Prófugos

×Capitulo trece

Pov's Maia:

La semana ha pasado bastante tranquila, salí con los chicos a diversos lugares, que por cierto este último tiempo me volví muy unida a ellos, hemos tomando más confianza entre nosotros y soy invitada cada vez que organizar para juntarse o salir a algún lado, estoy feliz de haber encontrado gente agradable que sean mis amigos, pero esperen eso no es lo mejor, no se imaginan lo que ha pasado, prepárense porque es algo muy fuerte de leer no quiero ser culpable de algún paro cardiaco o convulsiones que vayan a tener ¿ok? Bueno, comencé a llevarme bien con Caleb, si como leyeron no es broma me llevo bien con el idiota de Caleb, ni siquiera yo todavía logro creerlo, pero bueno son cosas que podían llegar a suceder.

Respecto al tema de bullying hacia mi pequeña hermana, hemos comenzado con las clases de defensa personal y me ha contado que ya las ha puesto en práctica y eso me pone muy feliz, lo se yo soy su hermana mayor y debería explicarle que la solución no los golpes si no hablar, pero sinceramente esas chicas se merecen unos buenos golpes, todavía estoy con unas buenas ganas de partirles la cara, pero mejor calmarme no quiero ser detenida por golpear niñas tontas. Ella no merece que unas estúpidas la molesten. Otra cosa que ha pasado es que ha conocido un chico que es más grande que ella por dos años, no ha querido contarme quien es el afortunado, pero espero que no sea un idiota o le arrancaré las pelotas.

Hoy ya estábamos a viernes y me encontraba en el almuerzo con los chicos hablando de idioteces. —Oigan escuché que hoy abría una fiesta, ¿qué tal si vamos? Hace tiempo que no vamos a mover el trasero. —Dice Tracy.

—Si porque no —Decimos todos.

—Hoy hay fiesta perras. Hoy le damos duro. —Dice Tracy a los gritos y todos reímos.

—Si quieren chicas pueden vengan a mi casa y prepararnos.

—Genial —Dice Fayna mientras las chicas asienten.

Luego de eso suena la campana y cada una va a sus respectivas clases. Al finalizar las clases voy a esperar a Cailin al auto como todos los días, y veo salir a Isaac con una sonrisa en su rostro, y luego sale mi pequeña hermana con sus mejillas sonrojadas. Ay no, espero que no sea lo que me estoy imaginando, mataré a Isaac en este mismo momento.

—Hola hermanita, ¿cómo estás? —Dice con una sonrisa plantada en su rostro. Carajo.

—Hola Cailin —Digo cortante. —¿Porque tan feliz? —Digo entrecerrando los ojos.

—No por nada —Oh si claro nada solo te estabas besuqueando con uno de mis amigos que por cierto es el mas mujeriego. Espero estar equivocada sino correrá sangre si veo a mi pequeña hermana llorar. No le contesto para no empezar a discutir, prefiero calmar mi mal humor.

Enciendo el auto y voy rumbo a mi casa. Al entrar nos encontramos que esta mi madre aquí y no está sola, junto a ella se encuentra una mujer, está se encuentra de espaldas por lo cual no puedo ver su rostro.

—Hola mamá —Decimos las dos al unisonó acercándonos a ella y la mujer misteriosa.

—Hola niñas, vengan aquí quiero presentarles a alguien —Nos responde mi madre y hace que la señora que esta a su lado se de vuelta mostrándonos su rostro. Yo la miro sin entender, ¿Qué hacia la madre de Caleb aquí? —Ella es Elena mi nueva amiga y compañera de trabajo, Elena ellas son Cailin y —No pudo terminar porque la señora Elena la corto.

—Maia, Maia es la joven que te he contado, la amiga de mi hijo que trajo a mis pequeñas a salvo —dice regalándome una sonrisa —¿Cómo estás? No te he vuelto a ver linda y, por cierto, Hola Cailin un gusto. —Cailin le devuelve el saludo y se va a su habitación mientras nosotras seguimos hablando.

—Muy bien, gracias.

—Nunca pensé que una de mis niñas había sido la encargada de cuidar a tus hijas, gracias hija.

—No es nada, por cierto, ¿las pequeñas cómo están?

—Muy bien, están en el patio, se van a poner muy contentas de verte —Asiento y voy corriendo hacia allí. Al salir las niñas se encontraban muy entretenidas jugando, cuando yo interrumpo.

—Hola mis pequeñas castañas de ojos claro. ¿Me han extrañado? Porque yo sí, muchísimo.

—Maia —Dicen las dos unisonó, corriendo hacia mi para darme un gran abrazo.

—Te hemos extrañado mucho —dice Lia

—Poque no has venido a juga conmigo —Dice cielo haciendo un lindo mohín, estás niñas me matan de amor.

—Yo también pequeñas —digo acariciando sus cabellos —Lo siento mucho mi vida, comencé el instituto y no he tenido tiempo, pero prometo organizarme bien los horarios y empezar a visitarlas más seguido. —Ambas saltan de felicidad y nos disponemos a jugar todas juntas. Así pasó toda nuestra tarde, jugando y comiendo helado.

Cerca de las siete de la tarde aparece Elena por la puerta de mi habitación, donde nos encontrábamos nosotras pintándonos las uñas. —Perdón que interrumpa su sesión de manicura, pero niñas es hora de irnos ya es tarde, Caleb ha venido a buscarnos.

Las tres asentimos y nos disponemos a acomodar todo y bajar. —Ya estamos aquí. —Caleb me mira y me da una pequeña sonrisa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.