sé que hacer.

— Actúa como siempre o no, mejor ignoralo así entenderá que tu no eres cualquier mujer que pueda derretirse por él, él esta superado, ¿cierto? — Me quedo en silencio por unos segundos mientras noto la desesperación apoderarse de mi.

— ¿Si?

— Con seguridad Danielle, ¡si!

— ¡Si!

— Eso, como mujer segura, ¡si!

— ¡Danielle! — Grita mi madre desde el primer piso.

— ¡SI! — Grito mientras Alva pone una mano sobre mi boca.

— No con tanto ímpetu, por favor. — Susurra ella.

 

Bajo las escaleras encontrando a Dante emocionado al lado de Gabriel al igual que mi padre que no hace más que parlotear como nunca.

 

— Danielle, ayudame a poner la mesa cariño.

— Ok. — Tomo los cubiertos y camino hacia la mesa bajo la atenta mirada de Gabriel. «Actúa normal, ignoralo, actúa normal, ignoralo. »

 

Pongo los lugares rápidamente para salir volando hacia la cocina.

 

— Danielle, ¿donde esta el baño? — Pregunta Gabriel sorprendiéndome desde el umbral de la puerta.

— Por el pasillo hasta el final. — Digo en voz baja.

— Danielle, lleva a Gabriel al baño. — Insta mi madre tras de mi, empujándome hacia él que sonríe con victoria.

 

Camino delante de él, hasta llegar al baño donde susurro.

 

— Deja de fastidiarme y andate.

— No quiero.

— Por favor…

— Tu padre me invito, no puedo hacerlo.

— Bueno yo te des-invito.

 

Gabriel me jala dentro del baño poniéndome contra la pared.

 

— Dime que me vaya ahora. — Susurra casi en mis labios.

 

Mi presión se eleva por las nubes al sentir su respiración tan cerca, miles de mariposas comienzan a revolotear en mi estomago y mi cerebro parece haberse apagado, solo puedo pensar en la cercanía que existe y en lo mucho que deseo besar sus labios y recorrer su piel.

 

— Por favor. — Pido con los ojos fuertemente cerrados.

— Abre los ojos Danielle, quiero que me digas en mi cara que no me amas y que quieres que me vaya de tu casa. — Mi labio inferior comienza a tiritar y mis ojos a abrirse lentamente hasta que escucho como la puerta es golpeada.

— Oh por dios. — Golpeo el hombro de Gabriel mientras se escucha una voz susurrar por fuera.

— Salgan de ahí.

— Alva. — Miro a Gabriel que esta petrificado mientras abro la puerta dejando el baño.

— ¿Pero que mierda haces ahí a dentro?

— Es que…

— Es que nada, casi te descubren. — Susurra Alva golpeando mi brazo.

— Lo siento.

— ¿Danielle donde estabas?— Pregunta mi padre.

— Yo…

— Estaba arriba. — Interrumpe Alva mientras yo asiento.

— ¿Gabriel donde esta?

— En el baño. — Pronuncio apuntando en la dirección.

 

Gabriel llega hacia nosotros, para que pasemos a la mesa donde todo esta listo y para mi desgracia sientan a Gabriel entre Dante y yo.




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