Promesa

CAPÍTULO XXIV

Amelia

 

Volví al convento después de escuchar la confesión de Daniel ha cometido actos que no son agradables a los ojos de Dios. Pero sé que esta arrepentido de todos esos errores.

Estoy feliz porque siento que soy la primera con quien se abierto de esa manera, honesta, sencilla. El amor es aceptar a alguien con todos sus errores sin juzgarlo. Lo acepto porque sé que es un buen hombre, lo único que quiere es velar por sus padres y enmendar sus errores.

Pero también una de las razones por las teme al amor a iniciar una relación y porque siempre queda como un cero a la izquierda. Siempre que se ha enamorado de una chica ha intentado ir más lejos, pero lastimosamente alguien le gana.

Lo que más me gusto fue ese momento donde nos quedamos en silencio, me sentí tranquila, feliz como si estuviera en el paraíso sentí su tacto el calor que emanaba su cuerpo y se mezclaba con el mío. A pesar de que soy una religiosa, con un único amor verdadero en mi vida, pude sentir lo que es tener un romance con un chico. No lo voy a negar amo a Daniel, pero estoy enamorada de Dios y a Él le daré mi vida, hasta mi último suspiro.

También estoy segura de que Daniel también me ama se ha enamorado de mí, pero no puedo corresponderle. Si tan solo lo hubiera conocido mucho antes, tal vez me hubiera dado la oportunidad de estar a su lado. Pero Dios me llamo desde muy temprano para servirle a Él.

Desde mañana inicia el retiro para el Noviciado donde me uniere más a Dios. Daniel espero que seas feliz.




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