Profesor

CAPÍTULO 24

Profesor 

No era muy alto, pero si corpulento y musculoso. Su apariencia era fría e inspiraba cierto espanto. 

— Acercaos. 

Me acerque con paso decidido, sara se quedó detrás de mi. 

— Mi nombre es Sir profesor y mi acompañante es lady Sara. Le agradezco que haya accedido a ofrecernos su hospitalidad. 

— Es un placer. 

— Mi nombre es conde Vlad. Supongo que tendran hambre, ¿ Me equivoco?.

Profesor —Sois muy amable. 

Este sitio es el epicentro de la fisura temporal, este Vlad.... Hay algo que no me cuadra y además. 

Profesor —¿ Te gusta el castillo? 

No quiero asustarla pero esto se puede poner realmente peligroso, necesito hablar con ella sobre el tema pero no se como hacerlo. 

Sara —Profesor, hay algo raro aquí. 

No la dejo termina la frat, le puse el dedo sobre su labios haciendola callar. 

— Hablamos luego. 

Poco después entró Vlad con un séquito de criados ( Todos son tan pálidos que parecen que están muertos) que se encargaron en arreglar la mesa para cena en un abrí y cerrar de ojos. 

Luego de acomodarnos en la gran mesa ( Vlad, presidiendo la mesa, yo a su derecha y Sara a su izquierda) comenzaron a llegar sirvientas  cargadas con montaña de platos repleto de manjares, en abundancia asada. 

Vlad — Servios, estáis en vuestro castillo. 

Me eche una pequeña porción, pero me di cuenta de que eea realmente la carne. Por suerte sara se dio cuenta de que algo ocurre con la comida y solo se echo la ensalada. 

Vlad destapó una licorera con grabados de serpientes en el cristal y se sirvio de su contenido, un líquido rojizo. Parecía vino pero su color era inusual y si mis sospechas son correcta, se trata de sangre.... 

Sara 

Mire al profesor, que se encuentra judto enfrente mío y su actitud hizo que me diera un vuelco al corazón. Al simple vista no habría despertado las sospechas de nadie, estaba cortando y despedazando la carne, como cualquiera que fuera a comerla. Sin embargo, me fije en que no había probado bocado y miraba el plato con el ceño fruncido,como hacía siempre que notaba algo extraño o desconcertante. 

Hice un esquema de la situación, punto número uno, todos estamos comiendo lo mismo, por lo que si había veneno nos afectara a todos. Punto número dos, Vlad  tenia que saber so había veneno o no y no se envenenaria a si mismo y tercer punto , que no podía descarta que hubiera una porción limpia de veneno. Así que solo me servi la ensalada. 

Pasado un tiempo, más di  cuenta de lo absurdo de la situación. ¿ Envenenados por un anfitrión que ni siquiera sabe quienes somos? Y por lo tanto no tiene motivo alguno para querer hacernos desaparecer del mapa. Menuda estupidez. 

El profesor a igual que yo, dejo el asado y comia de las otras cosas, aunque en poca cantidad. Luego me fije en Vlad, nuestro anfitrión,quien al pesar de tener bastante comida en el plato no había probado bocado. Me di cuenta porque aunque los cubiertos estaban manchados de comida, su servilleta estaba impoluta y su boca sin un rastro de alimento. Por otro lado, el líquido de su botella de vino había disminuido considerablemente. Todo aquello me resultó muy inquietante y me hizo a volver a reflexionar sobre mis teorías anteriores. 

Tras pasar un rato, no pude reprimir mi observación de aquella cena, nadie había pronunciado palabra durante por lo menos media hora y los tres fingiamos comer, esmerandonos minuciosamente en nuestra tarea. 

Poco después, Vlad se levantó bruscamente y de improviso proclamó. 

Vlad — Debo ir a atender unos asuntos, os mostraré vuestras dependencias. Sir profesor, lady Sara, si me acompañan. 

Profesor 

Vlad nos guio a través del laberíntico castillo, cuyas dimensiones eran exorbitantes ( yo iba analizando todo mediante el sonico) 

Llegamos a una colosal escalera que subia hasta el siguiente piso. Por último tras atravesar un par de salas de estar, otro salón y una biblioteca. Acabamos en una sección de habitaciones que se extendían a lo largo de un oscuro pasillo y supuse que sería la sección dedicada a las estancias de invitados. 

Vlad — Lady Sara, está es vuestra alcob. Espero que os conforte. Sir profe, la vuestra es la contigua. 

Profesor — Gracias, conde Vlad. 

Vlad — Ahora si me dispulpan, debo ir a atender unos urgentes asuntos que requieren mi presencia. 

Nuestra anfitrión se alejo de nosotros. Sara se mete dentro de la suya, yo entro solo unos segundos. Cuando me aseguro de que no haya nadie fuera salgo a investigar. 

 




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