Liam:
Despierto justo a las cinco de la mañana sin necesidad de que suene el despertador, he mantenido apagado mi celular para evitar las llamadas de Nessie. Dirijo mi vista a la erección matutina que tengo, me duele como el infierno. Me siento en la cama, sé que Adri se ha marchado, no sé hace cuanto pero es deducible, así que no gasto tiempo en buscarla, voy directo a la ducha y tengo que darme placer con su recuerdo para dejar que duela.
Acepto que la noche no terminó como pensé, eso tampoco quita que lo disfruté tanto como ella. No logré mi cometido, no sé si está en una relación de tres, dijo que no sale con nadie pero ahora no creo en ella, ha dejado de ser la chica que creí que era, su nueva faceta no es que me desagrade simplemente es diferente, y todavía no sé si eso es bueno o malo.
Estoy un poco confundido, no siento que haya tenido sexo con la chica de la que estoy enamorado, fue su cuerpo, y me gustó muchísimo, pero no sucedió como creí que sería, que se sentiría. Quizá porque el único que quería caricias y besos dulces era yo, tiene motivos para ser así, ni siquiera me conoce, trato de no juzgarla y pensar que entrega su cuerpo con la misma facilidad a quién sea que se lo pide.
Salgo de la ducha molesto porque ahora no sé cómo proceder, dijo que no confiaría en mí y el sentimiento es mutuo.
Sin querer ver hacia la cama y la barra salgo de la habitación con mis objetos personales, completo el pago y me marcho a casa.
Es un nuevo día, tiene que mejorar, no puede ser un mal día, ni una mala semana, ni mucho menos una mala vida. Siempre he tenido
todo lo que he querido, mi padre me enseñó bien eso, lo único a lo que no podía llegar es a ella, tendría que estar festejando, no tengo ánimo porque es obvio que no estuve con la chica que había idealizado.
Pienso en nuestra conversación, es imposible no hacerlo, dijo que no es una chica buena, que no se hace amiga de personas de su misma calaña. Quiero regresar el tiempo y pedirle explicaciones, quiero no hacer los comentarios que hice porque no lo sé, la quería hacer sentir mal de alguna manera por no mostrarme la faceta que esperaba, la que muestra en redes sociales y las campañas de ayuda.
Agotado entro en casa, subo a mi habitación, me cambio con ropa deportiva, no importa que vaya atrasado y no sean las cinco de la mañana con exactitud, todavía así empiezo con los veinte minutos de ejercicio, al momento de la sesión de meditación trato de conectarme con ella, para empezar, ¿será que sí pertenece al club de las cinco de la mañana? O será que quizá solo es una fachada de superación personal para su activismo, a lo mejor utiliza la ayuda social para tratar de contrarrestar su lado malo que dice tener, muchas dudas, joder.
Termino de escuchar el podcast pero realmente no puse atención ni una mierda.
Me levanto fuera de la cama hacia mi oficina, estas son mis vacaciones, se supone que las tendría que estar disfrutando, esperando con ansias a mi novia y tener buenas vibras.
Enciendo el ordenador, le mando un correo a mi padre pidiéndole que me envíe algo de trabajo, es él quién sigue a cargo de dirigir la empresa familiar, todavía es lo suficientemente activo para hacerlo y por lo que parece piensa hacerlo hasta no poder más, supongo que aún le quedan un montón de años y no me molesta aunque sé que cuando eso pase tendré que tomar su lugar, he sido preparado para eso también así que asumiré el cargo con responsabilidad y respeto.
Son casi las siete, espero un correo donde me diga indicaciones para trabajar en algo en particular, o un regaño por lo menos diciendo que no me enviará nada hasta que vuelva a Milán, no sucede ninguno de los dos.
Como me gustaría que mi mente fuera como la de las personas que se van al espacio de un momento a otro o pueden quedarse simplemente en blanco, así por lo menos la tendría fuera de mis
pensamientos, porque me encanta, pero no la quiero ahora, necesito por un día olvidarla, sin embargo ha estado dentro de mí por años que no sé como sacarla.
Escucho que tocan a la puerta, eso me trae de regreso justo cuando rememoraba cómo se siente la calidez de su canal envolviéndome, regreso a ver mi entrepierna, mi short se ha convertido en una casita de campaña, recuerdo sus palabras, «formas parte del pequeño porcentaje masculino que logra una erección recta». Me pongo de pie y sin abrir mucho la puerta veo a Davide con una sonrisa de buen humor, es su día de suerte, hoy saldrá con la chica que me ha usado como un juguete sexual y luego se ha marchado sin despedirse.
—¿Qué quieres? —le pregunto sin rodeos.
—Al parecer no amaneciste de buen humor, solo quería preguntarte si ya desayunaste, bajaré a hacer café y veré que hay en la nevera, ¿bajas?
—No, gracias, desayunaré fuera.
—No llegaste a dormir de nuevo, no quiero sonar pesado, pero sé fiel, Nessie lo vale.
—Lo sé Davide, lo sé.
—Eso es todo, no te molesto más.
—Espera, ¿qué harás en el día? —mi pregunta le regresa su enorme sonrisa.
—A las ocho tengo que estar en la academia, después saldré con Adri pero no sé a donde, tiene una lista muy particular de lugares que estamos visitando juntos. —Se encoge de hombros despreocupado.
—¿Esa lista incluye hoteles? —trato de que suene a broma pero mi voz es demasiado áspera para lograrlo.
—No es de ese tipo de chicas Liam, te lo puedo asegurar.
—¿Todavía no se acuestan? —Por favor, que diga que no...
—No, sería muy rápido, me gustaría pero es mejor que vayamos lento, todavía no me tiene confianza para algo tan íntimo, recién me conoce.
—Comprendo.
—¿Y tú qué harás?
—Hacer ejercicio, comer, ver televisión, no mucho en realidad, hasta que Nessie llegue no tengo planes.