Capítulo 15. El amor que nunca se fue

Alex en casa los reunió a todos para comentarles sobre el regreso a casa.

—Como ya saben, debemos volver a casa el fin de semana, porque comienzan un nuevo ciclo escolar, por lo cual debemos volver para prepararlas.

—Mamá… ¿vendrá con nosotros? —preguntó Cloe.

—No, ella no podrá venir con nosotros y sobre eso quiero hablarles, ella tiene su vida aquí —dijo Alex.

Lia lo vio decaído así que le tomo la mano a manera de apoyarlo.

—¿Entonces nos volveremos a separar? —preguntó Cloe, bajando la mirada.

—Efectivamente, por eso quería hacerles una propuesta, necesito que lo piensen muy bien y quiero dejarles en claro que ustedes decidirán lo que pasara, su opinión es muy importante y ustedes son mi prioridad, al igual que Kiara —respondió Alex recalcando sus prioridades.

—Te escuchamos, ¿cuál es tu propuesta? —menciono Lia.

—La propuesta es muy arriesgada, mi idea es quedarnos aquí a vivir permanentemente, así podremos estar todos juntos como antes, Kiara no sabe nada sobre esta propuesta, entonces… ¿quiero saber que opinan ustedes?

Todos se quedaron en silencio.

—Sabes que te amamos mucho y apoyamos todas tus ideas, pero tu mamá y yo tenemos nuestra vida allá y toda nuestra familia también, ya estamos muy grandes, entonces nosotros regresaremos, pero ustedes deberían quedarse —menciono el padre de Alex con tristeza.

Su madre lo abrazó, le mostro una sonrisa de apoyo y le dijo —Tu padre tiene razón, nuestras vidas están allá, quisiéramos quedarnos contigo, pero nuestra edad ya no nos permite hacer muchas cosas, mis nietas ya crecieron y son muy responsables, ahora que recuperaste a Kiara… no la pierdas, lucha por ella.

—Gracias, los entiendo completamente, ¿ustedes dos qué dicen? —preguntó Alex dirigiéndose a sus hijas.

Ambas se miraron sin saber que responder.

—Su opinión es la más importante, tengan en cuenta que, si aceptan, tanto ustedes como yo, estaremos renunciando a todo, renunciaremos a nuestra vida, amigos, familia y demás, obviamente seguirán viendo a sus abuelos sin problema, y a toda la familia. Como ya les dije, la última decisión la toman ustedes dos, sin presiones piénsenlo durante los próximos dos días.

Las dos asintieron y subieron a sus habitaciones. Una vez en sus dentro, ambas hablaron por horas, hasta ponerse de acuerdo.

—Es más que obvio que la decisión que tomemos nos afectará a los tres, no solo a nosotras, si decidimos quedarnos aquí, podremos estar con mamá, pero también tendremos que dejar toda nuestra vida y empezar de nuevo... en otros colegios y papá tendrá que estar viajando mucho porque su empresa esta allá —menciono Lia preocupada.

—Eso sí, si le vemos el lado bueno, estaremos juntos como antes y papá puede cambiarse de empresa, aunque para que lo acepten será algo complicado, ya que muchas empresas solo estafan a sus artistas o los explotan demás y bueno… papá no es tan conocido por aquí y será complicado.

—Cierto, nuestro papá nos deja tener la última palabra, si nos vamos les romperemos el corazón a los dos, él no está dispuesto a abandonarnos, él puede renunciar a todo menos a nosotras, entonces pensemos con cuidado que hacer, decidamos con tranquilidad y mañana le daremos una respuesta —respondió Lia con firmeza.

Al día siguiente…

Las niñas reunieron a todos para dar su respuesta.

—Nosotras dos, decidimos quedarnos aquí, entendimos que si queremos estar todos juntos… debemos sacrificar cosas, tu estas dispuesto a dejar todo por ella y nosotras también, ¿verdad Cloe?

—Mmm… así es, para estar juntos y ser felices todos, preferimos empezar de cero aquí, todos dominamos el idioma de este país, entonces no será tan difícil, además de que no queremos perder de nuevo a nuestra mamá, tú eres feliz con ella y nosotras igual —dijo Cloe abrazando a Alex.

Alex comenzó a llorar y a agradecerles por tomar esa decisión, entonces se puso manos a la obra para comenzar con todos los tramites de su empresa, también para conseguirse un nuevo asistente personal, y demás cosas, así que preparó un viaje de regreso junto a sus padres, para llevarlos a su casa y él, hablar todo con su representante y demás.

Se iría el fin de semana y dejaría a las niñas con Kiara, así que fue a donde ella para avisarle.

—Hola bonita, es un gusto siempre verte, las flores de hoy son unos girasoles, para que iluminen toda tu oficina, por cierto, te ves hermosa, lamento haber irrumpido así en tu oficina, pero hay algo que debo decirte —dijo Alex acomodando las flores en un florero.

Kiara suspiro con pesar, pues temía lo que Alex le diría, ya que, el tiempo de trabajar con Luna había terminado.

—Como ya te imaginaras… he terminado mi trabajo con Luna, entonces ya no hay porque quedarse, aparte de que las niñas comienzan sus clases la próxima semana, ellas querían que vinieras con nosotros, pero sabemos lo importante que eres para Luna, por lo cual no te podemos llevar.

—Lo sé, es una verdadera lástima, cuando pueda iré a visitarlos sin problema y ustedes pueden venir cuando quieran —menciono Kiara con profunda tristeza.

—Me encantaría decirte que sí, pero no podemos estar viniendo.

El rostro de Kiara se palideció al escuchar eso y con una voz temblorosa preguntó —¿por qué?

—Te digo que no es necesario, porque… las niñas y yo decidimos quedarnos a vivir aquí permanentemente, así no te extrañaremos, y que quedé claro que yo solo les propuse y ellas fueron las de la última palabra —dijo Alex orgulloso.

Él esperaba que Kiara se lanzara a besarlo y abrazarlo a manera de felicitación por su decisión.

—¿Estás loco?, acaso… ¿estas enfermo o tomaste demás?, ¿cómo pudiste hacerles tal propuesta?, ¿sabes todo lo que están dejando por quedarse conmigo?, es muy complicado cambiarlas de colegio, y ¿tu carrera?, aquí no eres tan conocido y eso será un gran problema, ¿no les dijiste que consecuencias traería esa decisión?, y si a tu empresa no le agrada la idea y te echa, ¿vas a tirar todo por quedarte aquí?, si te imaginas todo lo que puede pasar y las graves consecuencias de esta decisión —comento Kiara mientras caminaba de un lado a otro con desesperación.