Naomi
Cuando veo por la ventana el auto de Thomas salir comienzo a prepararme, según él, vendrá mañana, algo que me alegra demasiado porque aunque ahora mismo tenga planes y esté trabajando junto al policía eso no impide que estando cerca de Thomas sienta un poco de miedo aunque me tranquiliza un poco saber que Thomas se contendrá más ya que Kurt lo golpea cada vez que él me hace algo, sonrío pensando en eso que sé que no debe hacerme feliz, pero es justo como me siento ahora mismo. Salgo de mi habitación y mirando mi reloj camino a la de los niños que deberían ya estar listos para salir, pero alguien toma mi brazo antes de que pueda llegar a la habitación y me inmoviliza contra la pared en una esquina, sonrío mirando a Gael.
—Thomas acaba de irse —asiento —y vendrá mañana
—Lo sé —sus manos aprietan mi cintura —podríamos pasar todo el día en la casa donde pintas —él besa mi cuello —y me encantaría verte trabajar, podríamos cenar juntos —sus besos se trasladan por mi mentón hasta llegar a mi boca —en fin, pasar todo un día juntos y solos —atrapa mi boca dejándome sin oxígeno para respirar porque su beso es apasionado y salvaje.
—Gael —sonrío colocando mis manos en su pecho para alejarlo un poco de mí —saldré
—¿cómo? —me mira alzando una ceja
—Pienso pasar el día con mis hijos fuera de esta casa —sus ojos se ponen tristes al escucharme —se los prometí ya a los gemelos —agrego sintiendo un poco de culpa
—Es una lástima, ya tenía buenos planes, ¿cuándo regresas?
—En la noche —él sonríe un poco
—Cuando regreses pasa por la cabaña —se acerca de nuevo a mis labios —si quieres Naomi.
—¿Estarás ahí?
—Todo el día, pienso mañana ir a la empresa y reclamar lo que me pertenece —asiento, también yo estaré ahí, pero eso lo guardo para mí.
—Bien —sonrío —mis hijos me esperan
—Te estaré esperando en la cabaña —Gael deja un sencillo beso sobre mis labios y se aparta de mí dejándome ir, sonriendo camino hacia la habitación en donde están mis hijos.
—¿Debemos caminar mucho? —ruedo los ojos con la pregunta de Laia
—Acabamos de salir de la casa Laia, ¿qué hemos caminado? ¿Diez metros?
—Eso es mucho mamá —menciona Owen —¿por qué no pedir un taxi?
—Porque ya pronto subiremos a un auto
—¿A dónde iremos? —cuestiona Laia, ni yo misma sé, ¿qué le digo?
—Un amigo nos llevará a un bonito sitio —ambos me miran
—¿Qué amigo? —miro a Owen sin dejar de caminar
—Su nombre es Kurt y es muy bueno, él nos ayuda en muchas cosas
—¿Por su causa es que papá ya no te grita? —me detengo con la pregunta de Owen y respiro hondo
—Mis niños, yo
—Sabemos que te pega mamá —miro a Laia —y que papá es malo —suspiro y me pongo a la altura de ellos —¿tu amigo es bueno?
—No quiero que piensen en esas cosas pequeños, lo que suceda entre papá y yo no debe afectarlos a ustedes —mis manos van a sus rostros —¿entienden?
—¿Él te protege? ¿Tu amigo?
—Si —Owen sonríe —y papá no volverá a hacerme daño
—Entonces quiero conocerlo —expresa Laia feliz
—Nos espera a unos metros —me levanto —sigamos caminando —ellos refunfuñan, pero obedecen y cuando veo a Kurt a unos metros sonrío, este lleva puesto unos pantalones cortos y una camiseta, enarco una ceja porque nunca lo había visto vestido tan informal, además también lleva una gorra y un par de gafas de sol mientras espera recostado a una camioneta negra.
—Kurt —me mira cuando lo llamo y retira las gafas de su rostro
—Es grande —comenta Owen en voz baja
—Es lindo —dice mi hija y sonrío, nos detenemos cuando llegamos a él
—Déjame adivinar —él mira a los gemelos —Owen y Laia ¿verdad? —mi hija sonríe y Owen lo saluda con la mano
—¿Eres quien protege a mamá? —Kurt enarca una ceja mirándome.
—Así es, con esto —saca un arma y mis ojos se abren en demasía
—¡Kurt por Dios guarda eso! —él solo ríe
—¿Me la prestas?
—Claro Owen
—¡Claro que no! —digo alto —guárdala Kurt —él lo hace riendo
—¿Viste mamá? Tiene un arma —Laia suspira
—Y una placa —Kurt también enseña esta dejándola en la mano de Laia —soy policía —ruedo los ojos por su forma de decirlo dejando impresionados a mis hijos.
—Waw —la voz de Lena me hace voltear rápido, ella está sonriendo mirándonos y me tenso —me pregunto qué pensará Thomas de esta foto —muestra su teléfono en el que salimos nosotros —Y lo peor, dejas que tus hijos se relacionen con tu amante —doy un paso hacia ella, pero la mano de Kurt me detiene tomando mi brazo, este camina hacia ella.
—Lena —Kurt bufa —perdón, olvidé tu apellido, suelo olvidar cosas sin importancia
—Usted es el policía que va tras la familia de Gael —ella ríe —Estaré feliz cuando le diga a Thomas lo que he visto hoy —mis pequeños aprietan mis manos asustados
—Y yo feliz de que te quiten el título de médico —Kurt sonríe —digo, no sé cómo se tomarán tus jefes cuando sepan que consumes drogas
—Yo no
—También tengo fotos Lena —Kurt se acerca más a ella —a tu padre lo decepcionará mucho saber que su hija necesita una pequeña dosis antes de entrar a una cirugía —ella está blanca como el papel —Hazte un favor, vuelve a casa y deja a Naomi en paz, ¿quieres? —Kurt se coloca sus gafas de nuevo y camina hacia mí —suban al auto que ya nos vamos —dice abriendo la puerta, Lena no dice más nada y los niños suben, yo también lo hago al lado de Kurt, el cual arranca rápido.
—¿Cómo sabías que ella...?
—Lo sé todo de todos Naomi —él sonríe cuando me interrumpe —no solo de Thomas, sé lo peor de cada uno de los que viven en esa casa.
—También de mí —él me mira breves segundos
—También de ti —miro a mis hijos que van sonriendo, luego a Kurt.
—¿A dónde vamos?
—No estés asustada —una de sus manos toca mi rodilla, me tenso un poco —Lena no dirá nada te lo aseguro, así que disfruta el día de hoy Naomi, todo estará bien —él sonríe quitando su mano para llevarla al volante —chicos —mira por el espejo a los niños —¿les gusta la playa? —mis hijos gritan que si y río