Prohibidos

CAPITULO 14 ETHAN

 

 

ETHAN

El doctor me ha dado la mala noticia que Dayana perdió a nuestro bebe, me ha dicho que gracias a los golpes que Artemisa le propino.

Mi corazón está destrozado, apenas anoche había recibido la noticia de que sería padre, uno de mis mayores deseos es ser padre y no solo un padre si no el mejor padre del mundo, ser lo que mi padre nunca fue conmigo, pero gracias a Artemisa ahora mi hijo se ha ido.

Estoy esperando a que den de alta a Dayana, ha tenido un descontrol por todo lo que ha vivido, me siento tan mal en ponerla en esta situación, nunca creí capaz a Artemisa de enseñarle esas fotografías, aunque no me explico quién nos tomó esas fotografías, tengo que hablar con ella por su culpa acabo de perder a mi hijo o hija, ni siquiera llegamos a saber eso.

—Ethan ¿dónde está Dayana?

Lo que me faltaba Ryan aquí, no tengo ganas de escucharlo ni mucho menos verlo.

—Lárgate Ryan, no quiero que estes aquí —digo en cuento está a mi lado.

—No me interesas tu si no Day.

—Si claro me olvidaba que es tu mejor amiga —musito molesto

—¿Tienes algún problema con eso?

—Tengo muchos problemas por eso y por más cosas Ryan, y tú eres un dolor de cabeza

—Y tú eres el mío hermanito que le vamos hacer, yo no me iré te lo digo de una vez

—Perdió él bebe que esperábamos por culpa de tu ex novia ¿lo sabias? —lo dije sin pensarlo

—¿Cuál bebe?

—No sabias que Dayana estaba embarazada?

—No, no lo sabía —Ryan se tensa, la mandíbula la tiene apretada y puedo ver que mueve las manos.

—Debo irme — es todo lo que Ryan me dice antes de dar la vuelta y desaparecer por donde ha venido.

 

 

 

Estoy llegando a casa con Dayana, la pobre no ha dejado de llorar y de reprocharme que gracias a Artemisa ha perdido al fruto de nuestro amor, me duele mucho que este pasando esta gran pena y no poder hacer nada más que abrazarla y confortarla.

—Porque Artemisa nos hizo esto Ethan, es una mujer muy mala, le dije que estaba embarazada y aun así me ha golpeado.

—No pienses más en eso mi amor, todo está bien ahora no te preocupes —ya me encargare de Artemisa.

 

Logre que Dayana se durmiera, ya estaba cansado de tanto llorar, voy a mi oficina por un trago, esto me afecto mucho, ayer fue el día más feliz de mi vida y hoy es el peor de todos, me sirvo un trago tras otro trago, siempre ante todos, pero ahora mismo no lo soy, mi celular suena avisándome de un mensaje nuevo, lo saco de mi pantalón para mi sorpresa es un mensaje de Artemisa.

 

Artemisa

Necesitamos hablar

 

Le respondo el mensaje de inmediato, como se atreve a mandarme mensaje después de todo lo que ha hecho.

 

Ethan

 De que quieres hablar de como asesinaste a mi hijo

 

Aviento mi celular al sofá, ya no me interesa conversar con ella, quiero borrarme todo sobre ella, su perfume, esos sueños que ahora tienen su rostro, todo de ella quiero olvidar, el celular vuelve a sonar y soy débil porque, aunque no quiero ir saber más de ella, mis pies caminan hacia el sofá para leer el mensaje que me ha enviado, muy dentro de mi quiero saber cómo pasaron las cosas.

 

Artemisa

Las cosas no pasaron como piensas

Se que no me creerás, pero yo tengo

Mi conciencia tranquila

 

Tomo las llaves del auto, y me dirijo a este, Artemisa me va a escuchar, subo al coche no me tomo el tiempo ni para ponerme el cinturón de seguridad, arranco el coche nunca he ido a la casa de Nicolas, pero yo sé dónde está, está cerca de aquí

En cuanto llego, sin pensar en nada más que mi dolor me bajo, toco el timbre, unos minutos más la puerta se abre Artemisa está parada frente de mí, una camiseta de algodón que seguramente es de su padre ya que le queda grande, la cara lavada y descalza.

—Buenos noches Artemisa — ella ni parpadea no se imaginaba verme a qui.

—¿Qué haces aquí?

—Querías hablar, pues acá me tienes

Parpadea varias veces antes de hablar

—¿Quieres pasar? —me pregunta sin mirarme

—¿Esta tu papa? — le pregunto

 —No esta papa ha ido a una cena con unos amigos

—Pasare entonces

 

Entro hasta la sala, están las luces apagadas solo una lampara esta encendida.

—¿Quieres algo de tomar? —me pregunta

—¿De dónde salieron esas fotografías? — le pregunto

—No lo sé Ethan Dayana la tenía, no se dé donde la saco ella.

Sabía que me iba a mentir, sabía que no me iba a decir la verdad, Dayana me dijo que ella le aventó las fotografías y mi esposa no tiene motivos para mentirme.

—¿Por qué hiciste eso? — ella solo quería tratar de llevarse bien contigo, ahora que trabajaremos juntos

—No te miento Ethan en verdad no lo hago te lo prometo.

—Me has mentido lo suficiente Artemisa, no se me olvida lo que inventas de Dayana en España.

Claro ahora lo entiendo, lo hizo por todo lo que le dije aquella noche cuando nos besamos.

Me acerco ella, pega un respingo al ver mi proximidad.

—Eres demasiado guapa para tener tanta maldad, eres como tu madre ¿no? — no se me la historia bien de lo que paso con la mama de Artemisa, y no me importa, pero ahorita lo que quiero es lastimarla, que sufra lo que yo estoy sintiendo, y lo estoy logrando, sus lágrimas han empezado a salir.

—No te voy a permitir que me hables a si Ethan —intenta darme una cachetada.

—¿Crees que puedes golpearme?

Cojo de los brazos a Artemisa, su maldito aroma llega a mis fosas nasales, y logran perturbar mis sentidos.

—Me haces daño, suéltame por favor

—Tú me has hecho mucho más daño a mí, y yo no he hecho nada, solo acostarme una maldita noche que no recuerdo, ¿tu si lo recuerdas verdad? Claro como no lo pensé, tu estabas consiente aquella noche, uno de los dos tenía que estarlo, ¿fue por vengarte de Ryan?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.