5.- Viernes 5 de julio del 2019.

Liam:

    Es la una y media de la madrugada cuando Davide entra por la puerta principal de mi casa, se nota cansado y feliz en la misma medida.

    —Pensé que ya estarías dormido. Gracias por acompañar a Adri de regreso a su departamento, ¿te dijo algo sobre mí? —Rodea el sofá y se sienta frente a mí. Tomo un trago de mi whisky antes de responder.

    —Que le mandes mensaje hasta el lunes. —Su sonrisa de felicidad se borra instantáneamente. 

    —¿Te dijo por qué?

    —Estará ocupada, no me dijo con qué. 

    —¿Crees que esté saliendo con alguien? —Se echa hacia atrás visiblemente preocupado. Ojalá no.

    —No lo creo, él que está obsesionado con ella eres tú, si no tienes la respuesta menos yo.

    —Lo que pasa es que todo el tiempo los medios la emparejan con todo tipo de chicos con los que se le ve en público. De verdad espero que no sea así, es la oportunidad de mi vida, ¿quién diría que mi hermana me daría una sorpresa como esta? Fue su boda, se supone que las sorpresas eran para ella. Tenía entendido que su amigo Dylan era quién tocaría, pero no pudo asistir de último momento, dijo que tenía una amiga que estaba por viajar a Venecia y precisamente las fechas coincidían, escuché con Mandy el demo de la canción de su primer vals y ambos quedamos enamorados de su voz, no se me pasó por la cabeza que la estaba escuchando a ella, mi amor platónico. —Suspira fuertemente, asiento con la cabeza para que continúe—. Ni siquiera me pareció sospechoso cuando Mandy no me dijo su nombre pero me pidió que fuera por ella a la dirección de su 

departamento, mencionó que simplemente la iba a reconocer, todavía creo que no es real. —Cierra los ojos, le creo que piense eso porque inclusive yo me siento de la misma forma.

    —¿Esperarás hasta el lunes para invitarle el café? Algo así me comentó. —Finjo desinterés.

    —Esperaría toda mi vida si me lo pidiera, así que de aquí al lunes puedo soportarlo, llevo años queriéndola conocer y por fin jodidamente está pasando. —Abre los ojos y se pone de pie—. Me iré a dormir, ahora mismo me siento medio drogado de felicidad y quiero descansar. 

    —Está bien, mañana no estaré todo el día, te aviso por si no puedo contestar el celular, te aviso para que no te preocupes si no llego a dormir, estás en tu casa, siéntete cómodo de hacer lo que quieras. —Excepto traerla a coger, no digo esto último en voz alta porque sé que no es capaz, también considero que ella tampoco.

    —Sé fiel, es lo único que te aconsejo, Nessie lo vale. 

    —Lo sé —respondo. 

    No dice nada más, camina hacia las escaleras para ir al segundo piso.

    Sé que Nessie vale la pena, que es bonita, respetada, de buena familia y reputación intachable, es todo eso que quiero en mi mujer. Y aún así no he parado de ver su número telefónico con mucha ansiedad por llamarle y decirle que no estamos funcionando, y no es solo por la falta del sexo, es todo lo demás, es una chica buena, pero no es la chica buena que quiero para mí, no es la chica que dejé en la puerta de su edificio hace un rato, no tiene el cabello rubio, los ojos miel, la altura y el cuerpo de la chica que no se ha ruborizado con mi cercanía, ni se ha emocionado con mi apellido, puede que sea porque el suyo tiene la misma importancia. 

    No quiero hacerlo pero comienzo a compararlas, Nessie ha estado conmigo por nueve meses, de los cuales dos son nuestro inicio de relación formal, me ha rescatado de intoxicaciones alcohólicas, ha hecho que deje de acostarme con cuanta mujer se cruce en mi camino y no siento la necesidad de celarla y querer golpear a todos quienes la miren y piensen en cómo sería tenerla debajo de su cuerpo gimiendo, confío en ella, en que no me engañará con nadie, por eso 

mismo ha llegado virgen a sus veinticuatro años, supongo que estar con ella me hace una mejor persona, un hombre centrado y confiado. 

     Pero luego está Adrienna Lambert que si la pudieran ver con sus propios ojos quedarían enganchados, no parece real, tiene una impresionante cabellera rubia con bucles tipo ricitos de oro, piel de porcelana, de piernas largas por su estatura de 1.75 según Google, aunque ahora considero que puede llegar a ser un par de centímetros más alta, tiene buenas curvas, especialmente su estilizada cintura y vientre plano, no tiene demasiado pecho, imagino que quizá puedo acunar sus tetas entre mis manos y no sobraría o faltaría espacio, pero tiene un culo de infarto que protagoniza mis mejores fantasías sexuales, sus ojos son del color de la miel con las pestañas más largas y rizadas que he visto en la vida, le dan un toque sensual a su mirada, te pediría que hagas cualquier cosa y caerías de inmediato; su boca es apetecible, labios rosados y dotados en proporción por naturaleza, su nariz es perfecta, cualquier escultor la envidiaría y la plasmaría con el mismo fervor. 

    Luce un cuerpo y rostro perfectos, sí, pero más que eso es la chica perfecta. La campeona mundial de ballet contemporáneo, clásico, entre otros estilos, habla seis idiomas, toca el piano, la guitarra, el ukelele, el violín y la batería, canta a la perfección, es modelo y musa de algunas marcas exclusivas, pinta en óleo, cocina y hornea alta repostería, compone su propia música aunque no ha lanzado nada aún como cantante, su canal de YouTube cuenta con contenido en su mayoría de sus presentaciones de baile, porque no solo se destaca en el ballet, también en hip-hop, jazz, jazz-funk entre otros muchos estilos, incluidos un montón de estilos latinoamericanos. Con tanto trabajo y talento gana muchísimo dinero, pero sus cuentas de banco no tienen sino una pequeña parte que usa solo para sobrevivir sin darse ningún tipo de lujo, el 95% de su dinero pasa directamente a la fundación de su familia que lucha por combatir el hambre y el analfabetismo en países africanos.