Prometeus

Fuego del Olimpo

¿Alguna vez haz pensado, si fueras un señor, un emperador, o un marinero mercante, contar con un arma que fuera tan letal que nadie te pudiera hacer frente? ¿Con el mismísimo Fuego Alfa, el mismo que Prometeo le robó a los dioses?-le preguntaba el ingeniero Konstantinos mientras amarraba un cabo al muelle de la Galera Eneas,la galera estaba cubierta de ambos lados por remos de madera, y decorada con escenas imperiales y las emblemas talladas en madera de la armada bizantina a el Jefe de brigada de la cuarta escuadrilla de galeras bizantinas, era un sujeto cabizbajo, excéntrico y con heridas de guerra en los brazos, curtido en mil batallas contra los piratas vandalos del Mare Nostrum, como los romanos le llamaban al Mar Mediterráneo, lo miró a los ojos incrédulo y le contestó con tono solemne

-Espero que no me hagas perder mi tiempo, soldado, hoy tengo que hacer inspección de flotabilidad de muchas galeras, y me temo que no tengo mucho tiempo para perder con estas tonterías ni cosas que me hagan desperdiciar mi valioso tiempo.

-Le aseguro, mi capitán, que esto no es ninguna pérdida de tiempo,- dijo sonriendo maliciosamente el Ingeniero Konstantinos, le pidió al Jefe de brigada que se subiera a cubierta del Eneas, y observó detenidamente lo que parecia una manguera  de bronce conectada a unos barrilles de madera, 

¡¿Esta es la gran maravilla que me querías mostrar?!, no me hagas perder mi tiempo , me largo de aqui.-

En ese momento el Ingeniero acciono un mecanismo con una palanca y salio una flama de fuego líquido con gran poder hacia otra galera de madera completamente deshabitada, y de inmediato empezó a ser consumida por las llamas, un grupo de marineros desesperados fuera del barco comenzaron a echar desesperadamente al barco para apagarlo, pero entre mas agua le echaban , parecia que le echaban alcohol, ardía mucho mucho mas, e incluso un poco del material cubierto de manera fehaciente en llamas, cayo al agua del Mar Egeo, y en vez de apagarse sobre el agua, comenzó a arder.

El Jefe de brigada miraba maravillado y atemorizado, tenia ante sus manos, algo que parecía sacado del mismisimo Hades, a la vez, estaba emocionado por un momento porque al fin tendria algo con que impresionar al Emperador Justiniano, pero por otra parte sitio un cosquilleo en el brazo y la espalda, se trataba de un arma sin igual, que podría causar inmenso sufrimiento

Se le vinieron a la mente unas palabras de la biblia, ya que un sacerdote ortodoxo había oficiado misa y recordó unas palabras de esa ocasión que se le quedaron muy grabadas. "Dios es amor, pero también es fuego consumidor"

-Y, ¿Que piensa, Jefe? ¿sigue creyendo que son tonterias? ¿perdida de tiempo? tal vez deberia irme a venderle mi invento a los vándalos, ellos seguro que me pagarian bien.

-Ni lo piense, soldado, ni lo piense- Le respondió su superior, tratando de disimular su asombro ante tal invención, indagando y tratando de conectar las ideas en su cerebro, de cómo funcionaba esta magnífica pieza de ingeniería y química. Pensó por un momento en el potencial de un arma de ese calibre, sobre todo para defender a los ciudadanos y contribuir al ejército y a la marina de batalla, de la poderosa Armada de Constantinopla, así comenzó la historia de el fuego de Prometeus al servicio de la marina de guerra de uno de los imperios más poderosos que ha visto la historia del mundo.

 




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