A la mañana siguiente, Celeste se despertó sintiéndose ligeramente desorientada. Había dormido profundamente, sentia que habia descansado. Mientras se vestía, recordaba vagamente el sueño que tuvo, Einar abrazándola en la cama, mientras dormía, sintió que se sonrojó.
Cuando bajó las escaleras, se encontró con Andrés, quien la esperaba con una expresión seria en su rostro.
—Celeste, ¿por qué estaba tu puerta cerrada con llave anoche? —preguntó Andrés, sin rodeos.
Celeste se sintió atrapada y trató de mantener la calma.
—Andrés, lo siento. Estaba muy cansada y necesitaba descansar —respondió, evitando su mirada.
—¿Solo eso? —dijo Andrés, con una mezcla de frustración y desconfianza—. No me parece justo que sigas evitándome.
Celeste bajó la mirada, sintiendo la tensión en el aire.
—No es eso, Andrés. Solo necesito tiempo para... procesar todo —respondió, tratando de explicarse, aún no se sentía lista para dar el siguiente paso en su relación, Andrés insistía en que tuvieran intimidad, al mes de ser novios, ella le había pedido tiempo, él habia aceptado, pero al parecer el tiempo para él ya se había acabado.
Andrés resopló con frustración.
—Tengo trabajo que hacer —dijo, subiendo las escaleras hacia su habitación sin mirarla de nuevo.
Celeste suspiró, sintiéndose aún más confundida y angustiada. En ese momento, Einar bajó las escaleras y se encontró con Andrés en el vestíbulo. Ambos se miraron brevemente, pero no se saludaron.
Einar, notando la tensión, decidió intervenir.
—Buenos días, Celeste —dijo, sonriendo amablemente—. ¿Te gustaría salir hoy? Tengo algunas ideas en mente.
Celeste se sintió aliviada por la propuesta de Einar y asintió con entusiasmo.
—Sí, me encantaría.
Einar le envió un mensaje a su secretario, cancelando todas sus reuniones del día.
—Perfecto. Dame un momento, voy a cambiarme—dijo Einar, dirigiéndose a su habitación.
Cuando regresó, más casual y relajado, Celeste no pudo evitar notar lo atractivo que se veía, fue consciente de que Einar ya no era el chiquillo que había dejado antes de irse a la universidad.
—Vamos al parque de diversiones. Sé que te encantaba cuando eras niña —dijo Einar—. ¿Estás de acuerdo?
Ella asintió.
Cuando llegaron al parque de diversiones, las muchachas se detenian a admirar a Einar, se veia imponente, su cabello castaño perfectamente peinado, solo un mechon caia en su frente, su cuerpo era de complexión musculosa, él y sus hermanos pasaban tiempo en el gimnasio, él la toma de la mano.
—No quiero que te pierdas —le dice.
Celeste sintió una corriente de sensaciones recorrer su cuerpo al sentir el toque de Einar. Era algo que nunca había experimentado con Andrés.
El día se convirtió en una serie de risas y momentos inolvidables. Einar la llevó en la noria, compartieron algodón de azúcar y se subieron a todas las atracciones posibles. Celeste no podía dejar de reír y sentirse libre.
Mientras caminaban, muchas muchachas se detenían a admirar a Einar, y Celeste se daba cuenta de lo atractivo y carismático que era. Mientras él la tomaba de la mano, Celeste se sentía segura y feliz, algo que nunca había sentido de esa manera con Andrés.
Al final del día, mientras regresaban al auto, Einar no soltaba su mano. Celeste sentía que el día había pasado en un suspiro, lleno de momentos especiales.
—Celeste, ¿amas a Andrés? —preguntó Einar de repente, rompiendo el silencio.
Celeste se quedó en silencio, sin saber cómo responder. Sabía que nunca había experimentado el amor de verdad, pero sentía una obligación hacia Andrés.
—Sí, lo amo —respondió finalmente, aunque no estaba segura de sus propias palabras.
Einar frunció el ceño y apretó los labios.
—Celeste, eres una niña aún para entender lo que es el amor. Andrés no es el hombre adecuado para ti —dijo, con tono serio y protector.
—¿Por qué dices eso, Einar? Andrés es... bueno, me trata bien —respondió Celeste, sintiéndose confundida.
—Porque te conozco desde siempre, Celeste. Sé que puedes encontrar a alguien que realmente te haga feliz, que te entienda y te valore. Y, sinceramente, no creo que Andrés sea esa persona —dijo Einar, con una mezcla de frustración y preocupación.
Celeste bajó la mirada, sintiendo una tormenta de emociones dentro de ella. Sabía que Einar tenía razón en parte, pero también sabía que estaba confundida y necesitaba tiempo para entender sus propios sentimientos.
Mientras el auto se dirigía de regreso a casa, Celeste no podía dejar de pensar en las palabras de Einar y en lo que realmente significaba amar a alguien. Andrés la habia conquistado con su carisma, era un joven alegre en en la universidad, perseguido por muchas mujeres, ella se sintio afortunada al ser ella la elegida para ser su novia, creia que lo que sentia era amor ¿Realmente sabia lo que era el amor?