Confinamiento

Mónica golpea continuamente la almohada sobre la que se apoya y no deja de patear la cama sobre la que se encuentra. Han pasado unas cuantas horas desde que volvió de su viaje. La han sometido a todo tipo de exámenes médicos, no sólo psicológicos sino también físicos, ella piensa "Pfff. Malditos, les estoy haciendo un favor y no dejan de tratarme como si fuera un sujeto de pruebas... ¡Estoy harta de que me hagan mil preguntas! ¡Estoy agotada! ¡Y todavía tengo que llenar dos cuadernos completos! ¡AAAAAAHHHHHHHHHHHH!". Mónica reposa su cuerpo sobre la fina e incómoda cama proporcionada por las fuerzas armadas.

Se encuentra en una habitación aislada dentro de la base militar, contacto con familia y amigos, prohibidos, ¿Salir de la base? Imposible. Ya no puede ni ir a su casa o seguir yendo a sus clases, la situación la está volviendo loca.

De repente sonríe sin darse cuenta, parece que de algo se está acordando, "Flora, era muy linda, bella, era coqueta, y olía a frutillas, me gustó hablar con ella, quisiera hacerlo de nuevo, espero poder volver a verla pronto".

No puede dejar de pensar en su experiencia y en Flora, sus ropas, su forma de hablar, su voz, sus risitas, "Era una persona, excepto por su cuerpo tan perfecto, no la podría distinguir de una compañera de clases, así deben ser todos los compañeros IA, que lindo, me cansé de las tonterías de la familia, ¡Apenas termine esto me comprare uno o dos!... Jijiji, a lo mejor me puedo llevar a Flora misma a mi casa, sería lindo".

Se levanta de golpe y empieza a estirarse y moverse en el centro del cuarto. "¡HOOOP!" tira un puñetazo, "¡JAA!", da una patada. "Me movía mucho mejor dentro del mundo de las computadoras, podía volar y me sentía súper ligera, más rápida... Que extraño todo... Jajaja, ahora me doy cuenta que mi cuerpo no viajo, solo mi mente, ¿Cómo funciona todo eso?... El abuelo era alguien sorprendente, lástima que siempre fue un frustrado...".

"¡¡¡AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!", sin razón aparente larga un alarido de horror, atrayendo la atención de varios militares que se apresuran hacia ella. Instintivamente cubre su boca y hace un gesto de que aquí no pasó nada con la mano. La cara de los militares que fueron por nada no tiene nombre.

"Me acaba de venir a la cabeza que acabo de ir a otro mundo... Dios...", se sienta de golpe en el suelo y reposa la cabeza contra la pared, la boca abierta, tan atrapada en sus pensamientos que se le va a escapar baba.

"Ciberespacio... ¡Quiero ir de vuelta! ¡Quiero ir! ¡Quiero ir! ¡Quiero ir!", golpea la cabeza contra la pared mientras continúa su mantra, sin darse cuenta se golpea con demasiada fuerza y le duele, se acaricia y se queja: "¡AUCH!"... "Pffffffffff" se desinfla, calmándose.

"Abuelo tonto, así que todo este tiempo has estado experimentando con tus maquinas raras y el ciberespacio y no le dijiste nada a nadie, con mucho gusto hubiera ido a ayudarte, ¡Estúpido!", patea la pared en frustración, y para vengarse del golpe anterior, por supuesto.

Ella mira hacia un costado, y luego a otro, no hay ventanas y huele a encierro, más que una habitación parece un almacén que adaptaron para ella.

"Me duele la cabeza... ¿Qué va a pasar conmigo?".

Rápidamente se sube a su cama, se cubre y abraza sus piernas, no hay nada que hacer y se siente totalmente sometida, lo único que se le ocurre es forzarse a dormir para matar el tiempo, pero con todo lo que pasó, no lo veo muy fácil...

"El ciberespacio no tiene olor... Flora sí, olía a... Frutillas... ¿Acaso todas las IAs tienen?".

"No había nada en el cielo o en la tierra, apuesto a que si me ponía pies para arriba ya no podría distinguir que es arriba y abajo...".

"Había muchos compañeros IA en trance, ¿Es así como son realmente y lo que trasmiten las pantallas aquí son solo una interfaz?".

"Me duele la cabeza..."