Adri:
Despierto con los brazos de Davide cerniendo mi cintura. Me volteo hacia él y lo observo con detenimiento, es el sentido de que la palabra perfección exista. Emitiendo un bajo suspiro me pongo de pie, me visto con mi pijama arrugada, tomo el libro y mis llaves y me dispongo a marcharme.
Ya en el pasillo lo primero que pienso es en tocar a las puertas restantes, una por una, aunque no es necesario, escucho voces subidas de tono desde el primer piso, conforme me acerco el tono de las voces suben y me indican de dónde vienen: la cocina.
—Hola, disculpen. —Interrumpo la acalorada pelea de Nessie y Liam.
—Ah, hola, buenos días —me saluda Nessie, Liam ni siquiera me mira.
—Nessie, me da pena pedirte un saco, una gabardina o algo que me prestes para cubrir mi pijama, tengo que volver a casa para arreglarme e ir a entrenar. Por favor.
—Está bien, no te preocupes. Ya vuelvo, quizá tardo un poco, no recuerdo dónde dejé mi gabardina.
—Eres un ángel, gracias. —Hace un gesto con la mano y abandona la cocina.
Dirijo mi vista hacia Liam, sigue mirando a cualquier otra dirección que no sea donde yo me encuentro, cerca de la barra.
—¿No has dormido aquí? Disculpa, escuché parte de su discusión. —Me ignora por los próximos minutos, luego me mira por fin.
—¿Ya te acostaste con él? —Aprieta los dientes como si estuviera luchando por mantener el control.
—¿Por qué preguntas si ya sabes la respuesta? —Arqueo una ceja mientras niego ligeramente con la cabeza.
—Vale. —Vuelve a guardar silencio, la que se dispone a romperlo esta vez soy yo, no sin antes haberme acercado a él para hablar más bajo, Nessie puede volver en cualquier momento.
—Escucha Liam, tienes que dejar de hacerme este tipo de preguntas. Lo que pasó lo disfrutamos mucho, pero no significa nada, fue solo una noche, en cambio estás en una relación que lo puede significar todo, yo incluso estoy iniciando una con tu mejor amigo, nunca he tenido la oportunidad de estar con alguien como él, no lo quiero arruinar, lo quiero para una relación de verdad.
»Tú y yo somos muy iguales por eso necesitamos algo diferente, algo que nos complemente. Así que vamos a olvidarlo, por favor, hay que empezar de cero, podemos ser buenos amigos, porque es lo que te quiero ofrecer en son de paz, eso, únicamente mi amistad. Dime que sí por favor. —Nos miramos directamente a los ojos, se muerde el labio inferior mientras lo piensa.
—Yo... —Se interrumpe y vuelve a morderse el labio.
—He pasado por muchas cosas malas en mis antiguas relaciones, me merezco un amor bonito, una historia dulce, me merezco una oportunidad, tú ya tienes la tuya con Nessie.
—Lo lamento, lo lamento de verdad Adri.
—¿De qué hablas? —Doy un paso hacia atrás preparada para lo que va a decir.
—Lamento haber dicho que no vales la pena, te juro que... —Levanto una mano para que se detenga, doy otro paso más hacia atrás para incrementar la distancia que nos separa.
—¿Has escuchado nuestra conversación? —le reclamo con una pregunta aunque debería ser una afirmación.
—En esta casa todo se escucha, es muy vieja, no era mi intención.
—¿Desde tu habitación o desde el pasillo?
—Desde el pasillo pero...
—Detente, esto no es normal, estabas escuchando a propósito a través de la puerta, ¿qué jodidos está mal contigo Liam? —Me sigo alejando hasta dar con la barra a mi espalda. Me paso las manos por mi cabello maldiciendo por lo bajo.
—Me voy a pensar lo de ser tu amigo. —Levanto mi mirada del suelo para verlo con cara de: ¿jodidamente hablas en serio? No respondo con algo de sarcasmo mañanero solo porque escucho a Nessie bajar los últimos peldaños de la escalera. Me pongo su gabardina y salgo de esa casa un poco irritada.
No he despertado a las cinco como es mi costumbre, y es otro día más sin repetir la bendita mantra frente al espejo, nunca lo olvido y ahora ni siquiera lo recuerdo.
Llego a casa, lo único que me da tiempo de hacer es tomar mi clase de árabe ya que mi próximo proyecto solicita que hable el idioma con claridad.
Después me ducho, alisto mi bolso de deporte y me voy a la academia, no llego tarde, pero tampoco le he invertido un tiempo extra al entrenamiento, no importa lo que pase con Davide o con Liam, aún es más importante para mí la competencia, soy la mejor bailarina del mundo y soy la única que puede pronunciar esas palabras, no puedo perder y en mi último año ver a alguien más con un trofeo y medalla que me pertenecen.
Junto a Davide entreno con dedicación la coreografía de ballet contemporáneo ya que está terminada y solo nos falta practicarla una y otra vez, la coreografía de ballet clásico por otra parte estamos a casi nada de que Alonzo nos establezca los últimos pasos para poder iniciar la tercera y última coreografía de ballet romántico y así poder concluir las coreografías y solo poder practicar, disfrutar y perfeccionar.
A la hora del almuerzo me siento demasiado activa, por primera vez nos arriesgamos a comer fuera de la academia. Lo hacemos en un lugar cerca para no complicarnos con el tiempo más tarde.
Mi sentir es que los días pasan demasiado rápido, he visitado un montón de lugares preciosos con la mejor compañía y he comido cosas deliciosas típicas sin la necesidad de que la carne sea un ingrediente principal.
Extraño mucho a Rémy, mi mejor amigo, mi compañero de baile desde que tengo dieciséis, es prácticamente como mi hermano, tenemos algo especial sin nada en ámbito sexual, se siente extraño que no estemos entrenando juntos para dar este paso tan importante que nos llena de terror y valentía en igual medida para poder pasar a las mundiales, este año la dinámica cambió pero una parte de mí está con él y sé que los dos vamos a calificar. No me ha querido decir quien es su compañera de baile y qué nacionalidad tiene, eso me deja en sospecha, tiene que tener algún motivo y por más que lo pienso Rusia y su representante vienen a mi mente, es la única competidora con la que realmente tengo una enemistad.