Brooke
¿Y bien? – dijo el ojiazul mirándome con una ceja alzada.
¿Y bien qué? – dije haciéndome la desentendida.
Él puso los ojos en blanco – si vas a salir conmigo a charlar cuando acabe tu turno.
No lo sé – me encogí de hombros.
¿Cómo que no sabes? – dijo arrugando su ceño.
Pues sí, no lo sé. No me inspiras mucha confianza, qué tal y resultas ser un asesino en serie que quiere vender mis órganos –dije cruzándome de brazos.
Azael se echó a reír, y vaya que tiene una risa muy linda, pensé.
Eres demasiado desconfiada. – dijo apoyando sus brazos en la mesa - ¿sabes? Tú tampoco me inspiras confianza, además, si quisiera raptarte para vender tus órganos como dices, – dijo poniendo los ojos en blanco. – definitivamente no me lo pondrías fácil.
¿Ah sí? Dime porqué. – dije recostándome a la mesa
Pues sería muy difícil sacarte sin que me dieras unos buenos golpes, rayos, golpeas muy bien por lo que he visto y no, no quiero que me lo confirmes usándolos contra mí - dijo rápidamente al verme sonreír maliciosamente.
Pues gracias, es lo más lindo que me han dicho – dije pensativa.
No te creo – me dijo divertido.
Es mejor que no lo hagas. – sonreí, realicé la cuenta y la coloqué cerca de su mano.
Él solo negó con su cabeza y me pasó el dinero. Fui y lo deposité en la caja registradora y le di el cambio.
En eso, Jeff me llama.
Brooke, querida. Ya puedes irte, hoy ha sido un largo y cansado día para ti, Charlotte y yo cerraremos. – me sonrió.
Gracias Jeff – le sonreí agradecida, de verdad que me siento cansada, pelear con cretinos me deja exhausta.
Me quité el delantal y lo dejé sobre el mostrador, tomé mi bolso y me dirigí hacia la salida, pero claro, míster lector de vidas no pretendía dejarme en paz.
¿No te darás por vencido y aceptarás que no iré contigo a ningún lado? – dije rodando los ojos, aunque él no podía verme, ya que iba detrás de mí.
Tú lo has dicho, no lo haré – dijo y se colocó a mi lado. Genial, ya era el segundo tipo que me seguía tratando conseguir algo de mí. Dios, parecía que yo prácticamente era un imán para los idiotas.
Pues deberías, definitivamente no pienso salir contigo ni hoy ni nunca. Dije dándole una mirada despectiva.
Te aseguro que eso no te durará mucho, pronto lo harás – dijo convencido.
No estés tan seguro, no me conoces – dije sin dejar de caminar.
Quizás no te conozca a ti, pero conozco a muchas otras personas que son como tú – se detuvo de pronto. Me detuve y me giré a mirarlo, estaba serio, muy serio, y rayos, si no fuera porque sé manejar miradas así, me habría asustado un poco.
No tienes idea de lo que estás diciendo – dije cruzada de brazos.
Simplemente me dio una sonrisa torcida – claro que la tengo, me conozco muy bien, y, por ende, a ti también. – me miró por unos segundos, mientras yo lo miraba con desconcierto. – hasta la próxima, Brooke. – dijo y se giró, comenzó a caminar hacia donde estaba la cafetería.
Yo me quedé mientras lo observaba alejarse, pensaba en lo que había dicho, no podía ser que se refiriera a lo que estaba pensando, no podía ser que él supiera cómo soy en realidad, no podía ser que creyera que él era igual que yo, simplemente no.
Azael.
Definitivamente esta chica, Brooke es un enigma completo, le dije que me conocía a mí mismo muy bien y que por ende a ella muy bien, y rayos, con eso le di demasiada información sobre mí y mi pasado. De ahora en adelante debo ser más precavido con mis palabras, y, pensándolo bien, nunca me había pasado algo así, las personas que se me acercan o con las que he mantenido algún contacto, solo saben de mí lo que yo les permito y llega esta chica, y ¡boom! Le suelto más de la cuenta, si sigo así, en un abrir y cerrar de ojos ella podría hacer mi vida más miserable si se llega a enterar.
La manera en la que se mostró confundida me llegó a confundir un poco, y llegué a pensar que quizás estaba equivocado, tal vez ella simplemente estudió algún tipo de artes marciales o de defensa personal, sí claro, trata de engañarte a ti mismo Azael, quizás si lo intentas más lo logres.
Solo sé que tengo que lograr que esa chica ruda acepte charlar conmigo, aún no sé cómo, pero algo se me ha de ocurrir.