Prohibido Enamorarte.

12.- Sábado 20 de julio del 2019.

Adri: 

    Después de una larga semana de entrenamiento, por fin ha llegado un nuevo fin de semana en Italia, pero este viene cargado de trabajo.

    Llegamos al departamento de Davide en Milán a las nueve de la mañana, ya hemos desayunado en el trayecto del tren. 

    Me baño, me pongo un atuendo de los muchos que me ha regalado una marca de ropa italiana y salgo de la habitación que me ha prestado el lindo rubio.

    —¿Estás lista? 

    —Solo me falta un poco de maquillaje, pero me lo aplico en el auto, ¿me veo bien?

    —Anda, vamos, te ves hermosa. —Tomo mi bolso y nos marchamos. 

    En su auto me maquillo un poco, nos dirigimos a una estación de radio para dar una entrevista para hacer promoción sobre lo de esta noche y pocas cosas más.

    —Davide —lo llamo, aprovecho que el semáforo está en rojo.

    —Dime. —Me regresa a ver.

    —Gracias por todo, sin ti estaría perdida, hemos trabajado mucho esta semana que no hemos tenido tiempo ni para hablar sobre ese beso.

    —Lo hablamos después, no te preocupes, estamos bien. —Deja de verme cuando el semáforo cambia a verde. Por mi parte continúo maquillándome. 

    Llegamos al edificio, nos hacen pasar al estacionamiento donde nos dan la clave de acceso del elevador. 

    Una chica nos guía hacia la planta donde está la cabina de radio, en quince minutos se inicia la transmisión, aprovechan ese tiempo para ponernos al corriente de lo que hablaremos. 

    —Tomen asiento por favor, estamos por salir al aire. Aquí están sus auriculares, son necesarios para que no haya rebote de sonido. —Me siento en la silla de cuero que me indican, Davide se sienta a mi lado. 

    El locutor hace una seña, un conteo y luego con la energía típica de los locutores brinda el saludo a los radioescuchas, así da inicio a la transmisión.

    —Me complace decirles que tal y como se había anunciado hoy tenemos la visita de nuestro compatriota Davide Arduzzi y su compañera de origen francés Adrienna Lambert, chicos, que gusto tenerlos aquí.

    —El gusto es nuestro —responde Davide.

    —Pueden decir quiénes son ustedes y por qué estamos aquí el día de hoy disfrutando de su presencia.

    —Hola, mucho gusto, soy Davide Arduzzi, tengo el honor de ser el elegido para representar a nuestro país en las elecciones para la competencia mundial de ballet.

    —Mucho gusto, soy Adrienna, nacida en Francia, tengo el placer de ser pareja de Davide para representar a nuestros respectivos países, si pasamos la evaluación vamos a las mundiales.

    —Adrienna, tu acento italiano es muy bueno, déjame decirlo.

    —Gracias.

    —Tenemos entendido que hablas más de seis idiomas, eres maravillosa, ¿puedes contarnos cómo lo lograste?

    —Pues bueno, crecí con un padre bilingüe, hablo francés como primer idioma y desde chica aprendí sueco. Todo el tiempo estaba aprendiendo un nuevo idioma, cuando lo dominaba me agregaban clases de otro más.

    —Suponemos que debió ser difícil.

    —Lo fue principalmente porque de muy pequeña mi mente estaba revuelta, me costaba pasar del sueco al inglés, después al ruso, italiano o español, el único idioma que tenía muy claro era el francés, conforme fui creciendo mi mente pudo aceptar los idiomas sin 

revolverlos y así fue como decidí aceptar mi séptimo idioma que ahora en día aún sigo practicando porque es difícil.

    —Así que francés, sueco, ruso, inglés, el fabuloso italiano, español, ¿y...?

    —Árabe, ese es el idioma que sinceramente me cuesta mucho, porque además de su pronunciación está la forma de escribir, que es sumamente diferente.

    —¿Escuchan esto señores? ¡Habla siete idiomas y está poniendo el nombre de Francia en alto, enhorabuena! 

    —Gracias —vuelvo a repetir. La entrevista es en italiano.

    —Davide, ¿cómo crees que te vaya en la evaluación para pasar a las mundiales?

    —Quiero creer en qué me irá bien, es mucho talento con el que se compite así que no lo sé realmente.

    —Pero vamos, eres el único seleccionado de toda Italia, esa es una buena señal —lo alienta en locutor.

    —Yo creo en él —intervengo—. Practicamos mucho todos los días y nuestro coreógrafo es de los mejores en el tema. Estamos aquí porque somos buenos, este es nuestro trabajo y nuestra pasión. Las piezas que nos tocaron son sumamente difíciles, es baile y actuación, sentimientos que debemos transmitir con cada paso, no la tenemos fácil, pero lo vamos a lograr, Davide y yo podemos con esto, estoy segura de ello.

    —¡Vaya, qué determinación!

    —Ella es así —dice por su parte Davide—. Tiene el talento de esforzarse en todo lo que hace, como en las rutinas de baile que presentará esta noche en el club nocturno «Flor Carmesí».

    —Que bueno que has sacado el tema, hemos visto y escuchado toda la semana la propaganda para esas presentaciones, que por lo que tengo entendido también estás incluído.

    —Sí, en una de las sesiones soy partícipe. 

    —¿En cuál de todas?

    —En la de jazz funk.

    —¿A qué hora nos invitan a acudir?

    —El club está abierto a partir de las ocho de la noche, pueden venir a tomar una copa antes de que inicien las presentaciones de baile 

justo a las diez, terminarán alrededor de las doce aunque el club no cierra hasta mucho después.

    —Entonces tenemos una cita en el club Flor Carmesí a partir de las ocho de la noche. Adrienna, unas palabras para que las personas acudan.

    —Definitivamente tienen que venir, todos están invitados. El club contará con barra libre, las sesiones de baile les van a encantar y la música en su repertorio es la mejor del mundo, sino tienen plan para esta noche Flor Carmesí es la solución.

    —Adrienna, ya que has hablado de música, ¿cuál es tu canción favorita? Si la tenemos la ponemos.




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