Prohibido Morder

Amenaza

CAPÍTULO 4. AMENAZA

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En algún lugar un reloj da la medianoche y hay luna llena en el cielo. Escuchas a un perro ladrar a la distancia, escuchas el bebé de alguien llorar; una rata corre por el callejón, un temblor baja por tu espina, y alguien camina sobre tu tumba, y deseas que el sol brille porque nadie te avisará,  nadie va a gritar ¡ataca! Y no sentirás el acero hasta que esté colgando de tu espalda.

Night Prowler – AC/DC

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—Presumo que esta no es una llamada social.

—Por más que me encantaría, no.

Louis pudo escuchar el frufrú de la tela al otro lado de la línea y deseó con todo su ser que el vampiro no estuviera en su cama. Henry tenía la mala costumbre de llamarlo cuando aún no se había levantado y eso lo ponía bastante incómodo.

—¿Qué sucede? —preguntó Louis ignorando la cuchillada de emociones en su estómago. Malditos vampiros.

—Eso quiero preguntarte yo —dijo él—. Apenas llego al bar me dicen que pasaste por aquí a hacer preguntas sospechosas, que Vera no aparece desde hace dos noches y cuando intento llamarte o no estás o me cuelgas. Dime qué sucede ahora mismo.

—Henry —Louis suspiró y miró al techo.

—Está muerta, ¿verdad? —Henry no parecía sorprendido, su voz no indicaba más que una fría indiferencia y Louis se preguntó si lo que Iris le dijo sobre la amistad de Henry con Vera sería cierto o sólo un título formal entre vampiros.

—Sí —dijo él, en voz baja—. Lo siento mucho.

El frufrú se volvió a escuchar y luego Henry dijo algo un poco inteligible pero que le sonó a “vete de aquí”, él asumió que el vampiro estaba hablando con alguien más y esperó paciente a que volviera a dirigir su atención a él.

Se sobresaltó un poco cuando escuchó su voz. —¿Cazadores?

—No. No sé —volvió a suspirar—. Mira, no puedo discutir mucho del caso mientras está abierto.

—Estás obligado a hablar conmigo de casos que involucren a vampiros o a mis Perros.

—Es una cortesía, no una obligación.

—Louis —y él no supo cómo logró discernirlo, quizás era que lo conocía de hacía años o que quería engañarse tanto pretendiendo que podría haber algo humano en él, pero su tono tenía una nota de súplica detrás él.

Volvió a suspirar. —Bien, pero esto no se va a convertir en costumbre, ¿entendido?

Louis le habló un poco de la escena del crimen, de las condiciones en que habían encontrado ambos cuerpos, cuidándose de no decir demasiado, ni hablar de la posible segunda víctima, ni mencionó la cantidad de vampiros que, se sospechaba, estuvieron en el lugar. Luego le contó las dos teorías que tenía, poniendo énfasis en que no sabía bien de qué se trataba el caso en el que trabajaba el abogado, sin mencionar de quién era esposo, y que le parecía más lógico la violación al territorio que cualquier otra cosa.

—Sería más sólida si supiera qué hacía ella allí con ese humano —dijo finalmente Louis.

Henry se quedó callado por el tiempo suficiente para que Louis agarrara otra galleta y se la metiera en la boca. —No sé si es el mismo humano, pero ella estaba ayudando a uno en una demanda civil, no sé mucho del caso.

—¿Mencionó que fuera a salir esa noche?

—No, ella no saldría si yo no estoy en el territorio, su deber es estar al frente del enclave.

—¿Dijo si saldría después de que tu regresaras o que recibiría a alguien mientras tu no estabas?

—No me dijo nada de salir y no teníamos visitas oficiales programadas hasta dentro de dos semanas.

—Henry —dijo Louis y cerró los ojos, algo divertido—. Me refiero a que si no saldría a… no sé, alimentarse o si estaba viéndose con alguien o algo así.

—No cazamos, nos alimentamos dentro del enclave y no entiendo a qué te refieres con “verse con alguien”.

Ahogó una risita porque no pensaba que fuera cortés reírse de un vampiro viejo que además estaba de luto.




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