Prohibido Enamorarte.

11.- Domingo 14 de julio del 2019.

Adri:

    —¿Eso es todo? —le pregunto.

    —Sí.

    —¿Seguro?

    —Sí.

    —Estás actuando extraño, o es que quizá estás nervioso. Te juro que no le diré nada, relájate.

    —No estoy actuando extraño ni nada, tampoco estoy nervioso. 

    —Si tú lo dices.

    —El asador está listo, Nessie no ha de tardar en llegar, ¿dónde se ha metido Davide?

    —Salió, dijo que volvería rápido.

    —¿Eso quiere decir que estamos solos? —Regresa a ver a todos lados buscando a alguien que evidentemente no está.

    —Eso supongo.

    —Bueno, está bien. ¿Quieres que te vaya poniendo algo en el asador?

    —En mi opinión creo que deberías ir poniendo un poco de las carnes que has comprado a tu elección, lo que sepas que le gusta a Nessie.

    —¿No quieres comer?

    —No es que no quiera, tengo un poco de hambre, pero todo lo que tienes es carnes y salchichas, eso sin contar los panes, no como nada de eso, pero no te preocupes, estoy bien.

    —¿Eres vegetariana?

    —Sí.

    —Oh, Adri, lo siento, no lo sabía, Davide tampoco me contó.

    —No te preocupes, tomaré agua.

    —¿Cómo crees que tomarás solamente agua? Déjame checar en nuestro refrigerador si hay algo para preparar una ensalada. —Comienza a dar media vuelta para ir a hacer lo que dijo.

    Lo detengo tomándolo del brazo, el contacto hace que vuelva su rostro hacia mí, cambia su mirada de mi mano donde lo sostengo a mis ojos, lentamente retira su brazo de mi agarre, como si realmente no quisiera hacerlo.

    —Nessie está por llegar, espérala aquí, yo iré a checar tu refrigerador. —No espero su respuesta. 

    Comienzo a caminar hacia los escalones que están antes de llegar a la puerta principal de la casa cuando escucho que la reja se abre. Volteo esperando ver en primer plano a Nessie y su hermana, pero en cambio es Davide, trae una bolsa de papel color café, de esas que dan normalmente en los supermercados ingleses.

    —He vuelto —anuncia.

    —No has tardado nada. —Me dirijo hacia él.

    —Fui por esto al pequeño restaurante de la esquina. —Levanta la bolsa.

    —¿Qué es? —le pregunta Liam poniendo carne en el asador.

    —Fui por pasta para Adri, es vegetariana.

    —Es lo que me estaba comentando, dijo que solo tomaría agua, ¿lo puedes creer?

    —¿De verdad eso dijiste? —me pregunta Davide.

    —Todo lo que parecen tener es carne para un asado estilo argentino, por eso dije que solo tomaría agua.

    —Si Liam puede cocinar todo eso para la chica que ama yo no podía hacer menos por ti que ir a conseguir comida vegetariana para que estés cómoda rodeada de tanta carne, me importas. —Me entrega la bolsa de papel con una sonrisa, dentro de esta hay una ración de pasta en un bonito recipiente de plástico.

    —Muchas gracias, eres definitivamente el mejor. —Tomamos asiento en la mesa del jardín Davide y yo mientras Liam sigue haciendo uso de su dominio de la espátula.

    —Hi, thoir tomhais cò tha air ais? —Los tres levantamos la vista hacia la reja.

    Davide y yo nos ponemos de pie y Liam camina para abrir la reja. Las dos chicas me dejan más que asombrada, no las conozco, pero qué buena primera impresión.

    —Son gemelas —susurro para Davide.

    —Sí, tienes que convivir muchísimo con ellas para aprender a diferenciarlas, creo que yo todavía no lo logro, pero no se los digas. —Me da una mirada cómplice que correspondo a la perfección. 

    Supongo que Nessie es esa a la que Liam lleva abrazando más de lo normal, es decir, esa chica no podría ser su cuñada, Liam es doble cara pero no creo que abrace a su cuñada de esa manera frente a su novia, por lo que la chica que me mira con una ceja arqueada debe ser la hermana, y la que todavía abraza Liam es definitivamente Nessie.

   —Hola Davide —dice la hermana de Nessie en italiano, viene hasta él y lo abraza.

    Me hago a un lado observando la escena, Nessie y Liam, Davide y la hermana; me hacen sentir por un miserable segundo fuera de lugar, sin embargo estoy aquí porque Liam me invitó y Davide insistió.

    —Hola Seelie, ella es Adrienna. —Se separa de él y con una sonrisa claramente forzada me tiende su mano, la tomo con las mismas ganas que ella simula tener.

    —Hola Adrienna, es un gusto.

    —Hola Seelie, el gusto es mío. 

    —Siento que te he visto en algún lado, ¿ya nos habían presentado antes?

    —No lo creo. —Retiro mi mano.

    —Puede que la hayas visto en redes sociales, es activista y una destacada bailarina —comenta Davide.

    —No lo creo, hey Nessie. —Llama la atención de su hermana haciendo que se separe de los labios de Liam—. Ella es Adrienna, ¿no se te hace conocida? —Por fin la otra pelirroja deja de observar mi rostro con escudriño.

    —No lo creo. —Camina hasta mí, me tiende su mano—. Soy Nessie.

    —Un gusto Nessie. —Alterno mi mirada entre las gemelas, la primera parece querer sacarme los ojos.

    —¿Cómo podría olvidarte? Te reconozco por un par de fotos, salías con nuestro primo, fue algo pasajero para ti pero él todavía conserva tus fotos en el ordenador. Precisamente fuimos a Escocia a visitarlo.

    —Que pequeño es el mundo, de verdad, ¿quién es su primo? —les pregunto ya dándome una idea, el único escocés con el que he salido es...

    —Alastair Murray —responden al unísono.

    Nessie está más sorprendida que Seelie. 

    —¿Salías con Alastair? —me pregunta Davide con el ceño fruncido.

    —Fue hace tiempo, esto es sumamente raro. Comprendo que no borre todavía las fotos, verán chicas, son nuestros recuerdos, hace mucho que no hablamos, y el que las preserve no significa absolutamente nada.

    —Sí, exactamente. Dejemos de hablar de eso y mejor comamos, siéntense chicas, Davide y yo les pasamos los platos. 




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