ETHAN
Estoy cansado, he pasado mala noche, pero el medicamento ha hecho efecto, y aparte no solo la migraña, haber conocido a la mujer con la que me acosté sin acodarme me tiene muy mareado, por más que intento recordar esa noche nada llega a mi mente, solo la sensación de mis emociones causadas por los sueños que me acompañan algunas noches, yo tocando un cuerpo al que no reconozco, mis manos recorren su piel pero luego se desvanece dejando en mi un vacío, todo esto me confunde, necesito hablar con Yoselyn, ella debe de acordarse más que yo, al menos cuando despertó y se fue de mi departamento, necesito saber por qué se fue sin decir nada, joder necesito saber cómo fue que llegamos a todo esto, jamás se me habría pasado por la mente serle infiel a mi esposa, pero lo soy un maldito infiel.
Mi celular suena lo tomo de la mesita para ver quien llama tan temprano, es Nicolas
—Dime Nicolas
—Buenos días, disculpa la hora Ethan, pero quería pedirte un favor personal.
—Claro que si dime — le digo
Nicolas me cae muy bien es un buen tipo, su hija aun no sé qué pensar, sé que la conocí aquel día, ayer estuve a punto de preguntarle, pero ya no pude.
—Artemisa tendrá que ir a España, un empresario hotelero quiere nuestros servicios y quiere a mi hija, pero a mí me es imposible viajar, quería pedirte el favor a ti, solo es una semana, no quiero que vaya sola, me quedaría más tranquilo si alguien la acompaña, mira no me contestes ahorita piénsalo y me dices el viaje es en una semana.
—Está bien iré — sin siquiera pensado, estoy loco por aceptar ir con Artemisa
—Muchas gracias en verdad Ethan no quería que fuera sola y mi segunda opción era Ryan
—¿Ryan?
—Si y como sabrás que han terminado su relación hace unas semanas no quería pedírselo a él.
A sí que Ryan y Artemisa fueron novios, la vida de Ryan nunca me ha interesado, siempre le pedí a Dayana que me contara nada de él y viceversa.
—Está bien Nicolas iré, y en lo que pueda la apoyare.
—Muchas gracias, a si te darás cuenta lo maravillosa y esplendida que es mi hija en el trabajo, aunque a veces es muy despistada, pero sé que ella puede con todo, y ahora te dejo porque ya está aquí conmigo y vamos a desayunar.
Escucho la voz de Artemisa, pero Nicolás corta la llamada
—Amor — Dayana llega a mi lado
Esta hermosa con unos jeans ajustados a su cintura y una blusa azul marino, su cuerpo en encanta
—¿A dónde vas tan preciosa?
—Voy a casa de Marjorie, desayunare con ella para ir de compras y de ahí iremos a comer también, ya sabes que las compras nos vuelven locas — me dice
—Quería comer contigo
—Ya será otro día Maryori y yo lo teníamos planeado desde hace mucho tiempo
—Está bien amor, no pasa nada mañana entonces
—Me voy que se hace tarde
—Te amo bebe — le doy un beso
No puedo dejar de sentir culpa, debería pensar en decirle la verdad a Dayana, pero no quiero romperle el corazón, no puedo hacerle eso a mi amor, maldigo la hora que acepte celebrar mi despedida de soltero sabía que se me saldría de las manos, el alcohol nunca ha sido mi amigo siempre cometo idioteces, pero como esta jamás.
Aun no es tarde a sí que puedo ir caminando, pero me desencanto de inmediato por que es mejor ir en carro por cualquier cosa, aunque hoy llevo mi medicamento y el dolor de cabeza aun no tengo, pero es leve así que estaré bien.
Subo a mi deportivo, y salgo de la cochera, el día está muy fresco más que otros días
Mi celular vuelve a sonar, es Ryan
—Hola hermanito — escucho su voz al contestar
—¿Qué quieres?
—De ti nada Ethan nunca quiero nada de ti o bueno tal vez algo si
—¿A qué te refieres?
—Mañana es cumpleaños de papa y me ha pedido hacer la cena.
—¿Y me estas invitando? — digo con entusiasmo fingido
—No, pero no tengo más que invitarte papa quiere a todos sus hijos y por desgracia también estas incluido.
Hace mucho tiempo que las palabras de Ryan han dejado de lastimarme, cuando era niño y tenía que ir a su casa, él y su madre se encargaban de hacer mis días un infierno, una noche que papa no llego a dormir me dejaron afuera en el balcón, fue la noche más lluviosa y ahí estaba yo en un rincón mis lagrimas ya se confundían con la lluvia, el día siguiente me abrió la señora de limpieza, le mentí diciéndole que yo mismo me había quedado encerrado no me creyó y se lo dijo a la abuela, desde entonces la abuela me protegía pero no siempre podía hacerlo pero le agradezco tanto lo que hizo por mí, todo lo que soy y tengo se los debo a ellos.
—No faltes papa quiere a todos, quiere que sus sesenta sean espectaculares
Cuelgo la llamada sin decir nada más, no me interesa ir, ya lo invitare a comer otro día.
Salgo de mi coche, Artemisa también se está bajando del coche de su padre, no puedo negar que es muy bella, su forma de vestir es muy recatada, aunque claro se ve que su ropa es de marca, pero ella lo luce muy bien, por dios Ethan que haces viendo a una mujer que no es tu esposa, me riño a mí mismo.
—Buenos días — Nicolas llega a saludarme
—Buenos días Nicolas — contesto a su saludo
—¿Cómo estás? Discúlpame que no te haya preguntado por tu salud esta mañana fue muy grosero de mi parte.
—No te preocupes Nicolas, sufro de migrañas y hoy he amanecido mejor
—Buenos días Ethan — Artemisa toma del brazo a su padre y a mí me vuelve a invadir el aroma a rosas, me gusta, me gusta ese aroma definitivamente.