Prohibido Enamorarte.

27.- Sábado 10 de agosto del 2019.

Adri:

    Ha sido una semana larga, se resume en entrenamientos, prácticas por horas consecutivas de árabe y rutina de cuidado facial. 

    Me encuentro en mi cama, he limpiado el departamento, lavado la ropa, me he duchado, leído y terminado la trilogía de Angeline Voz e incluso he tocado la guitarra mientras entreno mi voz practicando a la misma vez mi dominio de árabe al cantar canciones en este idioma.

     Ahora he dejado todo, centrándome en el silencio y en lo blanco tan puro que es el techo. 

    Respecto a Davide se puede decir que estamos bien, a pesar de que el único tiempo que hemos pasado juntos es el de los entrenamientos. Tampoco es que sea de importancia, mi objetivo es Liam Coppola, el imbécil que como bien dijo ha regresado con Nessie, claro que eso me molesta, carece de importancia que me sigue mandando mensajes, los he leído, pero gracias a un hack que uso él piensa que ni ha visto llega, los mensajes solo me demuestran que es un patán de primera, regresando con su novia y pidiéndome perdón por haber dicho prácticamente que merezco el haber sido violada y que por eso mismo no pueda tener hijos, aunque realmente eso no haya pasado no quita esa sensación de incomodidad en mi pecho porque él no tiene manera de saberlo, así que lo dijo consciente de que eso podría lastimarme. 

    Todo esto me favorece, porque en su mente hueca piensa que transfiriendo más dinero a mi fundación hará que le perdone, precisamente porque le he dejado claro que eso es importante para mí, que eso lo utilice en mi contra lo vuelve patán a un punto de deshonor, un punto que no me deja vía de retorno para sentir una pizca de remordimiento.

    Mi celular suena, me levanto con pereza sintiéndome cansada, con todo lo que he hecho durante el día no es para menos.

    —Hola —saludo a Davide. 

    El ventanal está abierto dejando entrar los últimos rayos de sol un poco anaranjados. 

    —Hola cariño, ¿has viajado a casa?

    —No, al final me quedé. Lamento no habértelo dicho antes, pero tenía el departamento hecho un desastre, ahora ya todo está limpio, me siento algo triste y no sé por qué, ¿puedes venir? 

    —Llevaré helado, estoy ahí en veinte minutos. 

    —Te espero.

    —Cariño.

    —Mande.

    —Te quiero.

    —Yo también te quiero, ya ven. —Cuelgo a la llamada. 

    Aprovechando la luz solar del atardecer entro a Instagram y empiezo un live, las personas de a poco se comienzan a unir, no se hacen esperar las solicitudes para unirse a mí plática aunque de momento solo devuelvo los saludos. Pasados un par de minutos cuando las vistas ya superan los siete mil comienzo a hablar mi tema central sacado debajo de la manga.

    —Sé que se habla mucho del manejo de las emociones, es un tema complejo que abarca muchos aspectos. Me encuentro entrenando sin parar, mejorando la fluidez y aprendizaje que tengo del idioma árabe, cocino sanamente mi propia comida todos los días, hago cosas que amo en mi tiempo libre y vuelvo a casa cada que puedo para conectar con mi orígen, es como un bálsamo para mi agitada vida. —Suelto un suspiro—. Trato de mantenerme emocionalmente lo más sana posible. Yo elijo las palabras de las personas, las que me pueden curar y las que me pueden herir, trato de no escuchar estas últimas, pero como ser humano a veces lo hago, trabajo en convencerme de lo contrario porque ante todo yo me conozco, sé que tipo de chica soy, que guarda mi corazón y mi intención. 

    »Llevo años lidiando con las noticias falsas, los rumores rosas, los rumores tóxicos, en fin, todo tipo de rumores, el odio injustificado que 

recibo por redes sociales, las suposiciones que piensan de mí. Con esto lidiamos todos, en mayor o menor porcentaje. Tenemos que parar, dejar de herirnos los unos a los otros con acciones y con palabras, no importa si te arrepientes después, el daño ya está hecho, puedes llegar a perder a un gran amigo, al amor de tu vida o incluso a integrantes de tu propia familia solo por inmadurez. Pensemos las cosas antes de hacerlas, lo digo también por mí, por todos. 

    »Estoy hablando con mi agente para de alguna manera formar parte de un cambio en la importancia de la educación emocional para toda aquella persona que quiera ser ayudada, cuando uno se salva a sí mismo salva también al prójimo. En unos días estaré publicando como se hará esta campaña y si alguien se quiere unir a la causa pueden comunicarse al correo electrónico de mi agente que aparece en mi descripción. Eso es todo chicos, hay que mantenernos saludables, por dentro y por fuera. —Le mando un beso a la cámara y finalizo el live con más de quince mil espectadores. 

    He usado casi toda la semana blusas de cuello alto incluso cuando estoy sola, verme marcada cada vez que me cruzo con mi reflejo no es algo que me agrade. Para no levantar sospechas me quito la blusa de cuello alto en color negro y me la cambio por una de tirantes, la mordida sigue siendo visible, mi piel blanca en esa zona es morada, pero por el resto de los chupetones no me preocupo, casi han desaparecido. 

    No falta mucho tiempo antes de que llegue Davide, me maquillo el cuello y me pongo una buena cantidad de fijador para que el maquillaje no se vaya a escurrir, enciendo el aire acondicionado de la sala de estar para que tampoco se me derrita el maquillaje a causa del calor y por ende del sudor. 

    Cómo Davide no llega aprovecho el tiempo para darme otra capa de maquillaje y usar más fijador. Lo bueno de usar una base justo del tono de mi piel me ayuda en qué no se note en lo más mínimo. 

    Mi celular suena, camino a la cama para ver de quién se trata, como es Liam apago mi celular y lo pongo a cargar apagado para que no me suponga ninguna amenaza.

    Me siento a esperar a Davide con Netflix ya en la pantalla. Suena el timbre, me pongo de pie para quitar el seguro de la reja y abro de una vez la puerta para esperarlo en el umbral. 




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