Prófugos

×Capítulo treinta y uno

Pov's Maia:

Hoy ya hace una semana del accidente de Caleb, él por suerte ya se encuentra en su casa.
Nuestra relación va excelente, el accidente en vez de separarnos nos ha juntado más y la verdad que me alegra demasiado, Caleb me repite constantemente que la culpa no ha sido mía, pero todavía no puedo sentirme tranquila.

—Hola pizarra con patas —Digo entrando a su habitación y tirándome encima de él para besarlo.

—Hola Preciosa —Me da un pequeño beso y pellizca mi trasero.

—Oye las manos —Digo apuntándolo de forma acusadora.

—Solo toco lo que es mío

—ja-ja-ja si mejor aleja tus manos o te las cortare.

Mis días últimamente se basan en, las mañanas ir al instituto, por las tardes estar con Caleb y por las noches buscar la manera de sacarme por fin de encima a Dylan.

Tengo varios contactos en diversas bandas del país, ya que las carreras ilegales me han acercaron a ellos, hice varios trabajos para ellos y me deben varios favores que creo es momento de utilizar. Volví a comunicarme con Martín Black y Liam Rick

Ambos son jefes de distintas bandas aliadas, ellos manejan varias partes del país, y una justamente es NY.

A pesar de ser jefes de bandas peligrosas son grandes personas y los considero como mis hermanos mayores, ya que cuando ocurrió lo de mi padre ellos me han ayudado a intentar desaparecer y que Dylan no me encontrara, pero no ha funcionado.

A pesar de ser jefes de bandas peligrosas son grandes personas y los considero como mis hermanos mayores, ya que cuando ocurrió lo de mi padre ellos me han ayudado a intentar desaparecer y que Dylan no me encontrara, pero no ha funcionado

Son las diez de la noche, es hora de irme de casa de Caleb las pistas, hoy me juntaría con Martín y Liam como vengo haciendo hace varias noches.

—Amor nos vemos mañana ¿sí? Debo irme mi madre necesita que vaya ahora. —separándome de a poco de nuestro abrazo.

—Pero pequeña es viernes, podrías quedarte a dormir conmigo, vemos alguna película —Dice haciéndome un intento de mohín tierno.

—No me pongas esa cara sabes que no me resisto. —digo dándole un pequeño beso en los labios —prometo que mañana vendré a despertarte y me quedo contigo todo el día y noche ¿sí?

El bufo, pero termina asintiendo. —Está bien pequeña ve, mándale mis saludos a tu madre y a Cailin.

—Claro que sí, te quiero amor, cuídate. —me apoderó de sus labios antes de irme

Al separarnos él dice—Yo a ti mi pequeña. Mándame un mensaje al llegar ¿sí?

—Si papá —digo saliendo de su habitación. Bajo rápidamente las escaleras, me despido de Elena y las niñas, salgo de aquí subiéndome a mi auto.
Espero que los chicos hayan podido conseguir algo, tengo que intentar hacer todo antes que Caleb o alguno se entere y me mate por no contarles nada.

Al llegar, dejo mi auto aparcado un poco lejos para que nadie lo vea o reconozca, los chicos no saben que estoy aquí y tengo miedo de que le digan a Caleb, sé que se enojara cuando se entere, pero es algo pendiente y no puedo seguir dejando que Dylan arruine mi vida por siempre. 
Antes de bajar, coloco la capucha de mi campera sobre mi cabeza tratando de esconder mi rostro lo mejor posible, no quiero ser descubierta.

Voy caminando rápidamente hacia las oficinas donde dijeron que me esperarían. Cuando toco la puerta sale un hombre fornido, muy alto de cabello negro y ojos marrones.

—¿Qué quieres niña? —pregunta de manera brusca.

—Diles a Martín y Liam, que Maia Jones llegó. —me mira de mala cara y se retira a supongo consultar, yo mientras miro a mis lados que nadie me haya visto, vuelve a los poco minutos.

—Pasa.

Entre rápidamente y camine por el largo pasillo, así encontrándome ambos sentados en una especie de sala con una puta sentada en sus regazos, nunca cambian.

—Miren quien llegó, nuestra hermosa Maia

—Veo que ustedes nunca cambian —Digo señalando a las zorras que me miran de mala manera.

—Ya sabes cómo somos dice —Dice Liam haciendo que yo ría mientras niego con la cabeza.

—Bueno váyanse tenemos que hacer cosas importantes —Dice Martín echando a las dos chicas.

Cuando las zorras salen me dispongo a hablar —¿Qué han podido averiguar?

Pov's Caleb:

Estoy muy aburrido, no veo la hora que me saquen estos malditos yesos que me dan comezón.
Maia últimamente está muy rara se va todas las noches rápido y no me dice donde siempre es con su madre, pero sé que no es así.
Espero que no me esté escondiendo nada sino estaremos en problemas, ella sabe que odio las mentiras.

Necesito volver a las carreras y poder romperle la cara al idiota de Dylan, él pensaba que me iba a matar, pobre imbécil, nunca va a lograr que Mai vuelva con él no volverá a lastimar a nadie de su alrededor. Si pretendía alejarme de ella esta logrando todo lo contrario el pobre imbécil.




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