Cita a ciegas
{Morgan Anderson}
La clara luz de el sol entra por la ventana, yo eataba metida en el saco de dormir que mis padres habían comprado, los muebles aún no llegaban y habían dicho que más tardar llegarían entre hoy y mañana.
Boztezo y tallo mis ojos para después dirijirme al baño y darme una ducha.
—Buenas, buenas—digo bajando las escaleras y viendo a toda la familia en lo que se suponer era la sala.
—Buenos días mi niña hermosa— contesta mi madre.
—Bicho raro, ten— Kerem me lanza una manzana y con suerte logro tomarla.
Mi padre y Athena y mi padre estaban recargados en la isla de la cocina conversando sobre no se que.
—¿Tienen planes para hoy? —preguntó.
—Tu padre y yo iremos a arreglar cosas sobre el trabajo, Athena irá a buscar trabajo y espero que ustedes se inscriban al bachillerato —dice mi madre.
Suelto un suspiro y asiento.
Mis padres salen de la casa al igual que mi hermana, quedándonos Kerem y yo solos en casa.
—Crees que aquí asusten —le digo a Kerem —uno nunca sabe las oscuras historias que oculten las casas.
—Esta casa es nueva, somos los primeros en hacer uso de ella —comienza a subir las escaleras para después detenerse —necesito tu ayuda en algo.
—Es enserio Kerem, una cita a ciegas, no tienes ni un día en este lugar y ya te quieres tirar a alguien, si que no pierdes una oportunidad.
—Lo sé, pero en verdad crees que quiera salir con un chico que tiene nombre turko, mierda no se porque estoy tan nervioso —Kerem camina de un lado a otro por toda la habitación mientras se lleba las manos al cabello varias veces.
Si que está nervioso.
Kerem era el típico chico atractivo que siempre tenía chicas detrás de él sin embargo no era como esos patanes que solo ilusionaban y buscaban algo de una noche.
—Tengo una solución. ¿ A que hora es ti cita?
—A las tres en punto.
—Son las diez, así que tenemos suficiente tiempo —busco en mi celular el centro comercial más cercano y voy a buscar mis ahorros, Kerem también busca los de el y ambos los juntamos.
—Estás segura, son tus ahorros —dice algo nervioso.
—Es por una buena causa y eres mi hermano así que si, estoy cien por ciento segura.
—Pero olvidas algo, Athena y mis padres se llevaron los autos, queda a cuarenta minutos de aquí ¿Cómo llegaremos?.
—Hay Kerem siempre tan negativo —corro a mi habitación y saco a los amores de mi vida —olvidas que tengo a estas bebés.
(...)
—Joder Morgan, las patinetas son lo tuyo pero no lo mio, ya me duele el pie —Kerem llevaba quejándose desde que salimos de casa. Y el único medio de transporte que teníamos por el momento disponibles eran mis bebés.
—Ya falta poco y si sigues así no llegaras a tu cita, así que callate.
Y como era de esperarse Kerem se quejo todo el camino hasta que logramos llegar.
Entramos y guarde ambas patinetas en mi mochila, el centro comercial era lindo y muy grande, las calles de Viena eran hermosas y muy rústicas esto era como sacado de un libro de épocas pasadas.
Nos dirijimos a la primer tienda en la cual vendían ropa de hombre casual, nada le había gustado a Kerem así que pasamos de tienda en tiemda hasta que se decidió por unos pantalones rasgados, una sudadera Nike y unos tenis de la misma marca, después pasamos a comprar una colonia y por último paramos en un café.
—Necesitas probar este pan, sabe delicioso —el pan en Viena era lo máximo.
—No puedo creer que estés comiendo un pan.
—A la mierda el acné esto es delicioso —dige con la boca llena de este delicioso pan.
El Pebete era un pan simple pero completamente delicioso.
—Ya deberíamos irnos o se nos hará tarde —dijo Kerem mientras pedía la cuenta.
—A ti se te hará tarde, yo no tengo planes, pide unos para llevar los comeré en el camino.
Salimos de la cafetería y nos dirijamos a a la salida cuando vi en el mostrador de una tienda un disco con el mismo logo de la sudadera que el chico arrogante tenía.
—Ya vuelo —le avise a Kerem, entre en la tienda y camine hasta el mostrador, mire a los lados hasta ver a un chico que estaba apoyando a los clientes.
—Disculpa quiero llevar este disco —le grite desde donde estaba.
El camino hasta mi y lo tomó —Artic Monkeys he, tienes buenos gustos musicales.
—Si, claro —nisiquiera se quien o quienes son!!
—Toma, en caja te lo cobraran —le agradecí y fui a pagar a la caja, salí de la tienda y Kerem estaba afuera sentado en una banca.
—Listo vamonos —saque las patinetas de la mochila y le entregue una.
—Sabes que lo que compraste es un disco de vinilo cierto.
—¿Cómo sabes? —lo miré confundida.
—Entras a una tienda de discos, sales con una bolsa del tamaño de uno de vinilo, supongo que compraste tacos.
Le doy una mirada de odio por su sarcasmo.
—Sabes que necesitas un toca discos si quieres escucharlo — ammmm no...
—Claro que lo sé.
—En casa no tenemos una.
—La comprare.
—Cómo quieras.
Soy una estúpida!!!!
Un toca discos, es en serio, yo como diablos iba a saberlo haaaaaaaa. Soy una ignorante de la época antigua y e leído miles de historias sobre eso.