Prohibidos

CAPITULO 10 ETHAN

Ethan

Soy un estúpido como pude haber hecho lo que hice, en que estaba pensando, todo esto es una mierda, prefiero nunca haber sabido con quien me acosté, y vivir la vida tranquilamente no que ahora Artemisa es mi tormento, un tormento que está arrasando con mi mente, debería de pensar en mi esposa no en ella, Dayana no se merece mi traición, porque es lo que estoy haciendo traicionando su amor y su confianza.

—Ethan— Escucho la voz de Artemisa mientras toca la puerta

—¿Qué pasa? —abro la puerta

Nuestra mirada se encuentra, la miro de pies a cabeza, trae puesto un blusón largo, que a mi ver no cubre mucho, y es algo que a mí no me importa si viste así, pero los hombres muchas veces no respetan, soy hombre y lo se.

—Me pondré zapatos— contesto

—Te espero en la sala.

Me pongo los zapatos y también me arreglo la camisa.

Salgo e inmediato, Artemisa está en la sala, esta pensativa, después de que hablamos esta mañana no hemos vuelto hablar es lo mejor, porque esto no nos lleva a ningún lado ni mucho Ea nada correcto.

—Nos vamos— Artemisa no se ha dado cuenta que estoy aquí.

Me acerco más a ella para hablarle y evitar asustarla, pero no lo logro ya que en cuanto me escucha da un salgo junto con un grito.

—Me has asustado.

—Lo siento intente que no te asustaras

—¿Estas listo? —ella me mira.

—¿Voy vestido para la ocasión?

—Supongo — es todo lo que me contesta.

Ella se levanta y se dirige a la puerta, yo tomo las llaves del auto, he venido muchas veces a España por trabajo a sí que se me muy bien las calles y lugares más transitados.

—¿A qué plaza quieres ir? — le pregunto en cuanto nos subimos al auto.

—No lo sé, a la más cercana para no tardar mucho, en dos horas tenemos que ir con Jorge

Escuchar el nombre de Jorge me molesta, pero no lo demuestro, solo asiento y busco en mi celular la plaza más cercana, por suerte esta una a veinte minutos a sí que enciendo el auto y me pongo en marcha.

Mis ojos van a los muslos desnudos de Artemisa, supongo que debe traer un short debajo de la blusa, pero no lo sé, mis pensamientos me traicionan y me traen esos recuerdos que no quiero recordar por que provocan en mi algo que me incomoda como por ejemplo que mi amiguito despierte, tengo que pensar en otras cosas —me digo a mí mismo.

— Ethan creo que deberíamos olvidar lo que paso, ni tú te acuerdas ni yo tampoco, hagamos como que no paso nada es lo mejor para ambos, podemos intentar ser amigos al final de cuentas nos acabamos de conocer — Artemisa habla rápido, me costó llevarle el ritmo.

—Está bien por qué no le seré infiel de nuevo a mi esposa, no se lo merece

Veo como Artemisa se ríe

—¿Por qué te has reído? — le pregunto

—No, por nada solo es muy loco todo esto Ethan, tú y yo y como el destino ha jugado con nosotros.

—Solo fue un error — espeto.

—Si claro — es todo lo que dice, porque luego ambos guardamos silencio.

 

La plaza está llena, Artemisa y yo entramos y ambos concordamos que fue un error venir a esta hora porque hay mucha gente, pero ya estamos aquí a si Artemisa echa un vistazo.

—Iré a ver en esa boutique

Arte me señala la boutique que tenemos enfrente

—Te sigo —musito

Entramos a la tienda, venden de todo un poco, ropa para mujer, hombre y adolescentes, Artemisa se va al área de damas yo me quedo en el área de hombre, pero me doy cuenta que más de un hombre la está mirando con morbo, es mejor que este cerca de ella, con ese pensamiento la sigo a poca distancia y cada que paso al lado de esos mirones les doy una mirada retadora y se voltean para otro lado

Artemisa esa viendo unas prendas, sus piernas desnudas llaman mi atención y no solo la mía, hay dos chicos viéndola sin disimulo, me acerco a ellos con la intención de decirles algo

—Ethan —Artemisa me llama, esta nerviosa, así que me regreso para ver qué le pasa.

—¿Qué pasa?

—Quiero decirte algo, pero me cuesta trabajo

—Dime Artemisa por favor

Cuando va a hablar mi celular suena

—Debo contestar, es mi esposa — espeto

Artemisa no me responde solo se da la vuelta y se va

—Hola cariño — digo al contestar

—Hola amor

—¿Todo bien?

—Sí, solo quería saber que estás haciendo

—Estoy en un centro comercial vinimos a comprar cosas — digo la verdad a medias, por que lo que realmente estoy haciendo es verle las piernas a Artemisa.

—¿Estas con ella?

—Vine con ella cariño, vamos a trabajar juntos lo recuerdas

—Si, y recuerdo no estar de acuerdo que te fueras con ella

—Es mi socia Dayana

—Si y también una zorra, que engaño a tu hermano

—Sabes que lo que haga o deje de hacer Ryan me importa poco—contesto

—Claro lo se amor, pero Artemisa no es fiar, sabes que su madre se fue con el amante en turno, ella es igual, le hizo lo mismo a Ryan, no confió en ella y tampoco deberías hacerlo.

Artemisa sale del vestidor, tiene puesto un top blanco con un short negro, que se a moldea a su esbelto cuerpo.

—Sigues ahí —Dayana me habla

—Si, pero debo colgar, te llamare cuando llegue al departamento.

Cuelgo la llamada para seguir viendo a Artemisa, ella no me mira y que bueno porque n quiero que se dé cuenta que la estoy viendo, no sé qué me pasa con esta mujer, pero siento que no tengo raciocinio cuando está cerca.




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