Naomi
Cuando la reunión acaba salgo de la sala de juntas rápido, ya todos saben que voy a trabajar ahí y el más sorprendido era Gael, claro, no se lo esperaba, debí decirle algo para que ahora no sospeche algo, pero todo fue tan de prisa que no lo pensé bien, me encierro en el baño y echo agua en mi rostro pensando en todo, quizás esto me queda demasiado grande, el miedo me está matando y siento que estoy justo en la boca del lobo, miro mi reflejo en el espejo queriendo dejarlo todo, pero no puedo, es mi única oportunidad para escapar de Thomas y mandarlo a la cárcel, así nunca más volverá a acercarse a mí, mis hijos crecerán felices en un lugar donde no tengan que presenciar maltratos, quizás compre una bonita casa en la playa, a ellos les gustó mucho el mar, sonrío, pero mi sonrisa se borra cuando Gael entra al baño y se queda mirándome, parece enojado.
—Debiste decirme, ¿a qué demonios juegas? ¿Qué haces aquí?
—Convencí a Thomas —respondo mirando sus ojos a través del espejo —quería trabajar
—¿Y por qué aquí? ¿Por qué ahora Naomi?
—Quiero encontrar pruebas —soy sincera volteando a verle —sé que hace cosas ilegales aquí Gael y quiero lograr que me dé el divorcio —agrego mirando sus ojos, casi todo es verdad y sé que él no va a dudar.
—¿Es por eso? ¿Te quieres divorciar? —Gael sonríe haciendo que vuelva a respirar tranquila feliz de que me haya creído.
—Si Gael —él se acerca más a mí —no quiero seguir casada con Thomas
—Me hace feliz
—¿Y por qué? Vas a casarte con Lena —mis celos salen a relucir aunque no quiero, el sonríe más aún pegándose a mi cuerpo con sus manos en mi cintura.
—No lo haré Naomi —alzo una ceja —cuando todo se calme y mi padre este mejor la dejaré, no la amo, no me puedo casar con ella —asiento con lentitud —también estoy aquí buscando pruebas que indiquen que Thomas hace cosas ilegales
—¿Y qué harás con lo que encuentres?
—Aún no lo sé —murmura acariciando mi rostro y sonrío
—Puedes mandarle a la cárcel —él suspira pesadamente
—Papá no resistiría una angustia así, por ahora no sé que haga, espero no encontrar nada y que ese policía esté equivocado —Gael se acerca a mi boca, intenta besarme, pero me alejo rápido de él
—Thomas me espera, hará preguntas
—¿Nos veremos esta noche? —me encojo de hombros
—Quizás —él ríe y salgo rápido del baño, estoy segura de que si encuentra algo contra Thomas solo va a encubrir a este, jamás lo mandaría a la cárcel, no mancharía así la imagen de su familia y eso no es bueno para mí, con rapidez camino hacia la oficina de Thomas, el cual seguramente debe de estar esperándome, pero antes de entrar una idea se me ocurre y sonriendo me alejo de ahí, ahora seré su secretaria, que mejor manera de empezar el día que con un buen café como le gusta.
—Thomas —entro a la oficina, el alza una ceja al verme —perdón la tardanza —sonrío —traje el café como te gusta —dejo este en la mesa y él sigue estupefacto, tomo asiento mirándole —ahora dime que debo hacer
—Tu trabajo aquí solo es vigilar los pasos de Gael —asiento
—Estaba hablando con este —veo como tensa su mandíbula —y me he dado cuenta de que es muy probable que si descubre algo no te mande a la cárcel
—No lo creo, Gael no es bueno, ya te dije
—Lo sé, pero no hará nada mientras tu padre este bien —él asiente
—Gracias por el café —prueba este dando un suspiro —Naomi, pensé de verdad que luego de lo que te dije irías con alguien para mandarme a la cárcel —me tenso un poco, claro que Kurt tenía razón
—¿Me estabas probando?
—Si y no —él ríe —pero no te mentí con la información que te di, los cargamentos saldrán en la noche —asiento —me alegra saber que ahora puedo confiar en ti Naomi
—Quiero saber algo, ¿estamos en peligro? —él suspira y se acomoda incómodo en su silla
—No lo sé Naomi —respiro hondo —pero no tengas miedo, de ahora en adelante tendrás un chofer, te llevará a la casa y te traerá, no estarás sola.
—Gracias —me pongo de pie —ahora quiero trabajar, no estaré aquí en vano —él asiente satisfecho y salgo de la oficina sonriendo.
El día pasa lentamente, Thomas no me da mucho trabajo y evito un poco a Gael, sé que quiere que nos veamos esta noche, pero luego de lo sucedido con Kurt no estoy tan segura de querer ir con este, cuando al fin termino todo mi trabajo salgo de la empresa y subo al auto que me espera, estoy cansada y le echo de menos a los pequeños, con estos pasaré la noche de hoy.
—¿Sucede algo? —cuestiono al chofer cuando veo que se desvía de la ruta
—Creo que nos siguen —me tenso por completo y miro hacia atrás —pero estará bien —saco mi teléfono y lo primero que se me ocurre es llamar a Kurt, el cual para mi sorpresa no atiende mi llamada, pero vuelvo a marcarle, solo que sigue sin atender y me pregunto si estará ocupado o si solo ignora mis llamadas, espero sea lo primero.
—Maldición —mascullo dejando mi teléfono en el bolso, es claro que no va a responder.
—Descuide, parecía una falsa alarma —el hombre ríe y siento que vuelvo a tranquilizarme pudiendo respirar en paz —discúlpeme y —no termina la frase cuando un auto aparece de la nada y se interpone en nuestro camino, el chofer frena de golpe y chillo cuando le disparan, segundos solo pasan y soy sacada a la fuerza del auto dejando todas mis cosas en este.
—No me hagan daño —pido desde el suelo mirando a los hombres que traen sus caras cubiertas —por favor
—Es la misma —dice uno que tiene un teléfono en la mano —Naomi —ríe mirándome —tu esposo se cree gracioso creyendo que puede acabar con nuestros negocios —él me apunta con una pistola y todo mi cuerpo se estremece del miedo
—No tengo nada que ver —ladea su rostro, luego todos ríen y aprieto con fuerza mis dientes mirando el arma que no ha dejado de apuntar a mi cabeza
—Nadie sale de la mafia preciosa —él se acerca a mí y siento el golpe en mi rostro con el arma, caigo al suelo sintiendo un fuerte dolor de cabeza y gimo de dolor cuando soy trasladada a otro auto, todo da vueltas a mi alrededor y sin nada de delicadeza me lanzan al suelo de la camioneta, toco mi frente y cuando miro mi mano esta tiene sangre, intento moverme, pero un fuerte mareo me devuelve al suelo y mis ojos se cierran sin poder luchar.