Prometo recordarte

Bromance y algunos corajes

Tan solo tuvieron que pasar 6 tazas de té para que otro problema en Whippersnapper Town ocurriera. Y ese problema venía ligado con las emociones de los adultos del pueblo, en especial con los jóvenes enamorados que planeaban sus bodas y lo cuál será explicado más adelante…

Oriol Roy Y Valerio Li eran como carne y uña. Amigos inseparables, compañeros del alma, hermanos de otra madre… y todo aquello adjetivo que pueda describir su gran y verdadera amistad. Podría confundirse con el bromance, sin embargo, no lo era. Valerio Li estaba a punto de casarse y como buen amigo, Oriol Roy ayudó en todo lo que estuvo a su alcance, incluso era padrino de pastel. Para quien no los recuerde, son un par de policías del mismo rango de Napoleón Singh que fueron mencionados por William Myers aquel día en el que Hansen entró a trabajar.

Volviendo al tema de la boda, aprovecharon que era mayo, un mes perfecto para las ceremonias nupciales (y que es extraño pensar que es perfecto para el Whippersnapper Town, considerando que el pensamiento del 98% de los pueblerinos es retrograda debido a la época en la que se quedaron semi atrapados…) por el clima y demás, no obstante, el día de la ceremonia dentro de la única iglesia del lugar y con más de medio pueblo dentro, la novia nunca se presentó. Valerio la esperó ahí tres días enteros y Oriol no se quedó atrás. A duras penas lograron regresarlo a casa y cuando llegó, una nota en la puerta estaba pegada:

“Es maravillosa la idea de que todos los corazones buscan al suyo sin importar su apariencia. El tuyo es puro, cálido y bondadoso, fue un corazón del que el mío estuvo enamorado por un muy largo tiempo. Creí que estaba en lo correcto, pero temo que no. Estoy enamorada del hombre de traje blanco.”

Y como era de esperarse, Valerio se destrozó por completo.

De no ser por Oriol, Valerio habría sido despedido de su trabajo. Se reincorporó tres días después, luciendo una cara horrenda. Había sido chupado por el insomnio y la tristeza. Ni siquiera sabía el paradero de su novia.

Sin quedarse atrás, ese mismo día en el que volvió al trabajo, Hansen conversaba con un chico joven que estaba al borde de las lágrimas. Tuvo el mismo caso e incluso la nota era idéntica a la de Valerio… extrañamente idéntica, porque no hubo esfuerzo alguno para cambiar la caligrafía. Tampoco sabía el paradero de su novia.

Y así transcurrió una semana. Iban y venían novios frustrados de cualquier tipo de orientación sexual, que eran unidos por la misma causa: la desaparición de sus parejas tras dejarles plantados en el altar, todos con la misma nota que tenía la misma caligrafía.

Esta noticia no tardó en llegar a los oídos de Oriol, quien lleno de ira, planeó unirse a la causa.

Una mañana se acercó al cubículo de Hansen y tocó su hombro.

—Escuché por parte del señor O’Connor que tienes contacto con el más allá.

—¿A qué viene todo esto?

—La novia de mi amigo… —murmuraba— desapareció hace unas dos semanas…

—Eso lo sé. Un amigo mío insistió en que fuéramos a ver la ceremonia porque se supone que es lo más romántico que una pareja puede hacer simbólicamente.

Con esto dicho, tenía presente la imagen de Nanashi, ese recuerdo del espectro rogándole que fueran a la ceremonia porque era una muestra simbólica y romántica acerca del romance eterno de una pareja.

—Lamento lo de tu amigo, por cierto.

—¿De verdad lo lamentas?

—No lo conozco y me da igual si se siente mal o no, sin embargo, poniéndome en sus zapatos y siendo incongruente conmigo mismo, me siento mal por él. Enamorado profundamente de alguien con quien compartiría su vida hasta que la muerte los separe. Él quería encadenarse a una mujer como muestra de amor y el destino se lo impidió, eso es algo lamentable, sin duda. Ahora si lo pienso más, mucho más… creo que es absurdo, pero… ¿qué no es absurdo?

Confundido por el pensamiento del detective, Oriol movió la cabeza, aclaró su garganta y expresó su idea:

—Necesito que me digas si ella está muerta o no.

—A juzgar por la crisis amorosa por la que todo Whippersnapper Town está pasando, ella no está muerta, al menos no aún. O eso quiero pensar. De casualidad, ¿tu amigo no tiene consigo una nota así?

Extrajo de su cajón una de las notas que le fue entregada por una de las víctimas. Oriol quedó estupefacto.

—¿De dónde la sacaste? ¡Esta nota es de Valerio!

Hansen abrió el cajón y movió ligeramente los papeles, con el fin de que el hombre notara que no era el mismo papel, pero que contaba con más iguales.

—Su novia no fue la única que fue secuestrada. No creo que lo que dice ese papel sea real y todas las entrevistas que he tenido con los novios han sido sorprendentemente similares…

—¿A qué te refieres?

—Todos están enamorados del romance, de eso no hay duda. Bodas en mayo, no hay impedimentos, todo es rosa y caramelo. La nota que les dejan dice lo mismo y la sonrisa de las personas que fueron secuestradas, un día antes luce extraña, al igual que su atención en su pareja. No es que tengan un amante, es algo así como un amarre. Sí te das cuenta, apuesto a que tu amigo está destrozado y todo el día llorando.



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En el texto hay: boyxboy, drama, lgbt

Editado: 02.05.2022

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