Promesas en la playa

Capítulo 5: El Viaje de los Dos

Los días que siguieron estuvieron llenos de momentos pequeños pero significativos. Mia y Chris comenzaron a compartir más tiempo juntos, más allá de sus conversaciones casuales. Comenzaron a abrirse sobre sus pasados, sus miedos y deseos. Mientras caminaban por la playa al atardecer, se daban cuenta de cuán profundamente conectados estaban. Cada palabra, cada gesto, los acercaba más y más.

Chris le habló de su vida anterior, de las razones que lo habían llevado a dejar todo atrás y mudarse a ese pequeño pueblo costero. Había sufrido pérdidas, había cometido errores, pero había llegado a un punto en su vida en el que necesitaba empezar de nuevo. Y había encontrado algo en este lugar que lo atraía con una fuerza irresistible.

Mia, por su parte, le contó su historia, su necesidad de escapar de la ciudad, de encontrar paz después de una relación fallida que le había dejado cicatrices. Se dio cuenta de que, aunque había intentado mantenerse alejada del amor, había algo en su alma que seguía buscando conexión.

Con cada día que pasaba, Mia sentía que su vida se estaba abriendo a nuevas posibilidades. Y aunque aún no podía predecir qué sucedería con Chris, sabía que ya no quería vivir en el miedo. Quería arriesgarse. Quería que este viaje fuera algo más que un simple capítulo de su vida; quería que fuera una historia real, una historia que valiera la pena contar.

Un fin de semana, Chris la invitó a un pequeño paseo en bote por la costa. Ella aceptó sin pensarlo, disfrutando de cada momento. Mientras navegaban en silencio, con el mar tranquilo rodeándolos, Chris la miró y, por primera vez, le dijo algo que resonó en su corazón.

—Mia, quiero que sepas que, aunque las cosas no siempre sean fáciles, estoy aquí. No voy a ir a ningún lado. Esto no es un juego para mí. Lo que siento por ti es real.

Mia, sorprendida por la seriedad de sus palabras, lo miró fijamente. El sol brillaba sobre el agua, y algo en esa atmósfera le hizo sentir que el momento era perfecto para hacerle una promesa de vuelta.

—Te creo —respondió Mia, con una sonrisa tranquila—. Y yo también estoy aquí. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos.

El viento soplaba suavemente a su alrededor mientras el bote seguía avanzando, pero en el fondo, todo parecía detenerse por un momento. El sonido del mar, la suavidad de sus palabras, la certeza de lo que estaban viviendo… todo encajaba como si no hubiera ningún lugar más al que debieran ir. Estaban aquí, juntos, en este momento. Y eso era todo lo que necesitaban saber.



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En el texto hay: mar, amor, playa

Editado: 05.01.2025

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