Prohibido Enamorarte.

39.- Domingo 15 de septiembre del 2019.

Adri:

    Saco las tapitas de los macarrones y las dejo enfriar mientras preparo el relleno. 

    Siento a alguien detenerse en el umbral de la cocina, levanto la vista pensando en que será Davide.

    —Hola —saluda. 

    Le sonrío alegrándome de verlo.

    —Hola Liam, ¿hace cuánto llegaste? —Se acerca, toma asiento en uno de los taburetes al otro lado de la barra dónde me encuentro.

    —Hace no mucho, Davide me dijo que seguía teniendo la misma habitación así que subí mi maleta, espero no te moleste.

    —¿Molestarme? No, para nada.

    —¿Y qué haces? —me pregunta.

    —Preparo macarrones para el acompañamiento del té, ¿te gustan?

    —No.

    —Una lástima, estoy haciendo la receta perfecta. 

    —¿De Francia o de Italia?

    —Una mezcla de ambos, es la receta de mi familia que desciende de Italia pero que ya lleva unos cuantos años en Francia. De hecho un dato curioso es que mi nombre es italiano.

    —Lo sabía —declara.

    —¿Y su significado? 

    —También. 

    —¿Cuál es? —le pregunto.

    —Bella y oscura.

    —Ah, sí lo sabes.

    —No miento.

    —Ok. —Me alejo de la barra para buscar en las gavetas de 

materias primas una manga pastelera con duya. 

    Vuelvo a la barra para poner dentro el relleno, regreso a la bandeja con los macarrones ya fríos y comienzo a armarlos, los he hecho con colores pasteles, rositas, azules y amarillos.

    Alexa me recuerda que se ha terminado el tiempo del temporizador que le he pedido que pusiera. Me dirijo al horno para sacar la segunda y tercera bandeja de tapitas de macarrones. 

    —Te ves bonita, lo digo por el nuevo color de tu cabello. —Dejo las bandejas enfriarse, me quito los guantes y regreso frente a Liam.

    Vuelvo a mi tarea de armar macarrones mientras los pongo en una bandeja de presentación. 

    —Gracias, es tinte temporal, no durará mucho tiempo, un par de semanas más o menos.

    —Ya veo.

    —¿Seguro no te gustan los macarrones? No he conocido a nadie antes que no le gusten.

    —Soy único. —Ruedo los ojos pero sonrío. 

    —Por cierto —bajo el tono de mi voz—. Gracias por las flores, las tengo en mi habitación, huelen de maravilla. Son los mejores tulipanes blancos que me hayan regalado nunca.

    —Me alegro de escuchar eso, sus presentaciones de baile fueron asombrosas.

    —Gracias, en parte se debe a las coreografías que estableció Alonzo, los críticos amaron nuestras presentaciones. 

    —Los entiendo porque no tendrían motivo para no hacerlo.

    —Hay otra cosa que quiero decirte, pero estás con Zam y este no es el lugar adecuado, la casa está llena de personas, cualquiera podría entrar.

    —¿De qué se trata? —De pronto se mira impaciente.

    —Deja termino de montar los macarrones y vamos a un lugar privado. —Asiente de acuerdo. 

    Monto los macarrones, los tapo con una cúpula de cristal no sin antes agarrar uno y morderlo, suspiro con satisfacción.

    —Hubo un tiempo en que los macarrones no me salían, parece que es una receta sencilla pero es todo lo contrario —le cuento.

    —Lo lograste, aunque no me gusten aceptaré que huelen y se ven bien.

    —Todo lo colorido es bonito a la vista, los macarrones no son la excepción, son bonitos pero lo que importa es el sabor. —Me termino mi macarrón, me lavo las manos y me acerco a él. 

    —Vamos, te mostraré la biblioteca —le pido. 

    Se baja del taburete y camina a mi lado.

    —¿Y Davide? —me pregunta.

    —Acompañó a Rémy a la ciudad, fueron a conseguir cosas que necesitan para el viaje, no lo sé, supongo que cosas de chicos. —Abro la puerta de la biblioteca y lo invito a pasar, antes de ponerle seguro recorro la estancia para cerciorarme de que no haya nadie, entonces regreso y le pongo seguro. Liam está atento a mis movimientos. 

     No lo pienso más, seguro sentiré remordimiento pero también sé que es algo que quiero hacer, nunca he sido una santa ni ninguna mojigata. 

    Me recargo en un escritorio y lo llamo.

    —Ya sé cuando voy a terminar con Davide y sí, es definitivo.

    —¿Cuándo? —pregunta enseguida.

    —Poco después de volver del viaje. Mi entrenamiento para las mundiales será en Rusia, podría ser aquí, en Francia, pero Rémy por algún motivo quiere que sea en ese país y mi padre está de acuerdo. Me dije que podría tomar una decisión después de volver de África, pero realmente mi decisión ya está tomada, Davide me cae muy bien y me gusta mucho, no voy a mentir, pero no soporto saber que le fui infiel porque yo no soy así, menos aún cuando siento deseos de volver a repetir. —Trata de acercarse más a mí, lo impido dejando mis manos en su pecho.

    —Estás con Zam, no le podemos hacer lo mismo que a Nessie y tampoco he dejado a Davide, sigo estando con él y hasta que no sea lo contrario no quiero fallarle de nuevo. —Deja su frente sobre la mía. 

    —No le estarías fallando porque ya no quieres estar con él.

    —¿Y Zam?

    —Tenemos una relación abierta. 

    —Liam escúchame. —Lo miro directamente a los ojos—. No 

quiero tener una relación contigo, quiero ser tu amiga esa a la que te follas de vez en cuando, claro, si es que Zam lo aprueba porque no voy a ser tu amante ni le vas a poner los cuernos a ninguna otra chica, por lo menos no conmigo. No pienso meterme en su relación, no te pediré que la dejes como lo hice una vez respecto a Nessie.

    —¿Cuáles serán los términos en qué quedarás con Davide?

    —Como amigos, por supuesto.

    —¿El tipo de amistad que me estás ofreciendo a mí también?

    —No lo sé, me gusta mucho y en la cama es bueno, disfruto del sexo con él, pero no pasará de nuevo si él no está listo para ver la diferencia entre sexo sin compromiso y el sexo dentro de una relación. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.