Naomi
Abro mis ojos, pero la luz que veo me hace cerrarlos, suelto un quejido por el dolor de cabeza que siento y resoplo recordando todo, ¡maldición! Vuelvo a abrir los ojos y debo pestañear varias veces para poder enfocar bien mi vista, veo el techo blanco con la lámpara encendida, ¿es un hospital?, luego miro hacia un lado en donde solo veo una pared y luego al otro en donde le veo a él, cruzado de brazos con sus ojos grises entrecerrados sobre mí, trato de moverme y salir de la camilla, pero entonces me doy cuento de que no puedo moverme, mis ojos se abren en demasía mirando mis manos que están esposadas a las barandas de la camilla, tiene que ser una broma.
—¡Qué demonios!
—Intentó suicidarse —lo miro rápido sin aún creerme esto
—Usted —tenso mi mandíbula —no intenté
—Estaba frente a ese auto
—No miré y
—No se quitó al verlo —mis ojos se cierran por el fuerte dolor en mi cabeza —¿es tan débil que quería morir?
—Quíteme las esposas, agente —me callo sin poder recordar su nombre
—Kurt Graham —espeta caminando hacia mí —¿qué pensaba al ponerse frente a ese auto?
—¿Y usted qué pensaba al lanzarme al suelo? —clavo mis ojos en él —casi me mata animal, la cabeza me quiere estallar —él ríe como si hubiese hecho un chiste —y para colmo me esposa a una camilla
—¿Sabes? —se sienta en una silla a mi lado ignorando que sigo esposada —cuando era pequeño le hice una promesa a mi madre, era un crío, pero recuerdo esa promesa —me mira —prometí que cuidaría de mujeres como ella —aprieto mis dientes sabiendo a lo que se refiere —pero hay personas como usted que no desean ser salvados aunque recuerde esa promesa y
—Solo era un niño, una simple promesa de un niño y no necesito que nadie me salve
—¿Por qué? —él acerca su rostro al mío —¿por qué? —repite la pregunta, pero sigo sin entender —responda eso y la dejaré ir
—¿Cómo que por qué?
—¿Por qué aguantas? ¿Te gustan los golpes? —dejo de mirarlo
—No sabe nada sobre mí, déjeme ir, pienso demandarlo por acoso
—No la sigo a usted, solo vigilo a Thomas, tiene cosas sucias en su empresa
—No sé nada sobre eso
—Nunca acaba bien —miro sus ojos —me refiero a los maltratos y no me diga que se queda por sus hijos, esa es la peor excusa —respiro hondo
—¿Cómo acabó su madre? ¿Murió? ¿Eso me quiere decir? —él sonríe sacando una llave de su bolsillo
—Cuénteme por qué se queda a su lado y no se va y yo le diré mi historia —me pierdo en sus ojos sin saber qué decir, es un policía, no puedo decirle que en el pasado maté a alguien y que Thomas tiene pruebas contra mí, pruebas que si huyo o hablo con alguien sacará a la luz e iré a prisión sin poder volver a ver a mis hijos, los golpes son nada comparados a no poder verlos más.
—Soy una mujer casada con dos hijos y soy feliz —decido mentir —no necesito ayuda de nadie, menos ser salvada, tengo una vida maravillosa y pienso demandarlo a usted —Kurt se pone de pie
—Hay personas que no merecen nada, usted es una de ellas —un nudo se forma en mi garganta —hago bien en olvidar la promesa que le hice a mi madre por usted —el agente comienza a abrir las esposas —créeme, nunca acaba bien, ni para usted ni para él, menos para sus hijos, cuando quiera salir de ese círculo vicioso de golpes y abusos entonces llámame —él deja una tarjeta sobre mí cuando me siento en la cama —no estaré esperando su llamada, tampoco deseo ayudar a alguien como usted, pero así me quedo con mi conciencia limpia —el agente se apresura hacia la puerta y sale de la pequeña habitación dejándome sola, tomo con manos temblorosas la tarjeta y una lágrima escapa de mis ojos.
—Naomi —Thomas corre hacia mí cuando bajo del taxi —me tenías preocupado
—Yo
—¿Qué te pasó? —toca mi frente en donde hay un golpe y retrocedo alejándome un poco
—No es nada, solo quiero estar sola
—¿Tanto te duele ver a mi hermano feliz con otra? —masculla con rabia y suspiro
—Thomas
—Me haces enojar Naomi —él aprieta sus puños —me haces enojar y aunque prometí no tocarte, yo
—Fuiste tú quien me trajo a esta casa Thomas —su mandíbula se tensa
—Aléjate de Gael, no te tocaré más a ti, pero —se calla
—¿Vas a amenazarme con nuestros hijos? —me acerco a él —me dijiste que los querías
—Los amo con mi vida
—¿De verdad? —sonrío mirando sus ojos —estaré en la casa pintando —señalo hacia esta —si quieres venir conmigo puedes hacerlo
—No me gusta ese olor —asiento —te quiero antes de las 10 en la casa, en mi cama y bien bañada —solo asiento y me alejo de él, sé que no podré pintar nada, pero ahora mismo solo quiero estar sola, el problema es que cuando entro a la casa le veo a él sentado en un sillón esperándome, cierro despacio la puerta sin dejar de mirarlo.
—Lo lamento
—¿Qué haces aquí Gael? —él se pone de pie y camina hacia mí
—Lo estoy intentando Naomi, juro por Dios que lo hago
—¿De qué hablas?
—De que intento no pensar en ti —sus manos van a mi rostro haciendo que mi corazón se acelere al máximo —pero es imposible, estás todo el maldito día en mi cabeza joder
—Acabas de pedirle matrimonio a Lena
—Quiero olvidarme de ti —su frente se pega a la mía y simplemente no puedo alejarme —ni siquiera puedo tocarla o besarla, cometí un error, ¿cómo podré casarme con ella si estás en mi cabeza?
—Gael me dijiste que
—Tengo miedo Naomi —él me mira —¿Crees que es fácil elegir entre mi familia y tú? Ellos me lo han dado todo, mi padre está muriendo, no puedo ir contra Thomas y alejarlo de ti, los decepcionaría por completo y papá no aguantaría, su corazón
—Gael
—Dame tiempo —sus manos acarician mi rostro —espérame hasta que papá se recupere, cuando lo haga juro que voy a alejar a Thomas de ti Naomi, sé que él no es bueno, sé que le temes
—No —niego, pero su boca se acerca a la mía
—Te amo a ti —roza mis labios haciendo que todas mis defensas bajen y termino besándolo mientras sus manos se mueven ágiles por mi cuerpo.