Capítulo 2
-¿Sabes que te ves ridícula con una gorra y lentes dentro de la escuela? –pregunta el idiota de Alec a lo que yo contesto con sacarle mi dedo de en medio he ir corriendo en dirección a una de mis mejores amigas- ¡DEPERDIDO DI ADIOS!
-¡VETE AL CARAJO! –grite por los pasillos.
Me dirigía hacia mi Emily cuando enfrente de mí se para nada más y nada menos que Amber y Jennifer.
-¡Hola! –Dijeron las dos al mismo tiempo como si estuvieran sincronizadas.
-¿Qué quieren? –contesté secamente y con mi cara de asco.
No me culpen ese dúo enserio son un dolor en el culo, unas empalagosas de primera, y sus voces chillonas molestan a todo el mundo, y no pasemos por alto sus perfumes de “vainilla” que mejor dicho olían a culo.
-Queríamos invitarte a la fiesta anual, es el primer día del primer año de la Universidad y tenemos que celebrarlo, es este fin de semana, invita a tus amigas –Dijo Amber y Jennifer me entrego un sobre- Chao.
Tengo que admitirlo, sus fiestas eran una jodida pasada, desde la preparatoria vienen haciéndolas y para que fueran fiestas de preparatoria era todo con lo que todos los jóvenes soñamos, alcohol y mucha tensión sexual. Aunque también quedaban cortas con las fiestas a las que suelo ir casi siempre, no son fiestas en todo el sentido de la palabra pero saben a qué me refiero.
Seguí mi camino y Emily seguía delante de su casillero acomodando sus libros en su pequeñita mochila.
¿Cómo hace para que le quepan tantos libros en esa jodida miniatura de mochila?
-¡Buu! –Llegue por detrás de ella agarrando sus hombros y literalmente salto del susto.
-Idiota –se volteó y me pego en el hombro- Me diste un gran susto –cerro su casillero y comenzamos a caminar- ¿Amber y Jennifer te invitaron a su fiesta?
-Era de esperarse –me encojo de hombros.
-Hope, te ves horrible –paramos en medio del pasillo y ella me inspeccionó- Tienes que dejar de ir a esos lugares, él ya no va a volver, no tienes porqué vivir con miedo lo que queda de tu vida…
-Para –la detuve y ella asintió- No tengo miedo ¿de acuerdo?
Lo decía más para mí misma que para ella. ¿De qué iba a tener miedo?
-De acuerdo, pero en serio tienes que dejar de ir, no quiero que un día tu madre me diga que estas muerta –Bromeó.
-Si como sea.
-Mira quien viene –movió la barbilla y apuntó a la puerta principal de la Universidad… una de tantas a decir verdad era como un jodido laberinto.
Mi cara se desfiguro totalmente, puse una cara de asco que tengo reservada para pocas personas en el mundo. Entrando como si fuera el rey del mundo Owen Miller, el playboy, mi apodo de cariño “baja bragas”. Ese chico tiene su propio espacio en mi corazón, y no es porque me guste, simplemente tiene un espacio en mi pequeño corazoncito para poder odiarlo a gusto. Lo conozco desde que estoy en Primaria y les puedo decir que; Es un chico extrovertido, engreído, patán, grano en el culo, desesperante, y otros insultos no apropiados para salir de la boca de una “damita”. En serio, es la persona más irritante que puedas conocer en el puto planeta. Ya ni mis hermanos. Es de último año. Nunca hablamos, porque el en serio tiene un problema de ego.
Me le quede viendo y él se puso enfrente de mí y me guiño un ojo.
-¿Te gusta lo que ves Italia? –me preguntó, otra vez guiñándome un ojo.
Maldito animal lo odio. Definitivamente necesito cambiarme mi segundo nombre.
¿Acaso tiene un tic y no lo sabía?
-No, creo que voy a vomitar –Jalé a Emily hacia mí y la lleve arrastrando hasta el baño.
-¡Maldita sea! –Me grito Emily cuando llegamos al baño- ¡Hope, estábamos frente a un pedazo de Adonis!
Seamos sinceros, Owen es guapo, demasiado honestamente, pero es un idiota, se acuesta con todo lo que tiene vagina, se tiro a casi todas las chicas de la Preparatoria (bueno, talvez no a todas, pero si a las que estaban en su curso) también a la mayoría de las de la universidad y yo, no pienso ser una de las de su lista, ni de broma, podrá ser muy guapo, pero no. N-U-N-C-A.