CAPÍTULO VIII

Daniel

Es miércoles y desperté con un humor de los mil demonios.

Prácticamente porque ayer me usaron como intermediario entre mis hermanos la mayor y el menor de nuevo se volvieron a pelear y tuve que interferir entre los dos. Me hicieron enojar tanto que levante tanto la voz hacia ellos que los obligue a irse a sus cuartos y no salieran de ahí.

Rato después los dos me usaron de pato de ellos dos.

Se imaginan te hacen enojar y luego te usan es algo que me disgusta y mucho.

Si hubiera escuchado a mi segundo hermano mayor, no estaría aquí en casa. Estaría realizando mi mayor sueño el que nunca pude alcanzar y él si fue capaz.

No diré que tengo la familia perfecta nadie la tiene, hay algunas cosas que me disgusta de la mía, pero es mía y la quiero cuando hay problemas siempre se apoyan para salir adelante.

Pero lo único que hago es mantenerme al margen de todos los problemas, no participo en ninguna conversación que llevan a cabo, cuando hay visitas en casa de familiares estoy en mi cuarto ya sea leyendo, viendo películas, o estudiando. No me relaciono mucho con la gente, no soy muy social.

Con los únicos que me relaciono son con mis amigos de toda la vida, que me conoce como soy y con los que recién hice en la universidad.

Voy caminando a la Universidad escuchando música para calmarme un poco. Funciona, muy poco. Siempre me dice que soy serio, ahora me encuentro peor que eso no quiero que nadie se me acerque durante la jornada.

Empieza la primera clase Expresión Corporal, tres largas horas por fortuna nadie se me acerca, bueno se me acercaron dos chicas para pedirme la grapadora y me quedan viendo noto que están tensas además mi forma de hablar en este momento las deja algo frías.

–Gracias –dice Sofía devolviéndome la grapadora.

Solo asiento con la cabeza para que no se pongan tensas.

La siguiente hora continua con Catedra Integradora la Licen está explicando la clase pongo atención tomando apuntes. Ella comienza a mover y dejar de hablar se dirige a la columna frente a su escritorio y confisca un mazo de cartas.

Tres tontos han estado jugando cartas mientras ella explicaba el acto la molesto tanto –parece que ustedes saben mucho del tema, como saben mucho, hay examen oral de todo lo que hemos hablado en la clase.

La presidenta del curso Elizabeth toma la palabra –Licen, tómeles solo a ellos tres, la mayoría si estaba poniendo atención a su clase. Y no es justo que por ellos tres paguemos todos nosotros.

La Licen hace caso omiso a sus palabras y comienza la prueba los primeros en ser evaluados son ellos tres no respondieron nada, ni siquiera se inventaron algo, aunque sea cualquier tontería. La Licen se molestó aún más.

Todo el curso estaba de malas muy molesto con ellos tres y yo de lo que estaba enojado ahora quiero matarlos a esos tres.

El coraje de la Licen disminuye mucho, si responden acertadamente a sus preguntas. Al fin llega mi turno y gracias a mis apuntes y la atención que puse conteste tres de cuatro preguntas.

La Licen nos da una oportunidad para recupera la nota de la prueba hacer una corrección, escribir las preguntas que nos preguntó y responderlas en una hoja. Gracias a Dios recuerdo todas las preguntas.

Termino y me coloco en la fila llego y le entrego la hoja de la corrección en la segunda pregunta la Licen me pide que alargue un poco más mi respuesta, me molesto algo, pero mejor no discutir.

Me siento en una de las mesas cerca al escritorio de la Licen termino y voy a entregarlo.

–A la fila –me dice Brenda es linda su figura es excelente.

La miro un segundo –ya estaba aquí –digo de manera cortante y entrego mi hoja que es calificada de inmediato.

Me detengo a revisar la prueba doy la vuelta para volver a mi asiento y esta ella junto a su amiga Fernanda hablando –permiso –digo.

–No, vaya por ahí –dice Brenda.

La miro suelto un leve sonido de molestia y paso entre ellas dos sin impórtame nada llego a mi asiento y dialogo un poco con Nicolás uno de mis amigos que hice aquí en la Universidad.

Este día fue molesto, fastidioso ustedes saben a lo que me refiero.