Caminos Oscuros: Lugares inexplorados.
En una noche fría y sombría, Adael se encontraba perdido en un lugar desconocido, más allá de los confines de El Muro, la tierra que siempre había conocido como su hogar. El viento silbaba entre los árboles escasos, haciendo eco en el vasto campo abierto que se extendía a su alrededor.
Con paso vacilante, Adael se adentraba en la oscuridad, con el temor palpable en su corazón. Sus pensamientos eran un torbellino de incertidumbre y miedo, preguntándose qué peligros acechaban en la noche. Elevando una plegaria silenciosa al cielo, buscaba fortaleza para enfrentar lo desconocido.
"¿Dónde estoy?", murmuró en voz baja, sus palabras envueltas en la bruma gélida de la noche. "Nunca antes había salido más allá del muro. ¿Habrá gente fuera de estos límites? ¿Qué destino me aguarda en esta tierra desconocida?"
El susurro del viento le pareció una respuesta misteriosa, haciéndole sentir la presencia de algo más en las sombras. Una sensación escalofriante recorrió su espina dorsal, y la certeza de que no estaba solo se apoderó de él. "Siento que alguien me sigue", confesó en un susurro tenso. "Debo encontrar refugio antes de que los demonios me encuentren".
En medio de aquel campo desolado, la amenaza se materializó frente a él. Un demonio, engendro de las sombras, surgió de entre los árboles, con malevolencia brillando en sus ojos. El momento de la confrontación llegó, y Adael se vio inmerso en un combate desesperado por su vida.
El choque de acero contra garras infernales resonó en la noche, y el aliento de Adael se condensaba en el frío cortante del aire. Con habilidad y valentía, luchó contra su adversario, cada movimiento delineado por la determinación de sobrevivir.
"Es la primera vez que enfrento solo a un demonio", murmuró entre jadeos.
Las heridas marcaban su piel, una estela carmesí en contraste con la palidez de su rostro fatigado. Una profunda cortadura en su abdomen le recordaba la fragilidad de su cuerpo, pero la adrenalina y su fuerza de voluntad lo impulsaba a seguir, con fuerza Adael lanzó su espada la cual logró alcanzar la cabeza de aquel demonio, así teniendo el la victoria de esta fuerte batalla y tras un suspiro Adael desmayo..
Fin.