Profesor

CAPÍTULO 20

Profesor 

Wang me lleva a su estudio, el tiene algo importante que decirme y por algún motivo no quiere que Sara se entere. Me sirve un té de loto. 

Wang — Esa chica... No viaja contigo por el mismo motivo que lo hice yo o los demás. ¿ Me equivoco? 

Profesor — Al principio no, pero ahora.... Ufff, no sé, ella es muy observadora. 

Wang — Entiendo, pero hay algo que no te había dicho. Hace unos días, recibí una visita de una mujer. Por la ropa que llevaba, debe de ser del futuro. 

Profesor —¿ Quien era? ¿ Quería algo? 

Wang —En realidad, no le pude ver la cara. Pero me dijo que tenía que estar listo porque se aproxima una gran guerra. La guerra del hombre bueno...... 

Profesor — La guerra del hombre bueno, no entiendo a lo que se refiere pero gracias por la información. ¿ Te dijo algo más? 

Wang — No, solo me dijo eso. No se quien era pero por la manera de como me lo dijo, no parecía nada bueno. 

Profesor — ¿ Sabes cuándo será? 

Wang —Creo cuando el arma esté listo o algo así, no estoy seguro, apenas entendí lo que me dijo. Solo sé que habrá una guerra y que sera muy grande. 

Profesor — Necesito que la describas o darme algun detalle..... 

Wang — Emmmm, esa chica..... Era alta y vestido de negro, pero lo que más me llamó la atención era el tatuaje que tenía en el cuello, era con una especie de triangulo triple..... Pero llevaba una máscara que le cubria toda la cara y una capucha puesta. 

Un tatuaje en el cuello y con esa forma, creo que lo he visto antes pero no me acuerdo donde.  Eso de la gran guerra del hombre bueno, no se a lo que se refiere. Pero eso da igual, lo único importante ahora es saber lo que ocurre con esos niños. 

Salimos con Wang al palacio del emperador, necesitamos que el nos de permisos para poder investigar con absoluta libertad. 

Cuando llegamos, solo tuve que mostrar el papel médium para que nos dejen pasar. 

Somos anunciarlos, el emperador es bastante joven. Cosa que es normal para la época, ya que suelen matarse entre los hermanos para obtener el poder. 

Wang — Saludos al sol del imperio y que los dioses le sean favorables. 

Emperador — Dígame, que os trae aquí y con tan extraña compañía. 

Wang — Se trata de los niños desaparecidos, el y su amiga son expertos de otro país. Estan dispuestos a ayudar, siempre y cuando su majestad lo permita. 

Emperador — Ya tengo a mis mejores hombres con eso y dudo que unos representantes del gobierno de otro país puedan hacer lo que mi gente no ha podido. 

Profesor — Disculpe, su majestad. Pero yo no soy solo un simple representante, tengo experiencia con cosas... Digamos especiales. 

Emperador — Y ¿ La chica? Dudo que una mujer pueda con tal tarea, las mujeres son bastante básicas y no se les pueden pedir que hagan las cosas para que no han nacido. 

Sara — Y ¿ Para que hemos nacido? 

Emperador — Para tener hijos y cuidar de su hogar. 

Veo como Sara se aguantar las ganas de darle una bofetada, pero se aguantar. 

Profesor — Veras mi compañera, es muy observadora y nos puede dar una visión diferente. Ya ha demostrado su capacidad para este tipo de trabajos y además a ser mujer, es mas fácil para ella conseguir información. 

 

 

 




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