Capitulo 2

Capítulo 2

Caminando en el pasillo, entre la oscuridad, a la vista veía una habitación iluminada, un foco de luz pequeño, suficiente para iluminar una habitación mediana, observé los alrededores, el entorno que me rodeaba, si no mal recuerdo, estaba en la casa de mi abuelo paterno, el cual viví ajusto al lado de la casa de mi bisabuela, y si, lejos de mi hogar vivían, bastante.

Fueron segundos lo que tarde, para llegar a la habitación, pero, antes de ingresar detuve mi caminar y respire profundamente, pestañeando y seguidamente ingrese por aquella puerta, viendo la habitación un tanto desordenada, pero una figura pude distinguir entre los desórdenes, ahí estaba mi abuelo con aquella computadora, una que procesaba muy lento las cosas.

Aun así, eso no le importo, disfrutaba de las canciones, aunque no evitaba que hubiera días que no tuviera paciencia, y ahora mismo, estaba con un aparato un tanto raro, no recuerdo su nombre, pero es como un modulador de voz, volumen, y un tipo de ecualizador de los 2000.

Y si, no se equivocan, la habitación resonaba del sonido de la música, de una canción, no recuerdo las letras y el artista, pero las melodías eran calmadas, pero también se sentían fiesteras, una extraña mezcla.

Entonces, pude notar como mi abuelo se giraba, y de allí me vio, notando finalmente mi presencia, y una sonrisa desbordo, acercando con calma.

- ¡Ehehe, Tobi! ¿Cómo andas? ¿Y tu padre? - pregunto tranquilo, sin dejar su sonrisa, mientras se ponía a bailar un poco para causar un poco de gracias, algo extraño, ya que no suele hacer eso, lo más lejos que pude llegar ver era que pusiera la música y disfrutara de ella, preguntándome que tal y mostrándome temas diferentes.

- Estoy bien abuelo, mi papa esta con la abuela blanca, tomando mate – respondí con una pequeña sonrisa. no seguro de su respuesta, yendo hacia su lado, pudiendo ver el video de la música, y una persona veía bailando, no era nada más y menos que el famoso rey del pop, Michael Jackson.

- Abuelo, ¿Quién es ese hombre? – pregunte curioso, como cualquier niño, aunque yo era de todo menos normal, no era normal, al menos del promedio del mundo. Y si, no reconocía del todo al rey del pop, pero su canción conocía.

- Michael Jackson, creí que ya sabía quién eras, siempre intentas hacer el movimiento de retroceder – comento lo último con gracias, viendo conmigo el baile que hacía con su cuerpo y demás acompañantes, hasta que pasaron los ratos y él fue al baño para hacer sus necesidades.

Todo esto pasaba mientras yo veía con una sonrisa y unos ojos sorprendidos los hazañosos y casi perfectos del rey, rozando la perfección, movimientos bien calculados, y de los bailes, pude divisar un hombre, vestido de blanco, alguien más aparte del rey pop, pero con una diferencia, el hombre poseía un bastón y un sombrero no tenia, sino un gorrito; una boina estilo peaky blinder pero de los 40, y de un color gris, sin mencionar que usaba lentes para leer, pero allí estaba, con una sonrisa y un bordón.

Cuando menos lo espere, parpadee involuntariamente y el aquel ya no estaba, queriendo salir de este extraño escenario, quise irme de allí, sin esperar a mi abuelo que tenía un comportamiento totalmente raro, uno que no era propio de él, siendo que es alguien sarcástico como irónico, incluso gracioso.

Sin más, sin esperar, sin paciencia, queriendo descubrir el enigma de mi mente, de este sueño, de este desconocido mundo. Corriendo se fue, hacia el mismo pasillo oscuro, a medida que más corría, más largo y pesado parecía hacerse, la música lentamente dejaba de escuchar, cada musical desaparecía, por curiosidad, vi atrás.

Y pude ver, como esa habitación iba desvaneciendo, el escenario. Todo se volvió tan negro de repente. Inesperadamente, en otro lugar aparecía. Atento, ojee mi cuerpo, notando que mis manos eran un poco más pequeñas, de cuando tenía 6 o 7 años, sí. En ese entonces era un chico rubio, uno tan natural, pero con el paso del tiempo se fue volviéndose castaño claro, quedando tan solo una pizca de ese dorado color, pero tan pequeño, la respuesta era la luz del sol, hay veces que mi pelo se reflejaba rubio cuando era todo lo contrario, un castaño claro, rozando un poco lo oscuro, pero claro.

Pero aquellos datos no eran tan importantes, pero un mensaje oculto hay. Las pequeñas cosas de la vida, eran lo que nos producían un cambio y llenaban nuestro ser, lo que nos formó, y nos seguiría formando.

Volviendo al tema, estaba en otra casa, específicamente en la cocina, gracias a mi buena memoria, pude reconocer el lugar. Estaba en la casa de mi abuela materna, y si, allí estaba ella, lavando los platos tranquila, aunque me irritaban los ruidos que hacía, cuando dejaba los platos y cubiertos en donde tenían que estar, es decir; guardados.

- Hola Tobi, ¿Cómo estás? ¿Y la mami? – pregunto con su sonrisa de abuela, mientras se secaba su mano con un repasador.

- estoy bien abuela, y mama esta con el tío Carlitos – respondí como aquella habitación, no tan seguro, intentando no darle importancia, me acerque a la abuela, y seguidamente la abrase, era una persona muy querida para mí, una que estuvo desde mi nacimiento, siempre dándome consejos, aunque también tenía cosas malas, pero más cosas buenas que bien.

Aunque también fue como una madre, pero más abuela, porque eso era y era lo lógico, aun así, no evito que también yo sufriera regaños de su parte, a medida que charlaba con mi abuela, mi cuerpo se estremeció y sentí que alguien observaba. Cuando me gire de repente, ahí estaba el hombre, no tan lejos, no tan cerca, solo ahí.

Intente ir hacia él, sin embargo, antes de poder ir hacia su presencia, él se dio la vuelta, dándome la espalda y comenzó a caminar tranquilo, pero cuando yo quería acercarme, el espacio del comedor cada vez parecía más grande, cuanto más caminaba, más se “rompía” el comedor y su persona lentamente se desvanecía como si de una brisada de arena se tratara.