El segundo día de Celeste en la mansión de los Navarro comenzó con un ritmo tranquilo. Después de la tensión del primer día, decidió salir a dar un paseo por los jardines de la propiedad, buscando despejar su mente. El sol de la mañana iluminaba las flores, y el aire fresco le proporcionaba una sensación de paz que anhelaba.
Al regresar a la mansión, Celeste escuchó voces provenientes del salón. Al asomarse discretamente, vio a Einar acompañado de sus dos hermanos, el hombre gira su cabeza hacia la puerta, ella aclara su garganta la ha pillado espiando.
—Buenos dias, hoy hace una preciosa mañana
—Buenos dias hermanita, lamento informar que aún no esta lista tu oficina —informa Iker —Lo siento.
—Puedo estar en tu oficina —propone, pero sus hermanos niegan.
Einar habia estado callado.
—Celeste, ¿te gustaría acompañarme a mi oficina esta tarde? No has tenido la oportunidad de conocer Castillo Innovations —preguntó Einar, con una sonrisa entusiasta.
—Por supuesto, me encantaría. Estaré allí alrededor de las dos —respondió Celeste, sintiendo una mezcla de emoción y curiosidad.
—Nos vamos hermanita, tenemos un dia pesado, disfruta tu dia, estaras en buenas manos —los tres hombres se marchan, la joven suspira, ya no se sentia tan relajada con Einar como en el pasado, no entendia la razón.
A la una y cuarenta, Celesta baja del taxi que la ha llevado al centro de la ciudad, no recordaba que el edificio de Castillo Innovations fuera asi de impresionante, es un rascacielos moderno y sostenible ubicado en el corazón del distrito financiero de Altamira. Su exterior de vidrio azul brillante y acero inoxidable refleja la luz solar, reduciendo el consumo de energía. La entrada principal cuenta con un amplio vestíbulo con un jardín vertical y esculturas modernas, Eiran habia hecho mucho por la empresa que heredo de su padre, no dejaba de admirarlo, tanto por fuera como por dentro.
El interior del edificio presenta un diseño abierto y colaborativo, con amplias ventanas que ofrecen vistas panorámicas de la ciudad. Las áreas comunes incluyen salas de reuniones equipadas con tecnología de punta, zonas de descanso y una cafetería con opciones saludables.
El edificio está equipado con sistemas inteligentes de gestión de energía y clima, y cuenta con redes de alta velocidad y seguridad avanzada. En la azotea hay un jardín verde con áreas de descanso y paneles solares que suministran energía renovable. Además, el edificio es accesible para personas con discapacidades y fomenta el uso de medios de transporte sostenibles.
— Buenas tardes, ¿en que le puedo ayudar? —pregunta la recepcionista.
—Buenas tardes, mi nombre es Celeste Navarro, el Señor...—la joven la interrumpe,
—El Señor Castillo la espera, ultimo piso —le entrega una llave electronica para el ascensor.
—Gracias —la joven se dirige al ascensor, estaba asombrada con todo lo que habia hecho Einar con el legado de su padre, Samuel Castillo.
La joven al llegar al ultimo piso, la secretaria de Einar levanta la cabeza, se levanta de su puesto y camina hacia la puerta.
—Pase por favor, Señorita Navarro —la joven entra
La oficina de Einar en Castillo Innovations está situada en el último piso del rascacielos, ofreciendo vistas impresionantes de Altamira. Es un espacio amplio y elegante con un diseño minimalista y moderno.
Le gusta su escritorio de madera oscura y superficie de vidrio, está equipado con una computadora de última generación. Las paredes están decoradas con obras de arte modernas y una estantería con libros sobre tecnología, liderazgo y sostenibilidad.
La oficina cuenta con una zona de reunión con un sofá de cuero negro, sillas a juego y una mesa de cristal. Una pantalla grande permite presentaciones y videoconferencias. Además, hay una pequeña área de café con una máquina de espresso de alta gama.
El ambiente es de concentración y profesionalismo, pero también de apertura y colaboración, reflejando perfectamente la visión y los valores de Einar Castillo. En ese momento Celeste se da cuenta que él no esta solo, hay una mujer sacando una botella de agua del minibar, es alta, esbelta y elegantemente vestida. Su cabello rubio caía en suaves ondas, y su postura segura contrastaba con la serenidad de la oficina,
Einar y la mujer conversaban animadamente, y Celeste no pudo evitar sentirse un poco fuera de lugar. Justo en ese momento, Einar levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Celeste. Una expresión de sorpresa pasó por su rostro antes de suavizarse.
—Celeste, ven, quiero presentarte a alguien —dijo Einar, haciendo un gesto para que se acercara.
Con un nudo en el estómago, Celeste caminó hacia ellos. La mujer la observó con una sonrisa que parecía amable, pero había algo en su mirada que no le inspiraba confianza.
