Prometo Enamorarte

Capitulo 2

La gente cree que una alma gemela es la persona con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo. Pero una alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo reprimido, que te hace volver la mirada hacia dentro para que puedas cambiar tu vida. Una verdadera alma gemela es, seguramente, la persona más importante que vayas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros y te despierta de un porrazo.
Elizabeth Gilbert (fragmento del libro “comer, rezar, amar”)

Stephen

Todo sucedió en el preciso instante en que la vi. Su cabellera negra y lisa que justamente llegaba por encima de sus hombros, sus ojos azules y claros del color del mismo cielo en una tarde calurosa de verano y su cuerpo menudo y delgado.


"Es como una diosa Griega " sin importar sus vaqueros, camiseta y zapatos viejos. Para mi es la criatura más hermosa.

Mi lobo interior está eufórico, ambos lo estamos.

Solté un leve gruñido " Es mi mujer, mi luna...mi compañera. "


Di un paso adelante, olvidándome de la cuerda que sujetaba; lo demás sucedió en un parpadeo.

El enorme cubo de agua que acabábamos de sacar del pozo cayó encima de su pequeño cuerpo. Estaba empapada.

Preocupado, camine más rápido hacia ella. La palabra "lo siento" se encontraba ya en mis labios a punto de salir, pero entonces ella habló:

-Estúpido chucho. - Su voz fue firme, llena de una ira contenida.

Bruno, mi hermano menor, abrió los ojos sorprendido por lo que la chica había dicho y Johan, mi segundo al mando, murmuró una maldición por lo bajo. Fue cuando salí de mi burbuja y euforia por haber encontrado a la que sería mi compañera sentimental, que me di cuenta de las similitudes que Johan tenía con la chica; el mismo cabello negro, los mismo ojos azules, con la diferencia de que los de Johan son más oscuros...

Es su hermana, Kelly Morgan, la que él había abandonado preso del temor de que esta le rechazara o le temiera tras su primera transformación y ahora había ido, años después, a su busca, ya que comparten el mismo gen del hombre lobo.

La hermana de mi mejor amigo es mi luna, mi compañera de vida que gobernara la manada a mi lado, ¡y acaba de llamarme chucho! Me ha dicho perro en toda la cara.

-¿Qué has dicho? - Pregunté acercándome a ella e invadiendo su espacio personal. Mi rostro es serio. Que nos llamara chuchos es una ofensa a nuestra raza, si fuera cualquier otra persona su cabeza estaría rodando por el lodoso suelo, cualquiera de estas personas de aquí me conocen, y saben que lo haría sin dudar.

¿Y por qué no lo he hecho? Soy razonable, ella es nueva en esto, no sabía nada de nosotros hasta ahora, y además...es mi chica.

-Estúpido chucho...


-Kelly no deberías...

-No te preocupes Johan. - Dije interrumpiéndole sin apartar la vista de ella. - Es nueva y no sabe las reglas ni nada por el estilo.- Entonces sonreí... vale, con un poco de humor y algo egocéntrico.- Yo le enseñaré lo que la luna de un Alpha debe y no debe hacer.

Exclamaciones de sorpresa se escucharon a nuestro alrededor, entonces me di cuenta de la pequeña multitud que nos había rodeado. Kelly me miró confundida y enfadada a la vez, separó sus labios para, seguramente, gritarme. Pero entonces miró a su alrededor dándose cuenta de que ahora ella captaba toda la atención.

No tengo que ser adivino para saber que ella se siente incómoda, pues al parecer no le gustaba ser el centro de atención. Me quito la chaqueta negra que llevaba encima, quedando con el torso desnudo. Somos hombres lobos y estamos acostumbrados a andar medios desnudos o con poca ropa. Kelly bajó un segundo su mirada a mi torso desnudo, pero la apartó tan rápido como para que nadie se diera cuenta.

Conmigo no funcionó.

-Cúbrete con ella. - Me miró ceñuda cuando le entregué la chaqueta.- Vas a coger hipotermia. -Exagero. Acerqué la chaqueta más a ella, presionándola.

Kelly la coge a regaña dientes antes de cubrirse con ella.

-Bruno, ordena a todos que vuelvan dentro.-Le ordené rompiendo el silencio que habían formado los demás mientras "hablaba" con Kelly. Este asintió, gritando a los demás lo que había ordenado.

Comienzo a caminar en dirección a la enorme pared de ladrillos que separa el bosque de nuestro hogar, a sabiendas de que Johan y Kelly me seguían.

Ralentizo el paso hasta llegar a su altura. Miro el pequeño bolso que lleva sobre los hombros.


-¿Es lo único que llevas, Kelly? -Pregunto.

Me miró sin contestar a mi pregunta.- Bueno, no importa.- Digo disfrutando de su cara enfurruñada. Sí me gusta tanto verla enfurruñada ¿Cómo será verla reír? Carajo, no soy tan cursi, juro que mi lobo piensa por mí.- En nuestra casa está todo lo que necesitarás, menos ropa que tendremos que comprar...

-¿Nuestra? ¿Escuché bien?


- Sí. Eres mi luna, mi compañera...eres mi chica y...


-¿Tuya? ¿Los lobos fuman algo que les altera las neuronas o qué?- Frunzo el cejo.

Uno de los guardias que vigila la entrada abrió la puerta tras inclinar un poco la cabeza en forma de respeto.

Entonces me doy cuenta de algo.- Johan ¿Le contaste todo sobre nosotros a tu hermana? -Pregunté sacándolo de sus pensamientos. No había dicho nada desde que llegó, supongo que no se esperaba lo de que Kelly es mi luna y ahora está pensando en cómo debería actuar.

-Sí. - Afirmó aún dentro de su mundo. Entonces él se rascó la cabeza algo nervioso.- Bueno, sobre eso no, creí que el momento adecuado sería después de su transformación. Sería demasiada información para tan sólo dos días, Stephen.

Maldije, porque esto sería difícil. Ella desconoce todo sobre nuestro vínculo ya que aún no se ha transformado y es muy cabezota como para que se lo explicase. Sólo podría sentir una atracción hacia mí, la cual sería muy poca en comparación con lo que un lobo transformado, y además Alpha, siente hacia su compañera.




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