Prometo Encontrarte

Capitulo 30: Día gris


5 años atrás...

Bien - suspiré frustrada - me rindo - dije tirando las cartas en la mesa. Ana me miraba con súplica.

—Vamos - insistió haciendo un tierno puchero - solo una partida más...

—Ya estoy cansada de perder - bufé molesta - ¿Desde cuánto te has vuelto tan buena jugando al poker? - Enseguida el rostro de mi hermana se tornó rojo.

—Yo, este - balbuceó - Carlos me enseñó - soltó finalmente.

Una sonrisa maliciosa se posó por mis labios. Mi hermanita mayor estaba enamorada.

—Con que Carlos... - reí ante su rostro horrorizado - está bien, me agrada para tí - admití - aparte es muy lindo...

—¡Sofia! - me reprendió - ¡es mayor que tú!

—¿Y eso que tiene? - bromeé - de todas formas  - aclaré al ver su mirada de desaprobación - dije que era lindo, no que me gustaba.

—¿Que tal si cambiamos de tema? Hace días que evitas a Charlie..

—Oh, no vayas por ahí - advertí molesta - ¡Me harté de ese niño mimado!

—¿Pero que tiene de malo? - preguntó Anabeth colocando una mano en mi mejilla - él te extraña.

—Tambien lo hago - confesé - pero me molesta mucho que ande detrás mío como si fuera mi guardaespaldas...

—¿Esta ves que pasó? - observé a mi hermana con el ceño fruncido.

—¿Prometes no contarle a Mamá?

—Lo prometo - dijo diplomáticamente.

—Bien - dije a regañadientes - Hunter me besó - confesé sintiendo mis mejillas enrojecerse.

¡Esto era muy vergonzoso!

—¿Hunter? ¿Diste tu primer beso con ese niño creído? - se burló. Aunque admito que tenía razón, Hunter era taaan creído. - ...pues felicidades, hermanita - dijo sincera.

—Gracias supongo, aunque ese no fue mi primer beso...

¡Esperen! ¿Dije eso en vos alta?

¡Vaya! - exclamó asombrada - ¿y quién fue el afortunado?

—Charlie - solté a regañadientes

—¡Ajá! - sonrió triunfante - ¡Lo sabía! ¿Y por eso están peleados? Charlie está celoso...

—No, no es eso - negué enseguida - Con Charlie solo practicabamos...

—¡Pero si aún son unos niños!- chilló alarmada - No deberían...está bien, continúa - se interrumpió al ver que la miraba con fastidio.

—Decía que con Charlie practicabamos porque queríamos besarnos con distintas personas, él con Carla y yo con Adam, pero todo resultó mal - baje los hombros derrotada -  Hunter se acercó y me robó un beso...

—Ese niño - siseo molesta mi hermana.

—...entonces me enojé mucho y le dí una patada en sus partes - mi hermana me miró disgustada pero la ignoré - ¡entonces Charlie apareció y le dió un puñetazo en la nariz! ni siquiera preguntó lo que estaba pasando, solo me vió golpearlo y se metió como siempre hace  - repliqué - finalmente los dos nos quedamos sin besar a la persona que nos gustaba.

—¿Por qué yo no viví todo ese drama a los diez años? - suspiró mi hermana.

—Ya quisieras - solté irónica - ¿Qué hora es? - pregunté de repente alarmada - Ana, no se te hace raro que nuestros padres se hayan ido "de compras" - dije haciendo comillas con mis dedos - hace más de dos horas...

—Tal ves querían privacidad - dijo frunciendo el ceño - aunque es raro que nos hayan dejado solas, ellos no suelen hacer eso...

—¡Tal ves se han dado cuenta que ya eres grande! - dije emocionada - tal ves ahora dejarán que seas libre...

—¡No! - exclamó molesta - ellos nunca me dejarían sola en casa - bufó - es extraño...

—¡Shh! - Ana me miraba asustada - ¿Oíste eso? - susurré.

—Déjalo - suspiró rodando los ojos - ¿Acaso no viste el clima? Son solo truenos, el día está muy nublado...

—Hermana, estás llorando - me acerque a ella asustada - ¿Que sucede?

Ana me observó confusa y llevó sus manos a sus mejillas para sentir sus lágrimas. Cuando levantó sus manos ambas nos fijamos en su ligero temblor.

—Me siento...asustada - susurró ahogando un sollozo con su mano. No sabía que estaba sucediendo con ella pero su llanto provocó el mío, podía sentir su miedo. Mi corazón estaba demasiado acelerado, mi respiración era muy irregular. Estaba aterrada.

—Ana - chillé histérica - ¿Que está pasando?

—Vienen - lloró - vienen por nosotras.

—¿Que? - lloré ruidosamente - ¿Quien viene?

Ana me ignoró y corrió directo a nuestra habitación. Imité su acción y la observé hurgando entre mis pertenencias.

—¿Que estás haciendo? - pregunté llevando mi mano temblorosa a mi pecho.

—Ponte esto - ordenó tendiendo una peluca color chocolate. - si preguntan, tú eres mi vecina y yo tu niñera, ¿Oíste? - dijo sacudiendo mis hombros - ¡Sofia!

—Si, Ana, ¿Que está pasando?

—Sofia, mírame - dijo tomando mi rostro y limpiando mis lágrimas - debes confiar en mí, yo no sé como, pero siento que algo muy malo va a pasar aquí, y sé que tú también lo sientes - tomó nuestras manos, ambas temblaban demasiado - ¿Te gusta el teatro, verdad? - asentí con la cabeza, aún asustada. - necesito que hoy seas la mejor actriz de todas - sonrió triste - Si preguntan por tí lo negarás todo, tu no eres Sofia Green, solo una vecina. Tú solo quieres irte a tu casa.

—Pero... ¿Que hay de tí? - dije con la voz entrecortada.

—Estaré bien. Vamos - Ana sujetó mi mano y volvimos a la sala de estar. - prepárate - susurró sujetando mi mano - ya vienen.

El pánico se apoderaba de nosotras, segundos después, la puerta fue derribada.

—¡Ahí están! - gritó un hombre con un pasamontañas en la cabeza - ella es Anabeth Green - señaló a Ana - atrapenla - ordenó a su séquito, tres hombres más se acercaron a nosotras, dos con pasamontañas y uno de ellos mostrando su rostro. Lucía joven, de unos veintitantos, lo que más me asombró fue el horrible tatuaje que llevaba en su brazo, un triángulo con una serpiente y una espada atravesada...

—¡Idiota! - gritó el líder a aquel joven - ¡ponte el pasamontañas! - el joven enseguida se colocó el pasamontañas y procedió a sujetarme de los brazos.

—¡Sueltenme! - chillé - ¡Ana! - grité desesperada cuando observé como le tomaban fotos a su rostro con una aparato extraño.



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En el texto hay: acción traición aventura, humor amistad drama

Editado: 31.07.2020

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