Pov's Caleb:
Hoy necesito hablar si o si con Maia, debo aclararle todo y tratar de que con lo de ayer nuestra amistad no se eche a perder, se que soy un idiota, pero en este ultimo tiempo me he sentido bien pasando tiempo con ella, aunque la viva fastidiando.
¿Caleb donde quedo la venganza? ¿El yo nunca voy a estar con una sola chica?
Cállate conciencia.
No no, Caleb se enamoró.
Nunca. Pero siento algo que no se explicar por la rubita.
Miro el reloj de mi mesa de noche, son las ocho de la noche, tenemos que estar todos a las nueve en casa de Maia.
Es hora de cambiarme, busco en mi closet y me coloco lo primero que encuentro, un traje de baño con mariposas, de color celeste, con verde, una camiseta blanca con cuello en v, mis Vans negras.
Cuando termino, agarro mi celular, mis llaves, y mi billetera, me dirijo al súper más cercano, debo comprar las bebidas para luego ir a la casa de la niñita.
Me encuentro en la puerta de la casa de la niñita. Estaciono el auto y voy hacia la entrada toco el timbre, y de adentro se escuchan múltiples ruidos hasta que unos pasos que acercan a la puerta y está se abre.
Pov's Maia:
Con Fayna ya teníamos todo listo, habíamos hecho unos sándwiches y colocado algunos snacks en los platos, colocamos todo en la mesa del patio trasero cerca de la piscina. Ya casi habían llegado todos, solo faltaba Caleb, cuando estoy por entrar a la piscina suena el timbre.
—Ya vengo —Les a digo a los chicos. Estos asienten y sigue jugando. Cuando abro tras ella se encuentra Caleb, vestido muy sexy. Hormonas cálmense acuérdense que es un idiota.
—Hola rubita —Dice Caleb con una sonrisa en su rostro.
—Hola pizarra con patas, pasa siéntete como en tu casa. —me hago a un lado dejándole un espacio para que pase. Este asiente, y se dirige hacia el patio atrás mío.
Cuando cruza la puerta del patio trasero saluda a todos y se saca su camiseta haciendo que mi boca se abra. Ay mi dios, ¿acaso hace calor aquí? O ¿solo soy yo?
Justo Caleb se da vuelta y se da cuenta que lo estoy mirando intento disimularlo, pero es muy tarde, él solo se ríe y se tira a la piscina. Debo estar roja de la vergüenza, a veces pienso que soy un poco idiota. Me despojo de mi ropa quedando solo en bikini no me doy cuenta cuando Caleb e Isaac se quedan mirándome fijamente, camino rápido hasta la piscina y me tiro rápidamente para disimular mi vergüenza.
—Mai ¿quieres jugar a las peleas? —Me dice Fayna sacándome de mis pensamientos.
—Bueno, ¿quién contra quién? ¿Reglas?
—Debes subirte a los hombros de alguien, e intentar mantenerte sobre él sin caerte, ya que el que cae pierde y deberá hacer algún reto.
—Ok me apunto ¿quién será mi bello corcel?
—Yo mi bella dama. —Dice Caleb como un tono parecido al de algún dibujo animado haciéndonos reír a todos.
—Mas que un corcel pareces un sucio zorrillo.
—¿así? Pero debes admitir que soy un sexy zorrillo, y me amas —y me tira un beso.
—Si claro como tú digas Caleb, si eso te hace sentir bien. —me subo a sus hombros y comenzamos las peleas, ¿adivinen quien gano? Este chi. No no ganamos, ganaron Gael y Fayna, pero fue trampa.
—Perdedores deben cumplir el reto. —Dice Gael
—Pero no vale hicieron trampa —Digo enojada.
—Que mal perdedora eres Amiga mía —dice fayna haciéndose la desentendida de mi acusación. Maldita.
—¿bueno que debemos hacer? Díganlo de una vez —dice Caleb cortando nuestra pelea.
—Deben salir en sus trajes de baño al medio de la calle y cantar a los gritos Libre soy de Frozen —dice Fayna riendo.
—Me esperaba algo peor, vamos. —Me encojo de hombros y agarro a Caleb del brazo para arrastrarlo hasta la calle.
—La nieve pinta la montaña hoy
No hay huellas que seguir
La soledad un reino y la reina vive en mí
El viento ruge y hay tormenta en mi interior
Una tempestad que de mí salió —Canta Caleb a los gritos haciendo que los chicos suelten una carcajada
—Lo que hay en ti, no dejes ver
Buena chica tú siempre debes ser
No has de abrir tu corazón
Pues ya se abrió —le sigo yo mientras ambos actuamos la escena de la película.
—Libre soy, libre soy
no puedo ocultarlo más
Libre soy, libre soy
libertad sin vuelta atrás.
¿Qué más da? No me importa ya
Gran tormenta habrá
El frío es parte también de mí —Cantamos todos juntos.
y Así transcurrió la noche con risas, juegos, música, y comida.
—Mai, no hay más papitas, ve a buscar —Dice Isaac.
—Acaso eres manco o ¿qué?
Por favor —pone cara de perrito mojado, yo ruedo los ojos y me levanto de mi silla para ir a la cocina a buscar las benditas papitas, cuando estoy concentrada poniendo las en un planto, siento unas manos en mi cintura, haciéndome sobre saltas.