CAMINO A BRASIL
En medio de un silencio pesado y los susurros del viento que parecían acariciar las almas de los presentes, un estruendo atrajo la atención de todos los congregados en aquella ceremonia en memoria de los caídos. Los ojos se posaron atentos en Eisen, cuya voz cargada de dolor resonaba en el aire como un lamento ancestral.
— "Es tu culpa”. — Gritaba con ímpetu, acusando a su compañero con ojos llenos de ira contenida.
—"Estabas cerca de ella y no la protegiste, débil imbécil, dejaste que muriera. ¡Era mi hermana!"
Las palabras caían como piedras afiladas, hiriendo corazones ya vulnerables. En un instante, la tempestad de emociones desatada hizo que Eisen se abalanzara sobre su amigo, su mano cubierta por una masa de hierro que se estrelló sin piedad contra el rostro de su oponente, lanzándolo en un arco imposible por los aires.
Con astucia y rapidez inaudita, Kyomi intervino, deteniendo al desdichado justo antes de que tocara su fatal destino contra el suelo duro y hostil. Con gesto preocupado, se acercó al chico herido y preguntó con sinceridad. —"¿Estás bien?".
Pero las sombras de la rabia y el rencor habían cegado a Eisen, quien, desbocado, cargó contra Kyomi con acusaciones y desprecio en su voz. La tensión en el ambiente alcanzaba niveles escalofriantes cuando, en un abrir y cerrar de ojos, Adael se lanzó hacia la refriega, deshaciendo con violencia la cubierta de hierro que envolvía a su compañero.
Con una mirada cargada de un deseo amenazante, Adael se alzó sobre Eisen, sujetándolo por el cuello con una fuerza que casi prometía el fin. La sangre hervía en sus venas y la sombra de la venganza bailaba en sus ojos, con una voz que irradiaba sed de sangre. Adael procito.
— “DESEAS “MORIR HOY?”.
Ante tal suceso, quedaron todos perplejos, al ver el comportamiento de Adael ya que este siempre había notado ser tranquilo.
Dejando ver más que una rabia intensa, su gran debilidad, “Kyomi”.
Los ánimos se aquietaron con el paso de los días, y los jóvenes se fortalecieron, cumpliendo con las misiones que les eran encomendadas y forjando lazos que iban más allá de la superficie de las apariencias.
En el oscuro rincón de aquel pasado distante, donde los destinos se entrelazaban con fuerzas desconocidas y los senderos de la vida se presentaban como laberintos impredecibles, la historia de los jóvenes de Tierra Fuerte comenzaba a tejerse con hilos de valentía y poderes sobrenaturales.
Un día, en la fría mañana envuelta en la neblina del patio de entrenamiento, el severo comandante Tariq los convocó con su presencia autoritaria y sus palabras resonaron como campanadas en el silencio.
"Informándoles”.
— Jóvenes guerreros, diez de vosotros serán elegidos para representar a nuestro refugio en el torneo de La Unión". — Anunció Tariq con solemnidad. — La competición es un desafío de destreza y fuerza. —Prometía no solo riquezas materiales, sino también el prestigio y la prosperidad de Tierra Fuerte en el escalafón de los refugios.
Tariq — El torneo de La Unión se hace cada 2 años, aremos un mini torneo ahora, para escoger de entre ustedes a los 10 mejores.
— Las reglas son sencillas, aquel que se rinda, quede inconsciente, o que salga de la plataforma pierde.
Así, bajo la atenta mirada del comandante, el mini torneo se desplegó con la intensidad de un duelo de titanes.
Leo, con su dominio sobre la gravedad, enfrentó a Rugel y su poder letal de ácido. Las fuerzas opuestas chocaron en un baile de fuerzas invisibles, hasta que la gravedad implacable de Leo se impuso sobre el ácido corrosivo de su oponente.
La contienda no hizo más que intensificarse con cada choque de habilidades sobrenaturales. Tetsu y Kyomi libraron una lucha ardiente entre fuego y hielo, Tetsu se lanzó contra Kyomi cubriendo su cuerpo de fuego, logrando conectar un pulletazo pudo quemar parte de su brazo, pero la furia de Kyomi se incendio, lanzando grandes ráfagas de hielo deteniendo así el paso de Tetsu y empujandolo hacia atrás, al casi terminar el tiempo es detenida la batalla ya que Tetsu sacó un pie de la plataforma, siendo así Kyomi la ganadora de esta ronda.
Suyen y Adael se desafiaron con ferocidad, entre ramas y rayos que se entrelazaban en un abrazo mortal, tras varios intentos Adael usa su super velocidad, pero fue detenido por grandes ramas que cayeron sobre el, llevándolo a casi perder y salir de la plataforma.
Suyen — Sabía que cargaría contra mi, caíste redondito.
— Ohh eres genial Suyen — Recitó Adael — pero creo que te has olvidado de algo. — De repente ferozmente, cae un rayo poderoso sobre Suyen, dejándolo inconsciente — Tu fuiste el que cayó redondito.
Tras numerosas batallas de poder y astucia, los diez elegidos finalmente fueron revelados por el comandante Tariq. Leo, Kyomi, Tetsu, Eisen, Hiroto, Adael, Nan, Michell, Suyen y Neli fueron seleccionados para representar a Tierra Fuerte en el gran torneo de La Unión.
Con el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, los jóvenes guerreros recibieron las recomendaciones de Tariq sobre el uso estratégico de armas para potenciar sus poderes naturales.
— "Nan, mi fiel guerrera de la tierra". — Comenzó, su voz resonando con una calma inquebrantable.
— "Imagino que un escudo o un mazo en tus manos serían la elección perfecta para potenciar tus habilidades. ¿Qué dices?"
Nan asintió, agradeciendo la sugerencia y visualizando la destreza que adquiriría con su nueva arma. La idea de fortalecer su ataque despertaba una chispa de emoción en su ser.
— "Tetsu, valiente guerrero". — Continuó, dirigiéndose al fornido hombre que emanaba una energía imponente. — "Unos nudillos podrían exaltar tu fuerza en combate cuerpo a cuerpo. ¿Qué opinas al respecto?".
Tetsu acepto con orgullo la sugerencia y visualizando cómo potenciaría sus golpes con un simple cambio de arma.
Luego, sus ojos recorrieron a Adael, Kyomi, Leo, Eisen y Suyen, apreciando la diversidad de habilidades que poseían. Les ofreció la opción de armarse, dejando en sus manos la elección de portar un arma o confiar en sus poderes naturales.