Promesa de niños

Capítulo: 4

Naomi

¿Por qué me siento tan atraída hacia un hombre que apenas conozco? Simplemente, no podía dejar de verle ni de hablarle menos podía alejar mi mano de la suya, mi corazón está desbocado, pero ya no es por él, ahora es por su hermano, el hombre que me mira con ganas de matarme, el Thomas que no conocía, pero que hoy vi que existía, es alguien violento, no sabía eso de él, ¿cómo saberlo si nunca hemos convivido?

—¿Qué haces aquí? —espeta enojado viniendo hacia mí, retrocedo por instinto, pero él toma mi brazo con fuerza

—Solo hablábamos —Gael toma su brazo —no tienes que tratarla así

—No me dices como tratar a mi mujer —Thomas lo empuja —no interfieras en mi vida hermano.

—Thomas cálmate —pido, pero me callo cuando su mirada cae en mí.

—No debías salir de la habitación Naomi —él vuelve a tomar mi brazo, no quiero peleas y solo lo sigo intentando no quejarme por la fuerza que ejerce y que sé que dejará alguna marca, no volteo ni me quejo, sé que Gael viene detrás y no quiero que ambos se enfrenten, al entrar en la habitación Thomas me suelta con brusquedad.

—Solo fui a por agua

—Claro —él ríe —¿y qué hacías coqueteando con mi hermano? 

—Yo no coqueteaba —digo mirando como él comienza a quitarse la ropa —solo hablábamos, me corté y

—Desnúdate —lo miro confundida —no lo diré dos veces Naomi

—No voy a tener sexo contigo —me alejo de él

—Eres mi esposa —Thomas ríe —cumple conmigo

—Ya te dije que quiero el divorcio y que —la bofetada que me da me hace callar y caigo sobre la cama, Thomas se abalanza sobre mí sin darme tiempo a nada, quiero luchar, pero él inyecta algo en mi cuello dejándome sin fuerzas y a su merced, luego me toma en sus brazos y me acuesta sobre la cama.

—El divorcio —ríe mientras quita mi ropa con cuidado —Naomi te daré un buen motivo para no querer divorciarte de mí, ya te haré recordar por qué seguimos casados —cierro mis ojos sintiendo sus besos y entonces mi mente me obliga a recordar el pasado, cuando salí del orfanato era demasiado joven, no conocía nada sobre la vida y estaba en la calle sin dinero y con pocas cosas, conseguí un trabajo aunque seguía recordando esa promesa, pero por más que intenté ser fuerte, la vida solo me daba golpes y en uno de esos golpes conocí a Thomas, me salvó la vida por decirlo de alguna forma, me ayudó justo cuando le necesitaba, fue como un ángel, al menos eso pensaba hasta ese día, esa fiesta, esos tragos y al otro día desperté en una cama con él a mi lado, dos semanas después supe que estaba embarazada, tenía gemelos y por más que intenté salir adelante sin él no pude hacerlo, nunca he olvidado la promesa que me hicieron, pero aunque yo intenté encontrarlo no lo logré y él me olvidó, nunca volvió por mí, nunca me buscó y ahora... ahora estoy aquí, con un pasado que no quiero recordar, casada con una bestia y con dos pequeños que adoro, pero que no estaban en mis planes. Toda mi vida ha sido una tormenta, los únicos años buenos a pesar de todo eran los del orfanato, luego de eso, todo fue un infierno.

—Naomi —abro mis ojos con dificultad —mi amor debemos bajar a desayunar —logro ver el rostro de Thomas frente a mí y rápido me alejo de este, no recuerdo mucho lo sucedido ayer, pero todo mi cuerpo duele.

—¿Qué me hiciste? —salgo de la cama envuelta en la sabana

—¿Cómo? —él sonríe —Naomi

—Me vio...—la palabra no sale de mi boca —Thomas tú abusaste de mí 

—Soy tu esposo —retrocedo cuando se acerca —¿cómo iba a abusar de ti por Dios?, solo hicimos lo que una pareja hace y disfrutaste mucho —él ríe

—¿Disfruté? —lo miro con asco —no recuerdo nada, ¿qué demonios me inyectaste?

—No hagas escándalos Naomi —gruñe mirándome —y ni se te ocurra hablar con alguien porque te quitaré a nuestros hijos y jamás los volverás a ver, sabes de sobra que puedo hacer eso e incluso —él ríe —otras cosas que no te van a agradar, así que cállate y si no quieres que lo de ayer vuelva a suceder entonces compórtate —Thomas se acerca a la puerta —en diez minutos te quiero en el comedor.

Mis lágrimas salen mirando por donde salió y camino hacia el baño, dejo caer la sabana mirándome en el espejo, siento asco y todo me duele, pero algo llama mi atención y es la herida que tengo en mi labio, mis ojos me devuelven la mirada recordando entonces una parte de mi pasado que siempre mantengo enterrada en lo más profundo de mi ser, debo conseguir salir de esta casa e irme lejos con mis hijos.

—¿Mamá a donde iremos hoy? —pregunta Laia mientras bajamos las escaleras —papá nos dijo que vamos a ir a pasear, pero no nos dijo a donde

—No lo sé. 

—¿Por qué no fuiste ayer a nuestra habitación? —ella se detiene y ambos me miran

—Lo siento mis amores, mamá estaba cansada, me quedé dormida —acaricio el rostro de ambos

—¿Estás bien? —miro a Owen —nunca dejas de ir a leernos un cuento —un nudo se forma en mi garganta

—Estoy bien, solo me quedé dormida, no va a volver a pasar

—Papá dice que ahora vamos a vivir aquí —menciona mi hijo mirando mis ojos —¿eso es cierto? 

—Puede que si —suspiro

—¿Y nuestros amigos? —miro a Laia —no quiero quedarme a vivir aquí mamá —ambos se cruzan de brazos

—Papá quiere que vivamos juntos, como una familia, ¿no quieren eso ustedes? —se miran entre sí y luego a mí.

—Pero no aquí —dice Laia, yo sonrío

—¿Y tú? —me tenso al escuchar esa voz —¿Quieres quedarte aquí? —volteo lentamente para quedar justo frente a Gael, el cual entrecierra sus ojos y luego toma mi mentón sin yo esperarlo —¿qué le pasó a tu labio? —me alejo de su toque rápido antes de que Thomas nos vea.

—Me golpeé con algo, ya ni recuerdo con que —intento sonreír

—Anoche no lo tenías —él sigue mirándome poniéndome nerviosa

—Fue hace unos minutos —da un paso hacia mí y retrocedo

—¿Te dije ya que soy médico? —asiento con lentitud —¿entonces por qué me dices una mentira tan absurda?, ese golpe no es de hace unos minutos Naomi —ambos nos quedamos mirando hasta que Owen tira de mi mano, yo comienzo a caminar hacia el comedor, sé que él me sigue, pero no me detengo, no soy capaz de seguir mintiendo, ¿cómo hacerlo con esos ojos que parecen saber cada mentira que digo?



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En el texto hay: pasado, niños, amor

Editado: 01.11.2024

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