Profesor

CAPÍTULO 26

Hacia calor en la angosta jungla. Un calor opresivo que se sentía más agresivo por culpa del alto nivel de la humedad de la selva. 

En medio de ede jardín salvaje, laa pequeñaa criaturas saltaban de entre los arbusto de hojas y de colores extraños, espantadas por la repetina carrera de esos dos seres que habían venido de otro planeta. Eran dos hombres, que huían por la selva, con sus uniformes de exploradores espaciales rasgados por laa hojas de la jungla. 

Ya exhaustos, los dos hombres se detuvieron para recobrar el alimento. Uno de los ellos miró alrededor y comentó. 

— Creo que ya no nos sigue. ¿ Que era esa cosa? 

— No lo se, Nunca vi nada igual, Weaver ¿ Has visto? En el campamento estaban todos muertos ¿ Crees que ha sido esa criatura? 

—No lo sé, Ryder. ¿ Te has fijado? Creo que la mitad de nuestro compañeros han desaparecidos..... 

Weaver enmudecio por si solo. El silencio se había vuelto a imponer en la selva, de igual manera que la última vez que fueron asaltados por esa criatura. 

Weaver —¡CORRE! 

Ambos hombres reemprendieron la huida y aunque no eran capaces de verlo, si podían oírlo detrás de ellos, removiendo las hojas de los arbustos. Con mala suerte que fueron acorralados por la criatura............ 

Profesor 

Llegamos al destino, como siempre mi nave fue quién lo eligió y seguro de que alguien necesita de mi ayuda o de lo contrario no estaríamos aquí. Esta vez se unión a nosotros un cazador, le salve la vida y ahora no me lo puedo quitar de encima. Pero viendo que estamos en una selva creo que vamos a necesitar de sus conocimientos, además es el último de los suyos y como  me han dicho muchas veces, tengo una debilidad por los últimos de cualquier raza, el es un cazador yucay y son muy buenos.... El se llama karin, su piel es del mismo color que cualquier humano del este de Europa , pero mas musculoso y tiene desarrollo todos sus sentidos. 

Avanzamos por la selva, Sara esta impresionada por las formas de las hojas y por los animales. 

Karin— Habra  que subir a un árbol para buscar puntos de referencias.

El cazador se subió a un árbol de un salto. Con una habilidad pasmosa, trepo valientemente de las ramas hasta llegar a la cima. 

Sara y yo nos queremos mirando, pero escuchamos un grito desgarrador y Sara empezó a escalar rápidamente y yo la seguí, estamos demasiado lejos de mi nave. Tengo que admitir que es bastante buena escalando árboles pero yo también lo soy. 

Trepamos hasta arriba, donde nos esperan  karin, que oteaba el horizonte con su visión térmica. 

Profesor —¿Donde estan esos puntos de referencia? 

Karin se limito a señalar a distintos puntos de la selva, en donde la vegetación mas se eleva. Sara que miraba hacia una de las direcciones que Karin había señalado. 

Sara —¡ Son ruinas! ¡Ruinas tomadas por la selva!¡Estamos en medio de una ciudad engullida por la selva! 

Pero yo estoy mas curtido en estos ambientes alienígenas por eso discrepo después de echar un buen vistazo. 

Profesor — No son edificios ¿No veis ese alerón? ¿ O la antena de esa otra estructura? Son naves espaciales, que se quedaron tiradas en este planeta. 

Todos me miraron asombrados. 

Profesor —No podría asegurarlo desde aquí, pero creo que pertenecen a distintas civilizaciones, distintas épocas. Han aterrizado aquí en Nibiruy no han vuelto a despegar. 

Karin—¿Y que hacen aquí? 

Sara —Creo que deberíamos preguntar porque no han podido despegar. 

Nos bajamos del y nos acercarnos a la nave mas cercana. Es una enorme mole de metal, cuya aleación esta empezando a deteriorarse por la acción de las lianas y enredaderas que cubren su casco. Todavía esta desplegado su tren de aterrizaje y la rampa de acceso permanece abierta. 

Nos atrevimos a explora el interior de la nave, lo hicimos por separado para cubrir mas terreno. 

Después de caminar por un oscuros pasillos invadidos por plantas autóctonas y de criaturas que huían de mi presencia, encontré el puente de mandos. Intenté acceder a la base de datos del ordenador con la ayuda de mi sonico, pero laa celulas de energía de la nave están casi agotadas, pero pude activar un archivo de sonido. Se oían gritos, disparos de armas energéticas, el escándalo de un tumulto y de pronto, el silencio. Se oyeron mas de cinco minutos de absoluto silencio,antes de consumarse la última gota de energía, me parecio oír una fuerte respiración. 

Sara —Profesor, karin. Venir a la sala de máquinas, he encontrado algo. 

Por su tono de voz, no parecía nada agradable. Ys conozco el tono que pone cuando encuentra cuerpos sin vida, por desgracia no es la primera vez que los vey me temo que no será la última. 

Llegamos hasta la sala de máquinas. Efectivamente, allí había los cuerpos de los tripulantes. Ese lugar fue invadido recientemente por la vegetación natuvade Nibiru. Al parecer, el calor y la radiación que emitían las células de energía, repelieron a los seres de la selva. 

También hay restos orgánicos, que no sede de la nave ni de la tripulación. 

En esa masa orgánica, estan por todas partes y los esqueletos humanoides fueron devorados por los órganos descomponedores de la selva. 

Mientras que Sara y yo nos preguntábamos por la muerte de la tripulación, Karin se agachó para buscar entre los detritos del suelo. Pudo desterrar un esqueleto deteriorado, pertenecio a una criatura parecida a la de una araña del tamaño de un gato adulto. 

Karin —Serpientes. 

Profesor —¿Serpientes? ¿Dónde? 

Karin se puso de pie, se volvió hacia nosotros y nos dijo. 

— Si no nos vamos de este planeta, moriremos todos. 

 

 




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