Amelia
Estas semanas han sido maravillosas mi Fe se ha aumentado gracias a la meditación a la intimidad que comparto todos los días con Dios y también el cariño que tengo por Daniel me ha mostrado algunas facetas de él y la verdad, me reí mucho cuando me dijo que era un tronco, que no le gustaba bailar.
Hemos hablado sobre la Biblia me dijo que la leyó una sola vez pero que encontró muchos mensajes para mejorar su vida. Sus libros favoritos de la Biblia son Génesis, Éxodo, Jueces, Ester, Salmos, Proverbios, Eclesiastés / Qohélet, Sabiduría, Eclesiástico / Sirácida, El Evangelio de Juan y el Apocalipsis.
En el tiempo que he estado con él puedo decir que es un buen muchacho, pero aún no se ha abierto conmigo, pero sé que lo hará.
Al fin concluí mis sospechas sobre mi hermano Fabricio. Y si, él tuvo que ver con esto.
La semana pasada había tenido de nuevo permiso para usar mi celular llame rápido a mi mamá, no podía llamarlo directamente a él porque sospecharía de mis intenciones, por eso lo más factible era actuar normal y llamar a mi mamá. Estábamos dialogando le comunique que dentro de poco se realizaría la ceremonia para el Noviciado, cuando apareció mi hermano Fabricio.
Como siempre tenía esa sonrisa en el rostro –Hola, hermanita. Al fin te acuerdas de nosotros –lo dice de forma burlona. Me hizo sonreír.
–Siempre me acuerdo de ustedes, porque siempre están en mis oraciones. Y por eso quiero hablar contigo –mantuve mi voz suave y la sonrisa en mis labios.
Se le abrieron ligeramente los ojos, le tome por sorpresa –me encantaría, de verdad. Pero tengo algo que hacer. –se levanta del lado de mamá.
–Fabricio –digo algo seria y se detiene.
–Hijo, habla con tu hermana. Ten –mamá le extiende el celular. Se queda quieto pensando si tomar o ¿no? El celular. –Fabricio, coge el celular y habla con tu hermana –demanda mamá y toma el celular –hija voy a salir a comprar ya vengo para que me cuentes sobre la ceremonia.
–Si mamá –le contesto.
Fabricio aparece en la pantalla y desde ya lo estoy fulminando con la mirada.
–Hola Amelia. ¿Cómo estás? –trata de sonar lo más normal posible, pero no puede estar nervioso.
–Fabricio. ¿Qué hiciste? –pregunto directo.
–No sé de qué hablas –rueda los ojos aparentando inocencia, como si no supiera de que hablo.
–Fabricio –demando fuerte.
Se queda en silencio un momento y al fin abre la boca para hablar. Se acerca a la cámara con ojos de incredulidad –¿De verdad funciono? –dice con asombro.
–Entonces si fuiste tú. –se rasca la cabeza sonriendo.
–Bueno sí. Fui yo –lo estoy fulminado aún más.
–Pero, espera –pone la mano delante de él para que le deje explicar.
–Dime –digo suave esperando su respuesta.
–Antes que nada, dejare en claro que no hice pacto con satanás, brujería, vudú. Nada de eso. Solo le pedía a Dios que alguien más aparte de nosotros tu familia y amigos pudiera entrar en tu corazón. Que puedas sentir por lo menos una vez el romance hacia un hombre –declara mi hermano.
Lo miro unos segundos. Sé que sus intenciones eran buenas, y es precisamente lo que pidió Fabricio lo que siento por Daniel. En verdad me gustaría haberlo conocía mucho antes cuando está en el colegio para vivir ese romance con él, pero no fue así, estábamos en lugares diferentes durante todas nuestras vidas, y solamente nos encontramos para conocernos poder vivir un pequeño romance. La mirada de Daniel ha cambiado un poco, aún tiene esa mirada vacía. ¿Por qué aún no se ha liberado?
Pero sus ojos cada vez que nos encontramos me mira con algo más. Me miran con Amor –gracias Fabricio –digo sonriendo las facciones de mi rostro se relajan –por este pequeño romance que has pedido para mí.
–No hay de que –dice orgullo de sí. –¿Y? es casi tan guapo como yo.
–Es más guapo que tú –digo
–Imposible –dice ofendido.
–Hijo ya llegué –escucho a mamá hablar.
–Fabricio pásale a mamá quiero hablar sobre la ceremonia de Noviciado –se levanta y le entrega el celular a mamá y le comunico todo conforme a la ceremonia de Noviciado.