Prometo Enamorarte

Capítulo 18

Puede ser simple mala suerte,
O tal vez un castigo por algún pecado desconocido, Pero “siempre“ pasa qué, el ser humano no se da cuenta de lo que tiene a su lado, hasta que está a punto de perderlo... o cuando lo pierde para siempre.

Kelly

Aún no creo lo que "los antiguos" nos mostraron, pero es que parecía todo tan real. ¿Yo enamorada de Stephen? ¿Yo? ¿¡Yo!? No, yo no siento nada por él.

¿Nada, Kelly? Bueno, no voy a mentir… puede que sienta una atracción por él, (cosa que jamás le diré), porque lo admito, él es guapo, agradable, encantador... pero amarlo con tanta pasión e intensidad… no creo.

Quise preguntarles por mis padres y el accidente que les quitó la vida, pero en ese momento fue cuando escuchamos la llegada de los cazadores.

Convenzo a Stephen, (bueno, si el no aceptaba lo haría igual), para que me dejase luchar contra ellos, a su lado. Las palabras que dijo antes de su cambio a lobo me sorprendieron.

¿Castigarme? ¿A mí? Que tonto llega a ser a veces. Si estuviéramos en otra situación me habría reído.

No pregunto sobre su voz en mi mente, me convenzo de que serán cosas de hombres lobos, que así se comunican entre ellos cuando están en fase.

Estamos espalda contra espalda, Stephen y yo, el convertido en un enorme lobo de pelaje negro como la noche y sus ojos rojo sangre; y yo, que debido a la adrenalina mis colmillos se exhibieron. Tengo como arma dos flechas afiladas de plata que uso contra los cazadores.

Son como treinta, o tal vez más. Cazadores vestidos de cuero negro y con armas de plata, algunos incluso luchan cuerpo a cuerpo contra los lobos de la manada de Stephen...y nos superan en números.

Agacho la cabeza como acto reflejo cuando escucho el suave y rápido desplazamiento de una flecha viniendo en mi dirección. Lanzo una de mis flechas en dirección a uno de los arqueros y con una gran velocidad impacta contra su pecho.

Me siento llena de adrenalina, como si algo en mi hubiese cambiado y mi único objetivo fuese extinguir a los cazadores.

Veo de lejos como la madre de Stephen abre la puerta de su casa para dejar entrar a niños y adolescentes escoltados por guardias de la manada. Ella cerró la puerta con seguro después de que todos entraron. Algunos guardias se quedaron luchando en la entrada para evitar que los cazadores pasasen.

* Los lleva al túnel que da al exterior...* Escucho la voz de Stephen en mi cabeza. Frunzo el ceño al pensar que el en su forma de lobo podría leerme la mente, pero aparto esos pensamientos. No es momento para eso Kelly.

Salgo de mis pensamientos cuándo escucho el desplazamiento de otra flecha venir en dirección a mi espalda. Me giro decidida a atacar, pero es demasiado tarde.

Veo como la flecha se dirige hacia mi frente. ¿Esto es todo? Me dije. Entonces veo el destello de un lobo gris pasar delante de mí. El lobo aterriza en el suelo con la flecha entre sus colmillos para a continuación lanzarla con fuerza al suelo y mirarme con ojos profundos.

¿Johan?

El me observa por un momento. No hay sorpresa en su mirada por verme convertida en... en vampira, y no me sorprende. Estoy acostumbrada a que Johan no me cuente toda la verdad, que me oculte cosas...por eso he dejado de perder el tiempo para preguntarle dudas que posiblemente ni sean ciertas. Como por ejemplo, el tema de la muerte de mis padres. Aun así...

El lobo gris y el lobo negro se miraron por unos segundos antes de reanudar la lucha. Me obligo a apartar la sorpresa y confusión. Él me ha salvado la vida.


Por cada minuto que pasa los lobos se acercan cada vez más alrededor nuestros a la vez que los cazadores van formando un círculo que nos encerraba poco a poco.

*Malditos, están tratando de acorralarnos. * Su voz demuestra furia e impotencia.

Demasiado tarde, ya lo han hecho, nos han acorralado. Estábamos tan concentrados en eliminar a los cazadores que no nos dimos cuenta de la trampa hasta ahora.

Nosotros estamos en el centro, siendo ahora la presa en vez de cazador. ¿Y si puedo volver hacer lo mismo que le hice a Caleb y a Robert cuándo nos secuestraron? Intento
concentrarme...pero nada sucede.

Maldita sea.

Permanecimos quietos y cautelosos, porque cualquier movimiento puede ser crucial. Los lobos gruñen mostrando sus afilados dientes cada vez que un cazador avanza un paso más; Un suave pelaje me acaricia la mano. Stephen. Se coloca delante de mí mientras gruñe a los cazadores, amenazándoles de que ni pensarán acercarse. A mi lado derecho el lobo gris, a mi izquierda Stephen. Me alagaba la demostración pero eso no quiere decir que se comporten como si fuera una chica indefensa que no sabe hacer nada.

Vale, vale, por esta vez lo dejaré pasar.


*No te alejes de mí*


*Eso depende...pero lo intentaré* Pienso, sin estar segura de que mi pensamiento llegaría a su mente.

Un hombre alto sale del círculo que formaron los cazadores, acercándose más a nosotros. Alguien gruñe y el tipo se detiene. No pasa por inadvertido que los lobos intentan protegerme, no sólo Stephen y Johan. Soy la única con forma humana, bueno, humana con forma vampírica, a excepción de ellos.

El tipo nos mira con detenimiento.- Vaya, vaya, las invencibles bestias convertidas en presas. - Su voz aguda y ronca muestra el odio que siente hacia los hombres lobos. Su cabello es rubio oscuro, sus ojos de un gris claro; no aparenta más de treinta años. Y parece ser el jefe.

Obtiene un gruñido como única respuesta. ¿Dónde están esos raros poderes que dicen que tengo?


*Diles que se vayan ahora o lo lamentarán. Haré sus cabezas adornos para Halloween*


Repito a los cazadores lo que Stephen dijo, haciendo que la atención del hombre recayera en mí.




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