Prometeus

Batalla del Mar Egeo

Quinientos años más tarde.

 

Cerca de la Costa del Mar Egeo, a unas leguas marinas de la Isla de Rodas, año 1195 después de Cristo.

"La historia de la humanidad, o al menos gran parte de ella se escribe con acero, sangre, barcos, sudor y fuego."

 

A lo lejos, mientras las olas chocan contra el casco de los barcos de la flotilla de Guerra, Se escucha el susurro del océano en el vasto Mar Egeo, cerca de los archipiélagos de islas griegas en el espacio comprendido entre Anatolia y Tesalia, mientras la brisa del mar Griego en la cubierta del Dromón Elena, un barco que tenía una elegante silueta de tres velas triangulares, un casco de veintisiete metros de largo por cuatro de ancho, con el casco sobresaliendo a babor y estribor hlleras y filas de remos, en la parte exterior estaba recubierta por grabados Imperiales de Bizancio, y los remos eran movidos sin descanso aparente por los galeotes, quienes eran casi siempre condenados o prisioneros que tenían que pagar una condena de remar sin descanso para mover el inmenso barco de guerra, en ese momento el barco estaba amarrado a los cabos del muelle en el puerto de San Mikhael, junto al puerto donde atracaban los demás barcos de todos los rincones del Mar Mediterráneo, el Dromón era estandarte de el orgullo de la Marina de Guerra Constantinopla, con estos barcos es que bajo el mando de grandes generales como Belisario se habían ganado incontables batallas contra los piratas genoveses, vándalos,  venecianos y turcos que tenían la mala costumbre de ver al Imperio Romano de Oriente como una especie de tesoro que deberían de saquear cuanto quisieran a voluntad , pero la Armada cumplía hasta ahora una labor casi impecable, con sendas victorias contra los piratas en defensa del reino, mientras en el clima matinal se respira un aire cargado de lluvia ya que es una tormenta brutal  mientras el oleaje curva la trayectoria de los barcos,

El capitán da la orden de zarpar el barco a la tripulación que comienza a aparejar las velas y desplegarlas asimismo los remeros en la cubierta inferior, en el interior del barco con todas sus fuerzas se dedican a empujar los remos para hacer avanzar al barco contra el viento y la corriente marina, y los demás miembros de la tripulacion entre ingenieros y grumetes se encargan de revisar el interior del caso buscando cualquier fisura para repararla de inmediato, en el fondo se escucha el grito del capataz Photius, reclamando a los remeros que se han quedado un poco atrás en el tiempo de remar, y gritando alguna que otra maldición cuando uno se quedaba en el camino o ya no podía desempeñar sus funciones de remero mientras tanto, en la cubierta, se preparan los guerreros del capitán Theodosius con lanzas y espada larga, apostados todos en formación de cuatro por cuatro, ya que la galera pirata Genovesa La Concordata, se apresura desde el flanco derecho a toda marcha para ponerse al lado de la nave bizantina, el Dromón Elena para poder abordarla, mientras los soldados genoveses se dedican a lanzar sus arpones para prepararse al abordaje.

 

Asimismo el soldado Arcadius, toma su lanza y se prepara para asestar el golpe de gracia a cualquier marino genovés que se precie de tener las agallas de pisar cubierta, en ese momento los genoveses continúan saltando desde la cubierta del Concordata, y los soldados bizantinos con todas sus fuerzas tiraron al mar y empujaron a los primeros, mientras unos cuantos se conseguían colar en el barco, se libró una guerra de sangre a espada y lanza, los genoveses daban estocadas con sus picas y espadas de acero, mientras los guerreros bizantinos se defendían con lanzas, y espadas largas romanas, al estilo un poco de la antaño desaparecida legión, se formaban en línea para resistir los embates de los intrépidos soldados genoveses que se dedicaban a tratar de romper la formación, atacando sobre un punto en concreto del frente, de pronto la formación bizantina se rompió y comenzó la lucha a todas las de ser una cruenta batalla por la supervivencia, la cubierta se comenzó a teñir de rojo mientras los bizantinos y genoveses comenzaron a caer heridos al suelo, después de tener una visión en retrospectiva de su esposa Ágatha, quien lo esperaba en casa con su hijo Diógenes y su hija de 4 años Athena,  Arcadius tomo un nuevo impulso para poder salir con vida de esa batalla,  lanzaba estocadas a un sondado genovés hasta que este, en un arrebato de valentía le consiguió arrebatar la lanza, Arcadius tomo una espada genovesa en el suelo y mientras el genovés le lanzaba una estocada que le diò en la coraza que protegía el pecho, Arcadius giró y se agachó atacando la única parte que los genoveses no tenían cubierta por su armadura de malla, la mirilla del casco, el soldado caía doliéndose de la herida, gritando angustiosamente, Arcadius sintió el impacto de una flecha en su hombro izquierdo y un dolor muy punzante, el gritó y vió a su alrededor escuchando el zumbido de las flechas volando y los sonidos metálicos de las espadas crujiendo contra los escudos de los soldados, hasta que el último soldado genovés cayó al suelo, mientras él y toda la tripulación que había sobrevivido lanzaron un grito de enjundia y alegría al cielo, levantando sus armas y algunos heridos en el suelo, habían ganado la batalla del abordaje, y los sobrevivientes de la acontecida pelea se apresuraron para tomar prisionero al barco de guerra Concordatta genovés, pero los tripulantes que aún quedaban en él, cortaron todas las cuerdas y pusieron a toda vela una ruta de escape fuera del alcance de los soldados bizantinos, y tratando de salir del alcance de la mayor arma del Elena, 

 

La flama del fuego griego, era un líquido sumamente inflamable que salía de una manguera de bronce en forma decorada de Dragón, mediante un mecanismo de ingenieria hidraúlica de presión a chorro y se incrustaba en la madera de los barcos enemigos consumiéndolos en poco tiempo, y ardía en contacto incluso con el agua, así que lo que menos esperaría o querría una galera Genovesa seria caer bajo el alcance de esta poderosa arma, rápidamente la tripulación en la cubierta y dentro del barco comenzó a hacer girar al Elena en un giro de 183 grados en persecución de la galera genovesa, los aparejadores de las velas pusieron en posición las velas triangulares del Dromon y este se lanzó a toda vela contra la galera italiana, la cual despedía humo y escapaba poniendo a punto sus dos velas cuadrangulares, que se batía en retirada hacia el mar abierto dejando una estela tras la popa de la embarcación mientras el timonel del barco bizantino ponía rumbo de persecución, el Elena se acercó peligrosamente al Concordata y cuando estuvo a tiro, a presión activaron el fuego griego que salió disparado a chorro fulminante hacia la tristemente célebre embarcación italiana, que comenzó a incendiarse, y algunas personas comenzaron a se envueltas por el ímpetu del fuego, en ese momento el capitán del Barco bizantino, ordenó el alto al fuego, ya que un capitán honorable no podía permitirse el mandar a pique a un enemigo vencido y sin oportunidad de poder regresar algún golpe ordenó a la tripulación detener el ataque , y procedió a dar media vuelta y regresar al agua de batalla para poder tomar nota de los acontecimientos para reaccionar de manera adecuada..




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