Promesas

Cap 2

Cap 2

Eli

Después de una larga ducha de seis minutos, que para mi es bastante tiempo, salgo y empiezo a escoger la ropa que me pondré esta noche. Miro un top de magas mas menos a medio brazo de color blanco, una chaqueta negra y unos pantalones de color negro que tiene como cinturón unas cadenas. Luego de tener todo en mi cuerpo busco mis botas y listo, me miro en el espejo, me peino un poco mi cabello que me llega a media espalda, un poco de rimer en las pestañas, delineador, brillo en los labios y listo, ya me encuentro preparada para la guerra.

ME miro al espejo de arriba a abajo y la verdad no es que sea orgullosa pero me encuentro hermosa. Luego de tirarme unos besos a mi misma, tomo mi cel lo pongo en uno de los bolsillos internos de la chaqueta y las tarjetas magnéticas en el otro y me dispongo a salir.

Al llegar afuera mi madre se encuentra casi dormida en el sofá de lo agotada que ha de encontrarse.

-Mami.- la llamo.- Mamá, acuéstate en la cama- le digo mientras la ayudo a levantarse.- Ya comiste algo?.- le pregunto.

-Si, ya comí una sopa de esas, no tenía ganas de cocinar.- dice y me mira.- Vas a salir?.- me pregunta.

-Si, quiero hacer unos anuncios  recomendando dos lugares, así logro obtener material para los videos, no me esperes, me quedaré a dormir en el hotel.- le anuncio.

-De acuerdo, ten cuidado.- me dice cuando llegamos a la puerta de habitación. Me da un beso y entra.

Una vez fuera del apartamento empiezo a caminar a la parada de autobuses de forma lenta y calmada pensando en todo lo que ha pasado hoy. Un poco de emoción a mi vida pero ya, eso es solo una gota. Hace mucho que mi vida tiene sentido, siempre es lo mismo día tras día. Me fijo a mi alrededor y es como si ya estuviera escrita, estudiar, graduarse, conocer un hombre, casarse, tener hijos y ya está, punto final. Nadie lucha por lo que en verdad quieren, nadie se arriesga a nada por miedo al fracaso y el que lo haga lo tachan de estar mal de la cabeza.

Miro la gente pasar de un lado al otro, unos sonriendo, otros tristes, otros serios, algunos apurados, y luego estoy yo, que se podría decir que no encajo en ningún lado y es que así es mi vida, monótona, sin sentido después de darme cuenta que los cuentos de adas son exactamente eso, puros cuentos. En un final de cuentas aquel muchacho del cual vivía enamorada durante toda mi niñez tenía razón, no podemos sonreír todos los días, por mi parte lo dejé de hacer más seguido cuando mi padre nos abandonó y nos dejó sin nada. Pero bueno, la parte buena de esto es que aprendí a vivir mi vida como quiero y de la forma que mejor creo, sin importarme lo que me digan al no ser lo que se espera de mi.

Llego frente al restaurante que quiero hacer mi video, y cuando voy a entrar me detienen.

-Disculpe, no puede entrar así.- me dicen en el recibidor.

-Así cómo.- pregunto mientras me miro.

-Este es un restaurante de etiqueta por lo que no se permite este tipo de.. vestimenta.- yo volteo mis ojos, es en serio.

-Dice que de etiqueta, bien le notifico que toda esta ropa es de marca por si no sabe diferenciar entre una original y una imitación. Ahora lo que en verdad me pregunto es, qué les importa a ustedes como me visto si en un final voy a pagarles sus servicios.-

-No creo que tenga para pagar aquí.- dice bajito pero la escucho lo cual hace que sonrío por su estupidez.

-Sabe qué, quédese con su restaurante.-

-Qué pasa aquí.- llega una mujer alta muy despampanante que resulta ser la gerente del lugar.

Escucho como su trabajador le cuenta los sucesos.

-Señorita, valla al restaurante de la esquina, estoy segura que ahí sí podrá pagarlo.- voy a replicar cuando escucho unos gritos de emoción y decir mi nombre. Me volteo y son unas dos chicas con sus parejas, vienen a mi y me piden autógrafos y fotos.

-Vas a comer aquí?.- me preguntan esperanzadas.

-Este.- interrumpe la gerente,.- viene sola a acompañada.- me pregunta de forma muy amable y ahí alzo mi ceja de forma burlona.

-Ninguna de las dos señora, me voy al restaurante de la esquina, estoy segura que allí me tratarán mucho mejor.- me volteo para irme pero quiero decir algo otra cosa.- Recuerde no criticar a nadie, ni juzgar por la ropa, eso podría traerle graves consecuencias.- y ahora si me voy.

Llego a otro restaurante y la verdad es que aunque no tiene tanta decoración como el anterior,  en este si te tratan super bien, así que por mejorar mi noche les hago un regalo, decido hacer un post sobre él y bueno como había anunciado a mis seguidores que hablaría sobre el anterior les expliqué que al no ir con etiqueta no fui aceptada

Los comentarios variaron desde hablando mal sobre aquel como diciendo que vendrían a visitar el en el que me encuentro ahora. Algunos me reconocieron y pidieron fotos y esas cosas, la verdad es que la pasé de los más bien...

 

James.

Me encuentro en uno de los restaurantes más finos de la ciudad, en una cita con Paula, bueno más que una cita es una comida pero igual es lo mismo. La miro en frente de mi con un vestido negro sin detalles, hermosa. Es alegre o pr lo menos siempre que está conmigo es así.

-Y el trabajo?.- me pregunta.

-Un poco liado estos días pero todo se resolverá.- le respondo.

-Me alegra escuchar eso, no te esfuerces mucho.- me aconseja

De pronto escuchamos un grito y al voltear vemos un grupo de personas.

-Será alguien famoso.- escucho que dice Paula, por mi parte me fijo bien y veo a una joven que de alguna manera me hace pensar que la conozco.

-Si, seguro.- dejo de pensar en ello y sigo en mi conversación con ella.

La noche transcurrió bien, igual que siempre lo hace cuando cenamos juntos. La llevo hasta su casa y espero hasta que la veo entrar, una vez segura emprendo mi camino hacia mi casa.

La historia mía y de Paula vine de hace años atrás, desde la universidad si se puede decir. Me enamoré de ella como un idiota y no fue hasta que nos graduamos que nuestra amistad se hizo más fuerte. Hace unos dos años decidí emprender mi propio negocio de marketing y fue ahí cuando le confesé mis sentimientos y le hice la promesa: me haría famoso, tendría bastante dinero y ella no tendría que trabajar más, me la llevaría de ese lugar que no era feliz.




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