Pov's Caleb:
No podía creer ¿cómo puede ser que Maia me haya evitado todo el día?, no sé si estará enojada, ¿habré hecho algo? Soy idiota, pero deberme acordaría si la hubiera cagado. Le pregunté a los chicos y todos dicen no saber nada, no sé si en serio no lo saben o solo me están ocultando la verdad. Esto ya me está cansando. En la próxima hora no se podrá escapar, compartimos clase y nos sentamos juntos, asique no tendrá escapatoria.
Voy hacia el aula y me siento donde siempre, al verla entrar le sonrió, no puede ser tan hermosa maldita sea, no sé qué mierda tiene esta chica pero me trae loco no puedo sacarla de mi cabeza, y más sabiendo que ella no es igual a todas, aunque me cueste admitirlo.
Espero que se acerque y se siente a mi lado pero hace todo lo contrario, se dirige hacia una rubia llena de silicona que me mira con ojos deseosos, en otro momento tal vez la estaría mirando de la misma manera, aunque prefiero más las chicas naturales, porque negarme a un buen polvo, pero ahora solo pienso en aquella rubia loca, con carácter, que cada vez que le digo alguna guarrada me golpea, que ama la velocidad y el peligro tanto o más que yo, no sé qué está causando ella en mi pero no debo demostrarme tan débil no pueden saber que ella verdaderamente me importa.
Veo que hablan animadamente, y la miro sin comprender muy bien que ocurre, cuando veo que la rubia agarra sus cosas y se acerca a mí. Ay no.
—Hola precioso, seré te compañera de banco por hoy —me dice mordiendo su labio intentando ser sexy
—No vete a tu lugar, este ya está ocupado.
—No veo a nadie aquí, y por lo que veo tu compañera de banco se sentara en otro sitio asique hoy serás mío. —dice tocándome el brazo, yo la aparto y miro al frente ignorándola.
Maldición Maia me las pagaras muy caras.
Las clases llegaron a su fin, gracias a dios sinceramente ya no soportaba más a miss plástica, estuvo toda la clase, acomodando su escote de manera que sobresaliera más de su blusa si eso podía ser posible y así captar mi atención, pero lo único que logro es ponerme de peor humor y ganarse varios gruñidos de mi parte para que se callara.
Ya nadie queda en la escuela me retrase hablando yendo a buscar algo en mi casillero. voy caminando por los pasillos hacia la salida, cuando veo una pequeña silueta rubia caminando por el pasillo rumbo a la salida, ese trasero lo conozco muy bien, esta vez no te me escapas Maia Jones.
Camino rápida y silenciosamente para que ella no se dé cuenta que estoy yendo tras ella y se me vuelva a escapar.
Cuando tengo la me acerco a su oído y digo —Por fin te encontré. —ella se sobre salta, asustada hasta que me reconoce e intenta escapar, pero yo soy más rápido y el agarro de la cintura —Esta vez no te me escapas. —la acorraló contra los casilleros, coloco cada una de mis manos a sus costados, así dejándola sin manera de escapar.
—Caleb déjame en paz, debo irme mi hermana me esta esperando —dice ella sin mirarme a los ojos e intentando zafarse de mis brazos.
—No no preciosa, me ignoraste todo el maldito día, escapaste de mí, y encima me hiciste que una rubia llena de silicona me moleste durante toda la clase de historia, me entregaste a una rubia necesitada de un buen polvo pequeña traidora, asique está vez no te me escapas debo hablar contigo de una vez y luego me vengare.
—¿Qué quieres Caleb? —dice entre enojada, y puedo notar un poco de nerviosismo en su voz ¿puede ser?
Es ahora o nunca —Esto quiero. —digo para ir acercándome lentamente y por fin juntar nuestros labios, pero, cuando estoy a punto de tocar sus hermosos labios, una voz nos interrumpe.
—Mai nos podemos ir por fav, oh disculpen no sabía que estabas ocupada, me voy al auto—dice la hermana de Maia y sale corriendo. Mierda.
—No otra vez, por dios cuánto va a costarme darte un maldito beso, siempre debe venir alguien e interrump—digo enojado, pero algo no deja que termine de hablar.
Maia me había besado, era un suave y cálido beso, cuando reaccionó, la agarro de sus mejillas, y le sigo el beso, paso mi lengua por su labio inferior pidiendo permiso para introducir mi lengua en su boca, ella parece entenderme y abre sus labios para dejarme hacerlo sin problema, nuestras lenguas danzas en la misma sincronía. No quería separarme de ella y de sus suaves labios, pero por falta de aire debemos hacerlo.
Ella baja la mirada avergonzada —Debo irme Caleb adiós. —Dice para salir corriendo, logro detenerla al agarrar su muñeca y tirar de ella, no quiero que se vaya.
—Ey espera, no escapes de mí. —digo tomándola de la barbilla para que me mire a los ojos.