Promesa de niños

Capítulo: 31

Naomi

Me muevo incómoda en la cama sintiendo que mis párpados pesan, deseo levantarme, pero es como si estuviese pegada a ella, escucho voces y ruidos de autos, recuerdo lo ocurrido y hago un esfuerzo sobrehumano y abro mis ojos, la claridad impacta en mi rostro provocándome un intenso dolor de cabeza y debo cerrar los ojos de golpe, pestañeo varias veces hasta que me acostumbro a la claridad y entonces veo que estoy en la habitación, es mi cama y en el balcón está Thomas, escucho gritos y más ruidos, me siento en la cama, pero cuando intento ponerme de pie caigo al suelo y gimo de dolor, el dolor de cabeza persiste y ahora es mucho más fuerte que antes.

—Aun estás débil Naomi —escucho su voz, pero no le miro —pero no quiero que te pierdas el espectáculo, aunque para mi mala suerte, ya te has perdido lo mejor.

—¿Qué me diste? —él me toma de los brazos y me ayuda a ponerme de pie

—Algo fuerte —sonríe

—Gael —musito y su sonrisa se hace más fuerte, luego camina hacia el balcón sin soltarme y cuando llego a este miro hacia abajo, hay policías por todos lados así como una ambulancia, miro todo confundida sin entender nada —¿Qué hiciste? —él ríe en mi oído

—Gael fue encontrado en la cabaña con su novia muerta a su lado y un cuchillo en sus manos con sus huellas —mis ojos se llenan de lágrimas mientras él me habla al oído —tu amante ahora irá a la cárcel por matar a su prometida

—¿Lena está...? —no logro decir más y Thomas sonríe

—Murió, no te sientas mal, era una perra —él toma mi mentón y hace que mire sus ojos

—Nadie va a creer esa historia —su sonrisa se agranda

—Ayer discutían, todos sabían que él estaba enamorado de ti y quien no lo sabía ya lo sabe, Naomi, Gael ahora es un asesino —él me suelta y miro de nuevo hacia abajo viendo como suben a Gael a un auto de policía, mis lágrimas salen de mis ojos

—Eres un infeliz —susurro mientras él pasa sus manos por mis mejillas

—Lo único que no estaba en mi plan era que mi padre sufriera un infarto —lo dice calmado —aunque no es tan malo, el viejo era un estúpido que solo amaba a Gael —ríe —si muere ya todo será mío.

—Estás enfermo —lo empujo alejándolo de mí con rabia

—¿No vas a preguntar por Kurt? —lo miro con odio sabiendo que nada bueno dirá —sufrió una emboscada, tu guardián ha muerto Naomi —él saca su teléfono y me enseña en Internet una noticia de última hora que dice que varios policías murieron tras sufrir una emboscada, leo los nombres de los caídos y al llegar al de Kurt llevo una mano a mi boca, más lágrimas salen de mis ojos y comienzo a llorar, jamás algo me había dolido tanto como esto y caigo al suelo frente a Thomas.

—¿Por qué? No tenía nada con él, te demostré que podías confiar en mí —golpeo sus piernas pero él solo bufa

—Hice un intercambio con Victoria, la vida de ese bastardo policía por la tuya Naomi, agradece y deja de llorar, ya Victoria no te hará daño

—Eres un mal nacido

—En cuanto a Gael, no olvides que me ayudaste

—Me arrepentí —miro sus ojos —no eché la droga en su copa —Thomas sonríe

—Pero lo llevaste a esa cabaña

—¡Eres un asesino! —le grito viendo como tensa su mandíbula

—Todo lo hice por nosotros Naomi, ahora ya estamos bien, agradéceme —comienzo a limpiar mis lágrimas, pero es en vano porque más salen —podrás seguir ayudándome, podemos seguir con nuestras vidas ahora, y di lo que quieras, ya retiré todos los micrófonos que había en esta casa Naomi, aunque, ya nadie iba a escuchar de todas formas —él ríe y el dolor en mi pecho es tan intenso que es imposible de describir.

—Te odio —musito a lo que él solo suspira

—Mañana será otro día, debo ir al hospital con mis padres, toca ser el hijo bueno —suspira, lo veo salir de la habitación y sigo llorando, Kurt no puede estar muerto, es mi culpa que todo esto pasara, él no puede haberse ido, dijo que me ayudaría, pero ahora estoy sola.

Todo parece haber sido una horrible pesadilla, ha pasado ya una semana y aun mi mente sigue incrédula, pero Gael está en la cárcel, el padre de Thomas está en el hospital aún y Kurt, Kurt está muerto, todo eso deja más que claro que la pesadilla ha sido real. Preparo en silencio a los gemelos para la escuela mientras mi mente piensa mil maneras de salir de esta casa, pero ahora estando sola es más difícil y será mucho más fácil para Thomas encontrarme.

—¿Mamá por qué el tío Gael está en la cárcel? —miro a Owen cuando habla y suspiro

—Él saldrá de ahí —acaricio su mejilla —solo fue una confusión

—¿Y dónde está su novia? —miro a Laia

—Ella...se fue —digo al fin y bajo la mirada intentando que mis lágrimas no salgan, jamás pensé que el plan de Thomas fuera tan cruel para todos, jamás imaginé que él era así, es peor de lo que todos pensábamos.

—¿Cuándo volveremos a ver a Kurt? —tenso mi mandíbula mirando a Owen —papá trabaja bastante, podremos salir algún día con él ¿verdad?

—¿Mamá por qué lloras? —niego ante la pregunta de Laia pasando las manos por mi rostro dándome cuenta de que mis lágrimas han salido, mis pequeños me abrazan sin hacer preguntas y sonrío sin dejar de abrazarlos.

Luego de dejar a los niños en la escuela voy hacia la empresa, camino por esta sin pensar en nada y todos me saludan al verme, ¿tendrán idea del jefe que tienen? Me detengo frente a la puerta de Thomas y dando un suspiro entro a su oficina, este sonríe al verme y me siento frente a él sin dejar de mirar sus ojos.

—Estoy aquí como querías —él asiente sin dejar de sonreír, hace una semana es el hombre más feliz del planeta

—Bien Naomi, ya llevas una semana sin trabajar —suspira —no puedes seguir así y para que veas que soy bueno —ríe —tendrás mañana una cita con Gael —alzo mis cejas sin creerme lo que dice

—¿Por qué?

—Porque sé que deseas verle, así que podrás hacerlo —se encoge de hombros —Naomi debes ir y cerrar ese capítulo, eso sí, le dices a alguien lo que pasó y te quitaré a los niños, tú también irás a la cárcel.



#632 en Novela romántica
#247 en Chick lit

En el texto hay: pasado, niños, amor

Editado: 01.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.