—Entonces, Marie - se acercó aquel hombre ciego junto con Margo, su aterradora, perra gigante, mascota - ¿ cual es tu especialidad?
—¿Eh? - lo miré sorprendida - ¿ como es que me reconoció? es decir, usted es... hum... - comencé a titubear buscando la palabra adecuada sin ofenderlo...
—Creo que Ciego es la palabra adecuada y no me ofende... - ¡Oh dios mío, también puede leer la mente! Me pregunto...
—Estas pensando en voz alta, querida, lamento decepcionarte - sonrió y me abofete mentalmente.
—¿Y como explica el hecho de que acaba de reconocerme entre mas de treinta personas? - recriminé tratando de ocultar mi vergüenza.
—Podre estar ciego pero mi sentido del olfato es casi como el de mi Margo - sonrió acariciando la cabeza a esa cosa aterradora - tu olor es inconfundible , es el mismo olor que sentí hace unos días atrás...- maldición- ... en aquella discoteca, por aquel pasillo... - se acercó a mi oído y susurró : - apuesto a que te preguntabas cual es el talento de este viejo ciego... - Se me cortó la respiración - solo te diré que puedo reconocer a las personas con su olor, puedo reconocer el olor a vainilla y fresia de la familia Green.
—No- no se que es- estas diciendo -tartamudeaba
—Sabes perfectamente lo que digo querida - rió maliciosamente - te tengo - me sujetó el brazo y logré safarme rápidamente con una dolorosa patada en su entrepierna.
—¡Margo! - chilló y la enorme bestia -perra saltó encima mío mordiendo dolorosamente mi brazo .
—¡Quítala! -grité desesperada dando patadas y golpeando salvajemente su enorme cabeza - ¡por favor! - lloré cuando enterró una de sus patas en mi muslo clavando uñas extremadamente largas y filosas.
—¡Tengo a la chica! - gritó el anciano ignorando mis ruegos - ¡ encontré a la chica!
—Muy bien - lo felicitaba su líder - sabía que lo lograrían , pido un fuerte aplauso para nuestro nuevo segundo líder - enseguida la gente se acerco aplaudiendo orgullosos, ignorándome, como si yo no estaba tirada en el piso con una enorme perra ahora comiendo mi pantorrilla. Iba a desmayarme.
— ¡¡POR FAVOR!! - Grité con todas mis fuerzas - ¡¡QUITENLA !! - Lloré ruidosamente intentando empujar una vez mas al animal, pero era inútil , si tan solo pudiera...
—¡Sofi! - gritó Charlie del otro lado de la habitación. estaba a punto de gritarle que corriera pero dos personas se encontraban bloqueando la salida. Volví a gritar cuando la cosa gigante clavo sus dientes en mi pantorrilla.
—¡Charlie, ayudame! - grité desesperada, pero antes de que él pudiese acercarse dos tipos lo sujetaron y de repente todo se tornó oscuro.
Charlie
Espere pacientemente media hora al lado de Sofi, pero sin quitarle los ojos de encima a mi hermano mayor, quien crió a siete hermanos junto a mi madre.
Carlos, quien cuidaba siempre de nuestra madre.
Carlos, a quien todos obedecíamos y respetabamos.
¿Por que él? ¿por que no el idiota de Hunter?
Carlos, estupido imbécil, ¿en que te has metido?
como si me leyera la mente (estaba seguro que podía hacerlo) volteó verme y entrecerró los ojos intentando decifrar si me conocía o no, típico de él.
—Charlie - susurró Sofia contra mi oido haciendome estremecer ligeramente - ¿ tienes cosquillas ahí? - preguntó divertida.
—uh, si - rogaba silenciosamente para que se olvidase de este pequeño secreto, conociendola...
—Genial, archivado y guardado para una posible venganza mas tarde - sonrió con malicia. " estoy jodido" me lamenté.
—¿Que querias decirme? - pregunté frustrado.
—Ah, quiero que vayas a ver que tal esta Bruno, no contesta los mensajes - dijo preocupada.
—No pienso dejarte sola en este lugar, además tal vez no nos dejen salir - expliqué.
—¿Acaso no escuchaste lo que dijo su líder? Tenemos un receso de diez minutos antes de empezar la reunion, el baño esta afuera de esta sala, puedes excusarte para ir al baño y ver que tal esta Bruno.
—Sofi, no puedo dejarte sola...
—No puedo ir contigo, sería muy sospechoso - otra idea se me vino a la cabeza ... - y olvídate de eso tambien - nego .
—Todavía no dije nada - repliqué enojado - iba a decirte si tal vez cambiabamos y tu ibas a buscar a Bruno que no es tan plegroso como quedarte...
—Dije que te olvidaras de eso tambien, Charlie, Si te quedas lo mas probable es que intenten hablar contigo y tus actitudes y probablemente nos delatarían y entonces si, estamos perdidos. - tenía un buen punto, pero no podía hacer esto, ella no podía obligarme... - Por favor - imploró con sus hermosos ojos azules preocupados - por favor Charlie, si en verdad me quieres...
—Maldición - gruñí - de acuerdo , iré , pero no tardaré mas de diez minutos.- aseguré.
—Eso esta muy bien, gracias - beso mi mejilla - cuidate - susurró contra mi oido haciendome reír un poco.
—Tú tambien - solté su mano a regañadientes y me obligue a salir por la puerta principal en busca de mi genial y un poco tonto - extraño primo.
Pasaban los minutos y seguía sin saber nada acerca de Bruno, hasta me atreví a coquetear nuevamente con aquel tipo de traje azul solo para averiguar sobre él y nada. Simplemente desapareció, algo estaba mal, planeaba volver a la sala cuando alguien detrás mío me empujo hacia el baño de hombres, que como siempre, estaba completamente desierto.
—¿Que demonios haces aquí? - gruñó furioso Carlos.
—¿Que hago aquí? - pregunté incrédulo - debería hacerte la misma pregunta ...
—No hay tiempo para preguntas y respuestas - suspiró frustrado - tienes que irte, ahora - ordenó con su voz autoritaria de siempre , solo que esta vez estaba lejos de obedecerle.
—No, tengo que encontrar a Bruno primero...
—Esta afuera, le dije que se marchara antes que algo malo pase, dijo que te esperaría en el auto. - explicó.
—No me iré hasta que me expliques en que estas metido... - mi cuerpo se sacudió cuando escuchamos ese grito desgarrador, uno tras otro... - ¡¡SOFIA!! - empujé a Carlos del camino.