Las horas pasaban rápido y todos en el departamento nos encontrábamos entre nerviosos y llenos de adrenalina.
Después de dos semanas aquí en México, Bruno decidió que ya era momento de seguir con nuestro plan.
—Bien - palmeó Charlie con entusiasmo - explicaré nuestras posiciones de nuevo. - todos asentimos concentrados en el épico plan de mi mejor amigo - entonces, ya sabemos que aún tienen al sujeto en la comisaría - explicó - Bruno se encargará de pedir auxilio en la jefatura. Solo habrán no más de cinco policias en el lugar ya que antes de salir haremos una llamada falsa de auxilio pidiendo refuerzos.
—¿Estas seguro que tomaran la llamada? - preguntó Bruno.
—Estoy seguro - afirmó Charlie - tengo aquí al lado a la mejor actriz del drama. - en cuanto me señaló le enseñe mi dedo medio. Quería golpearlo un poquito pero tampoco quería desviarlo del tema central...
¡Ya me las pagará el muy bastardo!
—Bruno - llamó Charlie - tendrás que usar tus geniales dotes de exageración para alertar a la jefatura. Sofía y yo estaremos en una falsa pelea.
—Me agrada esa parte - confesé.
—Pues a mí no - siseó molesto - en cuanto Bruno logre hacer salir a todos Carlos tomará las llaves y liberará a nuestro sujeto.
—¿Y si no funciona?
—El plan B estará en marcha.
—¿Cuál es el plan B? - pregunté curiosa.
—Este monstruito hará explotar la maldita jefatura - explicó Carlos con expresión seria - No queremos llegar a eso, pero de ser necesario lo haremos, debemos ser rápidos. No puede haber ninguna falla. Tienen que dar todos una gran pelea, se que lo lograremos - aseguró.
A la medianoche ya estábamos todos preparados. Nos metimos los cuatro en el auto de Carlos, nuestro equipaje eran solo dos pequeñas maletas, cada ves nuestras pertenencias se iban achicando en el camino. Luego del rescate tendríamos que huir nuevamente de la ciudad y no había tiempo de empacar mucho. Tuvimos que quemar lo que quedaba en el hotel para no dejar pistas.
—Es momento - dijo Charlie que se encontraba en el asiento del copiloto. Carlos Manejaba. - Haz la llamada.
Carlos frenó a un costado de la ruta que lucía aterradoramente desierta y me pasó un celular descartable.
—¿Que haces? - me preguntó Charlie cuando baje del vehículo. Lo mire aburrida y comencé con mis estiramientos corporales. Por suerte vestía calzas negras y un buzo militar que me iban de maravilla, por lo cual no tuve problema con mi ejercicio.
—Sofia - gruñó.
—Tranquilo, tigre - bromee palmeando su rostro - Bruno - llamé.
—¿Que sucede, hermosa? - sonrió coqueto bajando del vehículo.
—Persigueme - ordené llamando al 911 - Charlie miraba a Bruno con mala cara y este me miraba confuso. - ¡Ahora! - exclamé corriendo en plena calle. Todavía con el celular en la oreja esperando que alguien contestase la maldita llamada. Voltee para ver si Bruno me perseguía y efectivamente lo hacia, solo que a paso lento y con una tonta sonrisa en su rostro.
—Esto es divertido - jadeo tratando de alcanzarme.
Todavía no podía meterme en el personaje, la estúpida y tierna sonrisa de Bruno no servía para nada, así que tomé rápidamente unas cuantas piedras del suelo y comencé a arrojarselas. Tuve que contener la risa cuando la primer piedra le dió justo en la frente.
—¡Auch! - se quejó -detente - Pude ver como su rostro iba tomando una expresión sombría, lo estaba logrando. Sentía la desesperación corriendo por mis venas cuando un Bruno enojado aumentó la velocidad en su carrera por alcanzarme. Por fin la operadora me contestó.
—911, ¿Cuál es su emergencia? - preguntó un hombre con voz aburrida.
—¡Alguien me está siguiendo! - grité desesperada.
—Tranquila,digame, ¿el sujeto que la sigue sabe que usted esta enterada? - voltee a ver a Bruno que seguía con su vista en mí.
—Creo que sí - susurré. Paré de correr y le hice un gesto a Bruno para que se detuviera.
—De acuerdo - susurró también el hombre - ¿Sabe se encuentra enojado? - Bruno me miraba divertido así que tomé otra piedra de mi bolsillo y se la arrojé esta vez en la mano.
—Esta furioso - afirmé cuando Bruno lanzaba improperios al aire - ¡oh por dios, ahí viene! - grité echándome a correr de nuevo.
—¡Te mataré! - gritó Bruno detrás mio.
—Oh por dios - jadeo el hombre desde el otro lado - ya rastreamos su ubicación, mandaremos dos patrulleros a la zona. Mantengase comunicada por favor, hablame, ¿cuál es tu nombre?
—Mi nombre es...¡Mierda! ¡AHHHH! - grité cuando Bruno me levanto del suelo.
—¡¡Ahhhhhh!! - gritaron del otro lado de la linea.
Bruno me quitó el móvil y colgó. Nos miramos unos segundos y enseguida echamos a reír.
—El tipo tenía mas miedo que tú - dijo divertido.
—Pobre hombre - reí - tenemos que deshacernos de eso - señalé el celular descartable Bruno enseguida lo tiró al suelo para después pisotearlo todo.
—Listo - sonrió divertido - por cierto, ¿era necesario dejarme así?- cuando señaló su frente y mano con moretones no pude evitar sentirme fatal.
—Lo lamento, es que necesitaba entrar en el personaje - expliqué - y tú tenías esa carita tan adorable...
—¿Piensas endulzarme de esa manera? - se burló acercándose a mi - ahora debes recompensarme
—No tengo dinero - rodé los ojos.
—¿Y quien dijo que yo quería dinero? - trague saliva cuando acortó la distancia entre nosotros y sus ojos viajaron a mis labios.
¿Acaso quiere besarme? Dios, no nos hemos besado desde ese día que irrumpimos en la reunión, y solo fue porque fingimos... creo.
—Quiero besarte - confesó.
—¿Que estas esperando? - Bruno sonrió y de un momento a otro y lo tenía atacando mis labios. Se sentía genial. Porque no estaba ebria y tampoco fingíamos. Solo eramos Bruno y yo, llenos de adrenalina y deseo. No se si era amor pero realmente lo disfrutábamos.
—¿Deberíamos parar? - jadeo sujetándome la cintura.