Prometeus

Preludio

Los tripulantes de los tres barcos, quienes solo esperaban que su esfuerzo hubiere sido suficiente, al ver desaparecer el barco en llamas en el horizonte solo podían mantener la esperanza en que tarde o temprano, a causa del intenso fuego en el barco fugitivo éste terminara por hundirse como les estaba pasando a ellos, sin embargo al observar cómo en sus propios dromones llenos de boquetes y madera destrozada, mástiles quebrados y velas agujeradas por el intenso bombardeo enemigo de balas de cañón poco a poco las olas comenzaban a devorar como un tigre a su presa en el agua, pero aún así su deber era cumplir su misión y así podrían haber salvado con su mismo sacrificio al Imperio, así como su arma secreta de la cual dependía la frágil estructura de la Armada, sin embargo, no supieron que sucedió con el barco ya que consiguió alejarse hasta que se perdió de vista por los vigías de la Flota, por lo cual lo dieron por perdido, era casi un hecho que el navío se había ido a pique.

 

Ya hacía muchos años de la edad dorada del Imperio donde el gran Belisario conquistó la península itálica y el norte de África para el Imperio, y cuando los reinos europeos veían con admiración y respeto al poderoso imperio de Bizancio, ahora solo eran épocas difíciles y grises llenas de invasiones por todos los puntos cardinales del Imperio, los turcos avanzaban por el oeste y los codiciosos navegantes italianos auspiciados por el Corrompido Vaticano solo ansiaban acabar con la mítica ciudad amurallada de Constantinopla para acaparar todas sus riquezas y sus rutas comerciales, además les molestaba el hecho de que la iglesia ortodoxa fuera independiente de la Iglesia católica romana, era por ello que los enemigos de la ciudad del Bósforo desesperadamente buscaban la manera de confabularse para conseguir la ciudad pero si querían la perla del Mar Negro les iba a salir caro, muy caro. Mientras tanto los tripulantes rezaban por que su esfuerzo no hubiera sido en vano y los dioses del Olimpo, o de los godos germánicos o Dios, se dignasen de tener un poco de misericordia y que la inmensa pérdida de vidas hubiera sido un sacrificio para evitar que el arma invencible de Constantinopla cayese en manos enemigas, de ello dependía la vida del imperio mismo y su independencia.

 

Mientras tanto los tripulantes comenzaron a observar cómo seguían hundiéndose sus propias embarcaciones lentamente, comenzaron a tomar cualquier tabla de madera para improvisar balsas de salvamente, ya que era bastante probable que se terminaran yéndose a pique, 

 

Arcadius y la tripulación de los barcos comenzaron a tomar pequeñas tablas de reserva que había en las bodegas del barco, comenzaron a armar pequeñas barcazas uniéndolas con clavos y brea, mientras las manos se les astillaban y se les clavaban en las manos, y la sangre corría por las manos de los marineros del esfuerzo que se imprimía a la ardua tarea de conseguir que todo estuviera a tiempo antes de que todo se fuera al fondo del mar mientras lentamente los maltrechos y llenos de agujeros barcos bizantinos se iban al fondo del mar, mientras tanto unos cuántos barcos que se habían quedado en la costa, al observar desde la playa de la ciudad de Malta usando un catalejo como instrumento pudieron divisar que los sobrevivientes se encontraban en problemas, sin embargo para evitar el problema de ser presas de los inmenso cañones de los venecianos, primero decidieron asaltar por sorpresa los enormes cañones de artillería para evitar que el episodio de ser acribillados por las balas se repitiese ahora en ellos

 

El contramaestre Teodoro, se había quedado en guarnición para custodiar los barcos en la costa, comenzó a reunir a sus hombres que tenía a su cargo, aproximadamente unos cien, y planeó un ataque contra los cañones para dejarlos inútiles y así poder zarpar sin ningún impedimento para poder rescatar a los náufragos de los tres dromones que habían salido a dar persecución

 

Desplegó en el campamento un mapa mientras discutía la estrategia que se usaría,

 

-Contramaestre Teodoro, propongo que un destacamento de hombres se ponga en marca para distraer la guarnición italiana, mientras los cuarenta ballesteros que tenemos se dedican a disparar contra los italianos, , pondremos a nuestro ejército en disposición de medio circulo para cubrir a los ballesteros de la embestida de los espadachines, y acto seguido tomaremos los cañones, cuando esto suceda podremos mandar a unos cuantos tripulantes que vayan a rescatar a los náufragos de los tres dromones- propuso el oficial Apolos del barco Troya

 

-Me parece muy bien al estrategia que propone, pero me temo que eso es exactamente lo que está esperando que hagamos ese malnacido Condotiero, es un viejo lobo de mar, lo más probable es que haya colocado a parte de la artillería para apuntarnos a nosotros en cuanto decidamos atacar, debo de recordar que nuestra artillería de los barcos no es tan buena como la de los venecianos, por lo que no podríamos atacarlos con  nuestros barcos, tenemos que pensar en una distracción que involucre sacrificar un peón para poder tener una mejor posición en la isla- dijo el contramaestre Teodoro

 

-¿Qué sugiere, contramaestre? preguntó el oficial

 

-Estaba pensando en usar a un dromón como señuelo, este va a zarpar hacia los náufragos vacío sin tripulantes, los tripulantes saltaran a aguas poco profundas mientras el barco sigue su curso, los cañoneros italianos al ver un barco acudir a la escena, estarán todos enfocados en atacar y hundir ese barco, en ese momento atacaremos con nuestros ballesteros a los artilleros que estén disparando, desde una distancia prudente, mientras ponemos a nuestros soldados a defenderles del ataque, si jugamos bien nuestras cartas podremos ganarles la partida de ajedrez- dijo el contramaestre mientras señalaba en un mapa de la isla los lugares desde donde se esconderían los arqueros, señalando una pequeña zona con arbustos




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