—Celeste, esta es Verónica Santillán, mi novia —anunció Einar, su tono ligeramente incómodo—. Verónica, ella es Celeste Navarro, la hermana menor de mis mejores amigos.
Verónica extendió la mano con una sonrisa encantadora.
—Encantada de conocerte, Celeste. Einar me ha hablado mucho de ti —dijo Verónica, su voz suave, pero firme.
—Igualmente —respondió Celeste, estrechando la mano de Verónica. La sensación de frialdad en el apretón de manos no pasó desapercibida.
La tensión en el aire era palpable, pero Verónica se mostró afable y conversadora, hablando sobre sus proyectos y su trabajo en Santillán Tech. Sin embargo, Celeste no podía evitar sentir que había una barrera invisible entre ellas.
—He oído que estuviste estudiando en el extranjero. ¿Qué tal fue la experiencia? —preguntó Verónica con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
—Fue increíble. Aprendí mucho y conocí a gente fascinante. Estoy emocionada por aplicar mis conocimientos aquí —respondió Celeste, esforzándose por sonar entusiasta.
Einar, por su parte, parecía incómodo, aunque trataba de mantener la compostura. Era evidente que la presencia de Verónica alteraba la dinámica entre él y Celeste.
—Sí, siempre hemos sabido que Celeste tenía un futuro brillante por delante —dijo Einar, intentando aliviar la tensión—. Estamos seguros de que hará grandes cosas en Titanium Energy.
Después de unos minutos de conversación superficial, Verónica sugirió salir a pasear por la ciudad, invitando a Celeste a unirse. Aunque la invitación parecía sincera, Celeste dudó por un momento. Finalmente, decidió aceptar, pensando que era una oportunidad para conocer mejor a la novia de Einar.
—Me encantaría —dijo Celeste, esforzándose por parecer entusiasta.
El paseo transcurrió por las calles vibrantes de Altamira. Verónica se mostró encantadora y atenta, pero sus sutiles comentarios y preguntas dirigidos a Celeste dejaban entrever una intención más profunda. A lo largo del paseo, Celeste sintió que Verónica estaba evaluando cada una de sus respuestas, como si tratara de descubrir algo más allá de lo superficial.
—Entonces, ¿cuáles son tus planes ahora que estás de regreso? —preguntó Verónica, sonriendo amablemente.
—Bueno, quiero empezar a trabajar en Titanium Energy y contribuir con mis conocimientos. También me gustaría dedicar tiempo a proyectos de sostenibilidad en la comunidad —respondió Celeste, tratando de mantener la calma.
Einar, aunque atento y educado, parecía distraído, sus pensamientos claramente en otra parte. Celeste no pudo evitar preguntarse si su presencia estaba afectando la relación entre Einar y Verónica.
Justo cuando pensaba que las cosas no podían ponerse más incómodas, llegó un hombre alto y apuesto, con una sonrisa deslumbrante. Verónica se acercó para saludarlo con un abrazo.
—Celeste, déjame presentarte a mi primo, Alejandro Santillán —dijo Verónica con entusiasmo—. Alejandro, ella es Celeste Navarro.
Alejandro, con su cabello oscuro y ojos penetrantes, miró a Celeste con un interés evidente.
—Es un placer conocerte, Celeste —dijo Alejandro, estrechando su mano con calidez
Celeste sintió un leve rubor en sus mejillas ante la mirada intensa de Alejandro.
—El placer es mío, Alejandro —respondió, tratando de mantener la compostura.
A lo largo del paseo, Alejandro mostró un interés genuino en Celeste, haciendo preguntas sobre su vida y sus intereses. Aunque Celeste apreciaba la atención, no pudo evitar sentir una inquietud creciente.
—¿Te gustaría que te muestre algunos lugares especiales de la ciudad? Hay rincones que podrías disfrutar —sugirió Alejandro.
—Me encantaría —dijo Celeste, sonriendo—. Aunque conozco Altamira, siempre es agradable redescubrirla.
Einar, por su parte, observaba la interacción con una mezcla de incomodidad y celos, aunque trataba de convencerse de que su preocupación era puramente fraternal.
—Alejandro es un gran conocedor de la ciudad. Estoy segura de que te lo pasarás genial con él —añadió Verónica, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
Al final del paseo, Verónica y Alejandro se despidieron con promesas de volver a encontrarse pronto. Celeste no podía dejar de pensar en la tensión y la incertidumbre que habían marcado el día. La presencia de Verónica y Alejandro había añadido una nueva capa de complejidad a su relación con Einar, y Celeste se preguntaba cómo manejaría los desafíos que se avecinaban.
Einar, aunque trataba de no mostrarlo, estaba perturbado por el interés de Alejandro en Celeste. En su mente, seguía repitiéndose que solo quería protegerla, pero una parte de él sabía que había algo más profundo en sus sentimientos.
Editado: 10.03.2025